Salvo contraorden, el estado de alarma en toda España dará pie a variados toques de queda en las comunidades autónomas. En Cataluña, la prohibición de asomar la gaita por la calle será de diez de la noche a las seis de la mañana y entrará en vigor esta misma noche. El control del botellón y las actividades callejeras de índole nocturna ha llevado al Govern a cortar por lo sano, igual que el médico Fagon, partidario de la guillotina para aliviar las jaquecas. Está por ver qué excepciones establecen nuestras caras autoridades autonómicas. A este ritmo, acabaremos como en aquellos países en los que se decreta la ley seca en los fines de semana electorales.
En El País y La Razón se advierte de que el estado de alarma que prevé el Gobierno no será un paréntesis de quince días sino de duración más prolongada, si bien inconcreta. La reunión del Consejo de Ministros se ha previsto para las diez de la mañana. De la nota de apertura de El País: "Siete meses después del primer estado de alarma para contener la epidemia del coronavirus, el Consejo de Ministros vuelve a reunirse este domingo, de forma extraordinaria, para aprobar esta norma por cuarta vez en la democracia. Se reúne a las 10.00, después de que la mayoría de las comunidades autónomas (10 de forma oficial y algunas más cuando no hay micrófonos de por medio) hayan apoyado la medida, que les dotará de la herramienta jurídica necesaria para poder tomar medidas drásticas sin pasar por los tribunales. Esta vez la idea del Gobierno es un estado de alarma largo, de varias semanas, para poder frenar la segunda ola. La Comunidad Valenciana, por ejemplo, ha planteado llevar el toque de queda hasta el 9 de diciembre".
Sigue la pieza líneas después: "El Consejo de Ministros de este domingo tendrá que definir exactamente qué medidas toma. Porque el estado de alarma en sí es una herramienta que faculta para tomar medidas, pero que no impone ninguna en concreto. No supone un confinamiento domiciliario, como sucedió en marzo. Y, de hecho, esto es lo que quieren evitar tanto el Gobierno central como los autonómicos con restricciones intermedias. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, venía días insistiendo que este era el mejor mecanismo para tomar una medida en la que estaban de acuerdo la mayoría de las comunidades: un toque de queda que evitase contagios en la vida social nocturna, uno de los focos que más preocupan".
Hay quienes creen que a pesar de todo la reclusión domiciliaria está a la vuelta de la esquina y que todos estos anuncios son globos sonda para acabar como en marzo, haciendo tartas y manualidades en casa.
Los criterios sanitarios se imponen a los económicos. Es la salud, estúpidos, dicen los listos. Vale, pero eso no quita el siguiente titular de La Vanguardia: "España continúa a la cola en el gasto público para enfrentarse a la crisis de la Covid". O sea que lideramos todos los listados sobre contagios, fallecidos, caída del PIB, etc, etc, salvo el del gasto público, donde somos el farolillo rojo. La información viene con la firma de Lalo Agustina, que apunta: "España solo ha dedicado el equivalente al 3,6% del producto interior bruto (PIB) a ayudas directas contra la crisis derivada de la pandemia, según las cuentas recopiladas por los economistas del Fondo Monetario Internacional (FMI) con datos hasta mediados de septiembre. El dato es muy significativo y más si se tiene en cuenta que la española es la economía avanzada que más se va a contraer este año –un 12,8%, según el organismo, o un 11,2%, de acuerdo con la última estimación del Gobierno– y una de las de peor pronóstico del mundo. El informe del FMI no admite dudas al analizar la doble respuesta a la crisis por lo que respecta tanto al gasto público directo como a la ayuda financiera a las empresas".
Continúa el texto: "En el primer bloque del informe, España aparece a la cola entre los países avanzados –solo por delante de Corea del Sur– con apenas un 3,6% del PIB, unos 32.000 millones de euros, repartidos entre el sector sanitario y el resto. Se trata de gastos no previstos y abordados por el Estado para responder a la situación creada por la Covid-19, entre los que se incluyen 21.200 millones de subsidios de desempleo y exenciones de cotizaciones a la Seguridad Social por el régimen especial de los ERTE, 2.900 millones de transferencias a las comunidades autónomas y 4.800 millones de moratoria fiscal a los autónomos, entre otros. El FMI computa también dos paquetes de préstamos al turismo y la industria por 640 millones. “Teniendo en cuenta la caída de la actividad en el país, tendría que haber habido un mayor gasto público, sobre todo para ayudar a las empresas”, comenta el economista José Carlos Díez. Frente al citado 3,6% de España, la media de los países avanzados triplica ese esfuerzo público directo y se sitúa cerca del 10% del PIB. Entre las grandes potencias europeas, la estrategia para combatir la crisis es diferente, pero siempre mucho más generosa que en España. Italia ha destinado a ayudas directas el 5,1%, Francia ha alcanzado el 6,2% y el Reino Unido y Alemania han disparado el gasto público anticrisis hasta el 9,2% y el 14,4%, respectivamente, a años luz de España".
Aquí, el gasto público es un concepto discutible. Por ejemplo, está el gasto público que se llevan crudo los cargos públicos y los altos cargos. En el e-notícies ponen el grito en el cielo porque los destrozos en la economía provocados por la incompetencia de los miembros del Govern no llevan aparejada la predicación con el ejemplo: "Las llamadas a hacer sacrificios contrastan con los sueldos que perciben los altos cargos de la Generalitat, que van desde los 80.000 a los 117.000 anuales. La pandemia de coronavirus no ha impedido que los altos cargos de la administración de la Generalitat dejen de recibir estas cantidades. El presidente de la Generalitat cobra 153.235 euros brutos anuales y el resto de consejeros de la Generalitat reciben una remuneración de 115.517 euros brutos anuales por estar al frente de las consejerías, sin contar los posibles trienios de cada uno".
Sigue: "Los secretarios generales reciben un sueldo que supera los 90.000 euros brutos anuales mientras que los directores generales de los diversos departamentos que configuran el Govern reciben un sueldo de 87.456 euros anualmente. El secretario general de Presidencia, por su parte recibe 117.452 euros. Los tres responsables de la oficina del expresidente, Jordi Menendez, Josep Lluís Alay y Maria-Reyes Quinzaños cobran una suma de 105.676 euros anuales. Los asesores de los diversos cargos de la Generalitat, por su parte, perciben unos sueldos que oscilan entre los 79.187 y los 65.575 euros anuales".
La que se avecina es de proporciones apocalípticas en todos los terrenos. El doctor Jaume Padrós, presidente del Col·legi de Metges de Barcelona, subraya en El Nacional las sombras de la pandemia y vaticina una vuelta a los cribajes de pacientes. Le entrevista Núria Casas:
Pregunta: ¿Qué nos depara este octubre, noviembre?
Respuesta: La gente se tiene que preparar para, como mínimo, las próximas cuatro semanas. Serán muy duras, volveremos a tener el sistema sanitario muy tensionado. Nos tenemos que preparar también psicológicamente, como te decía antes. Y la única manera de preservar el sistema sanitario es evitando la cifra de muertos y enfermos de la primera ola. Tenemos que depender de los recursos pero también de la actitud. Quiero recordar que durante la gripe española del 18, la segunda ola fue más devastadora que la primera. De entrada, sé que desde el punto de vista económico lo será.
Pregunta: Vuelven a venir fantasmas del pasado reciente. ¿Por ejemplo, abrir hospitales de campaña o tener que priorizar pacientes?
Respuesta: A ver, algunos enfermos frágiles si enferman de Covid, no irán al hospital y si es de otra cosa, tampoco. Enviar a una persona al hospital porque tendrá un respirador y pensar que así tiene más posibilidades es un error. Y quien lo dice muestra una gran ignorancia de lo que es la realidad. Muchos pacientes que su estado basal es muy frágil, el hecho de que aparezca una enfermedad como la Covid, no significa que el recurso más adecuado sea el hospitalario que ya sabemos que no le salvará ni le mejorará la vida. El protocolo, en su momento, fue desafortunado la manera como se explicó. Pensemos en si tener un final de vida en urgencias, sin nadie, es lo mejor.
Pregunta: Cuesta entenderlo cuando luchas por tu vida...
Respuesta: Por eso tenemos el equipo asistencial que lo tendrá que analizar y proporcionar el mejor tratamiento para cada uno.
Política. Semana fantástica de Pablo Casado, que recibe toda clase de elogios y parabienes por haberse desmarcado de Vox. Adiós a la foto de Colón. En El Mundo bendicen la apuesta del líder del PP con una encuesta cuyos porcentajes son los siguientes: PSOE, 29,3% (28%); PP, 24% (20,8%); Vox, 14,9% (15,1%); UP, 11,8% (12,8%); Cs, 6,8% (6,8%).
Luis Ángel Sanz es el encargado de poner letra a la matemática: "El histórico y arriesgado discurso que Pablo Casado hizo el jueves en el Pleno del Congreso, con el que desmarcó de forma rotunda y radical al PP de Vox, parece contar con el respaldo de sus propios votantes. Aunque no de forma abrumadora, un importante porcentaje de los que apoyaron a los populares en las elecciones generales del 10 de noviembre de 2019 respalda el no del PP en la moción de censura. Al menos, según la encuesta que ha realizado Sigma Dos para El Mundo tras el debate de la moción de censura".
Sigue la pieza: "Entre el electorado popular hay división de opiniones, seguramente alimentada por el secreto con el que se mantuvo la decisión final. Aún así, el 40% de los encuestados que recuerdan haber votado al PP están de acuerdo con la dirección del partido y creen que Casado debía votar no a la iniciativa de Abascal. El 34,9% habría apostado por la abstención. Y un 17,5%, un porcentaje nada desdeñable, ya que supone casi uno de cada cinco, considera que el PP debería haber apoyado la moción de censura, aunque no tuviera ninguna posibilidad de salir adelante, ni siquiera con los votos del PP y Cs".
25 de octubre, santoral: Frutos, Engracia, Valentín, Crispín y Crisipiniano de Soissons, Frontón de Périgeux y Miniato de Florencia.