Ocho años han tenido que pasar para que la "rave" de la Diada no sea la portada de todos los periódicos, en algunos casos portada y contraportada. Veníamos de capa caída tras el preludio del clímax con aquellas camisetas de "aquest any segur", "ara es l'hora" y "a punt", llegó el gatillazo de la república de los ocho segundos, el bajón del 17, cuando la independencia se puso flácida y floja. Este año ha encogido del todo. El personal tiene otros problemas. La vuelta al cole en las diecisiete Españas, por ejemplo.
La operación no está saliendo todo lo bien que se prometió. Sin ir más lejos, la princesa Leonor se ha tenido que ir a casa confinada porque una compañerita ha dado positivo en clase. Les ahorro las chanzas republicanas sobre la cuarentena de los Reyes. En El País titulan sin paños calientes: "Los planes para la vuelta al cole fracasan ante el avance del virus". Escribe Ignacio Zafra: "La vuelta al colegio en plena pandemia, que arrancó en España esta semana, no ha resultado como estaba planeada. En junio, las comunidades se comprometieron con el Ministerio de Educación a “hacer todos los esfuerzos posibles” para que los alumnos volvieran en septiembre a las aulas de manera presencial todo el tiempo. No ha sido así. Solo cinco comunidades (Cantabria, Extremadura, Castilla y León, Navarra y el País Vasco) garantizan la plena presencialidad del alumnado. Entre todas, constituyen solamente el 13% de todos los estudiantes de España".
Sigue Zafra: "En el resto de comunidades, entre las que se cuentan Madrid o Andalucía, los estudiantes acudirán en semanas o días alternos, bien a partir de tercero de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO), bien a partir del Bachillerato o de la Formación Profesional, al menos en una parte de sus centros. Los especialistas advierten de que esta semipresencialidad en la enseñanza aumentará la desigualdad que ya ha generado el largo periodo de cierre de los centros educativos, y para los adolescentes alimentará el fracaso y el abandono escolar temprano, ya muy avanzado en España".
El segundo tema del día es la referida Diada, que según explica Crónica Global ha ha mutado en reducto radical. Ciertamente. Se abrió con sabotajes en instalaciones ferroviarias y se cerró con algunos contenedores volcados y en llamas. Poca cosa. A diferencia de octubre pasado no había dirigentes separatistas calentando las calles y eso se nota. María Jesús Cañizares fija las claves del fiasco indepenentista: "El Covid, en efecto, pero también el largo puente del fin de semana, la división independentista y los discursos incendiarios dieron ayer la puntilla a una fiesta que, en sus orígenes, fue concebida como familiar, alegre y positiva. Empeñados en convocar concentraciones a pesar del riesgo de contagio, la ANC asegura que sacó a la calle a casi 60.000 personas en toda Cataluña. En algunas zonas, la convocatoria pinchó".
Desde otra perspectiva, Gemma Aguilera explica en El Món las diferencias entre este año y anteriores ediciones: "De l’ “Spain, sit and talk” al “sit and talk, partits independentistes". Es la introspección indepe, un viaje al interior del movimiento, el ajuste interno. Escribe Aguilera: "“Partits independentistes, sit and talk. Parleu i proposeu, nosaltres tenim una proposta: treballeu per sumar més del 50% aquestes properes eleccions i després respecteu el mandat de l’1-O i declareu la independència”. Missatge claríssim de l’ANC en l’acte central de la Diada, a la plaça Letamendi de Barcelona. En paraules de la presidenta de l’entitat, Elisenda Paluzie, que ha avisat els líders polítics de l’independentisme institucional que “n’estem farts de la divisió i la tàctica, exigim una estratègica conjunta. Us volem ajudar, però si no us hi poseu, la paciència de la gent no durarà per sempre”. Paluzie ha recuperat el lema que va fer circular Tsunami Democràtic, Spain, sit and talk, i ha canviat el subjecte d'aquest clam pel diàleg".
En el ABC, Sergi Doria analiza el fracaso y los disparates de Torra vertidos el día anterior: "Pese al día radiante, el ambiente olía a derrota. En el Arco del Triunfo, Marcel Mauri, Vicario de Cuixart en Òmnium, se desgañitaba ante 2.850 sillas vacías de los «represaliados»: unos chavales en patinete lo observaban con curiosidad de psicoanalista".
Continúa Doria: "A una semana de su inhabilitación, Torra exige al gobierno y al Rey que pidan perdón por el fusilamiento de Companys. Recordamos una reflexión amarga de Jordi Pujol: dejaba de la presidencia sin haber pedido perdón por los crímenes que la Generalitat toleró en el 36. Y lo peor de aquel silencio, reconocía, era que cuando debió romperlo «no tocaba» por estrategia política. Como Torra mencionó el aniversario del fusilamiento de Companys, añadimos otras efemérides: 86 aniversario del golpe de Companys contra la República; 84 años de la revolución (crímenes, incendios de iglesias y colectivizaciones); 83 de las checas estalinistas; 82 de los fusilamientos en Montjuïc --11 de agosto de 1938-- de 63 tradicionalistas; 81 del trapicheo de los dineros del exilio. De esos aniversarios, ¿pedirá la Generalitat perdón?".
Por cierto, la gracia de prender neumáticos y palés en las vías del tren afectó a ocho mil personas, según anota el e-notícies.
Cambio de tercio. Los problemas en el Camelot de Podemos. Manuel Marraco se ocupa en El Mundo de la última declaración del exabogado Calvente sobre el móvil de la exasesora Dina. Es todo un culebrón. Titular. "Calvente al juez: "Pablo Iglesias no devolvió a Dina su tarjeta porque temía que filtrara su contenido"". Así arranca la pieza: "En su declaración del jueves en la Audiencia Nacional, José Manuel Calvente abordó uno de los puntos que intenta aclarar el magistrado Manuel García Castellón y el más comprometido jurídicamente para Pablo Iglesias: la devolución a su asistente Dina Bousselham de la tarjeta de memoria que había en el móvil que le robaron. Más bien, su no devolución durante largo tiempo, los al menos seis meses que pasaron desde que el líder de Podemos la recibió del Grupo Zeta hasta que finalmente la entregó a su propietaria".
Sigue la nota: "Cuando este mismo año se enteró de que la tarjeta había aparecido hace tiempo, el excoordinador legal de Podemos pidió explicaciones dentro del partido. La respuesta que le dio una persona "muy próxima" a Iglesias fue ésta: "Iglesias no quiso devolver la tarjeta porque no se fiaba de Dina Bousselham. Tenía miedo de que filtrara el contenido antes de las elecciones", en referencia a las generales de junio de 2016. La versión que ha dado Iglesias públicamente es que no se la devolvió hasta que su contenido se difundió en los medios porque no quería meter "más presión" a una chica joven".
Más madera. Caso Kitchen. El elenco es tremendo. Hoy Paco Martínez, el letrado que tenía un gran futuro y se ha quedado colgado de una brocha. El retrato es de Paloma Esteban en El Confidencial: "Es difícil encontrar a alguien que hable mal de Paco dentro del PP, en el Congreso o incluso entre dirigentes de otros partidos rivales que trataron con él como secretario de Estado de Seguridad y después como diputado. Todos los contactados por este diario coinciden en destacar su seriedad y solvencia. Y ese afán suyo por echar una mano si estaba en la suya. "Probablemente ese fue su problema", dicen".
Sigue la nota: "Al exministro del Interior lo conoció por casualidad en la Cámara Baja. Charlaron, se cayeron bien. Fernández Díaz era entonces vicepresidente tercero de la Mesa (IX legislatura) y Paco Martínez, letrado en las Cortes. De esos asistentes jurídicos que destacan desde el primer minuto. Al exministro le ocurriría lo mismo que al presidente del tribunal de su oposición. Se quedó boquiabierto. "Paco era un cerebrito absoluto", insisten algunos testigos de aquel momento".
Y más; "Desde que inició la andadura con Fernández Díaz su carrera fue en ascenso. Paco siempre estaba ahí, dispuesto a mirar lo que fuera, a trabajarse un tema, a echar un cable en lo que hiciera falta. La lealtad, según dicen los que trabajaron con él, forma parte de su ADN. Él mismo la destacó en un mensaje que envió a Teodoro García Egea en 2019, cuando todo había estallado, para buscar refugio en las listas de la Asamblea de Madrid. Quería seguir aforado y contar con algún tipo de protección. "Soy comprensivo, leal y comprometido. Precisamente por eso me he metido en este lío. Por eso y nada más". No obtuvo respuesta".
La próxima semana dice Torra que se personará en el Tribunal Supremo para ver si le aguantan la mirada los magistrados que tienen que revisar su recurso sobre la inhabilitación del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) por negarse a retirar la propaganda independentista en la fachada de la Generalitat en periodo electoral. Son las cosas del todavía presidente, que habita mundos de fantasía vedados al común. Dicen en Ok Diario que ya hay un plan para detenerlo y sacarlo con agua caliente del palau si se le ocurre enrocarse en el interior. Sería cosa digna de ver. La información es de Joan Guirado: "Se encargarán comisarios e intendentes de los Mossos de Esquadra, los mandos de mayor rango del cuerpo policial de la Generalitat. Y los detalles del plan concreto sólo los conocen ellos. No se han compartido con otros mandos, ni cargos políticos de la Consejería del Interior ni el equipo de escoltas que protege a Quim Torra. Su detención, en caso de atrincherarse en el Palau de la Generalitat una vez sea inhabilitado, se hará de forma rápida y segura. Es uno de los temas que tratarán el lunes, en el complejo Égara, los altos mandos del cuerpo que están al corriente de la operación en una reunión «restringida»".
12 de septiembre, santoral: Dulce Nombre de María, Autónomo de Bitinia, Curonato obispo, Francisco Ch´oe Kyong-hwam, Guido de Anderlech y Poncio de Serrancolin.