La última actualización del coronavirus en España arroja 6.271 contagiados, 189 víctimas mortales y 517 altas hospitalarias. Se entiende que el número de infectados es mucho mayor, toda vez que las pruebas de detección están reservadas a políticos, deportistas profesionales, personas que hayan estado en China o Italia o que hayan tenido contacto con casos confirmados. A partir de ahí, sólo quienes presenten síntomas graves, que requieran hospitalización, son sometidos al test.
La última infectada conocida es Begoña Gómez, la esposa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Los medios ilustran la noticia con la última imagen pública de Gómez, cuando su participación en la manifestación feminista del pasado 8 de marzo. Se infiere que habría entrado en contacto con el Covid-19 en dicha manifestación, que el Gobierno ya asume que fue una irresponsabilidad por muy variable, oscilante y cambiante que sea esta crisis vírica.
Mayúsculo follón en el Consejo de Ministros. Pablo Iglesias se plantó en Moncloa en carne mortal a pesar de estar en cuarentena. Gran escándalo porque aún no se sabía que la señora de Sánchez, como la de Iglesias, también tiene el virus. El espectáculo no resultó nada edificante. Primero iba a comparecer Sánchez a las dos. Luego a las cinco. Más tarde a las ocho y acabó saliendo a las nueve de la noche. PSOE y Podemos están al borde la ruptura. Los ministros socialistas del Gobierno, Salvador Illa (Sanidad), Fernando Grande Marlaska (Interior), Margarita Robles (Defensa) y José Luis Ábalos (Transporte), están al mando. Sánchez ha asumido el mando y el control de todo el territorio nacional, Cataluña y el País Vasco incluidas a pesar de las protestas de Torra y Urkullu. Iglesias ha quedado fuera del centro de mando. También Carmen Calvo. Y las ministras económicas.
Debido a las fuertes discrepancias se ha aplazado la concreción de las medidas económicas.
Los ciudadanos no pueden salir de casa salvo que vayan a por pan, tabaco, analgésicos y derivados (comida en general, toda clase de bebidas y medicamentos en general), a trabajar, a cuidar personas dependientes, al banco o a la pelu. También se puede sacar a pasear a las mascotas, pero sin pasarse. Los canarios no cuentan. Y no estará bien visto ir en pareja ni pasear sin ton ni son. Quien incumpla las normas puede ser multado. Bienvenidos a la edición total de Gran Hermano.
En El Confidencial, Juanma Romero detalla las sanciones previstas para quien incumpla las reglas: "El artículo 20 del real decreto señala que 'el incumplimiento o la resistencia a las órdenes de las autoridades competentes en el estado de alarma será sancionado con arreglo a las leyes, en los términos establecidos en el artículo 10 de la Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio', la ley que regula los estados de alarma, excepción y sitio. A su vez, esta norma se remite a 'lo dispuesto en las leyes' a la hora de establecer sanciones. Fuentes del Ejecutivo indicaban que esa redacción enganchaba con la Ley de Seguridad Ciudadana, la llamada 'ley mordaza' que el Gobierno del PP impuso con su mayoría absoluta en 2015 y que fue recurrida por el PSOE, que prometió su derogación. Promesa que figura en el acuerdo con Unidas Podemos".
Sigue la nota: "Como recordaban desde Interior, la Ley de Seguridad Ciudadana cataloga como infracción grave (y recogida en el artículo 36.6), castigada con una multa de 601 a 30.000 euros, 'la desobediencia o resistencia a la autoridad o a sus agentes en el ejercicio de sus funciones cuando no sean constitutivas de delito', 'así como la negativa a identificarse a requerimiento de la autoridad o de sus agentes o la alegación de datos falsos o inexactos en los procesos de identificación'. Aquellos que se resistan o desobedezcan 'gravemente' a la autoridad pueden incurrir en delito, y en ese caso se castigaría con el Código Penal, a través del artículo 556, que impone penas de prisión de tres meses a un año o multa de seis a 18 meses".
Las Policías y el Ejército están al cargo del cumplimiento de las normas, de las que están exentos los políticos como se pudo comprobar ayer en el consejo de ministros, De una pieza de Ok Diario: "El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias, no sólo ha roto su cuarentena por coronavirus plantándose en el Consejo de Ministros extraordinario que debe aprobar el decreto de estado de alarma, sino que además se ha sentado sin mascarilla y se ha tocado la nariz a sólo un metro del jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez".
Continúa el texto: "En las imágenes distribuidas por Moncloa y emitidas por Televisión Española, puede verse que Iglesias no lleva ningún tipo de mascarilla al tiempo que habla hacia los demás ministros. También se le ve cómo se toca la nariz con las manos mientras maneja unos papeles que tiene delante. TVE ha dicho en antena que Iglesias acudió «con mascarilla», aunque en las imágenes de la reunión no aparece portando ninguna".
Por eso mismo en Italia podría ir a la cárcel el vicepresidente segundo. Según La Vanguardia, fue el presidente quien pidió a Iglesias que fuera a Moncloa.
Gran rebote en los medios afectos al nacionalismo catalán. Según Nació Digital, "Sanchez interviene Cataluña" y La República acuña la ocurrencia "Covid-155" para referirse al estado de alarma. José Antich en El Nacional se sube por las paredes y escribe: "Pedro Sánchez s'ha petat literalment la cogestió de la crisi i no hi ha més autoritat que la que emana de Madrid. Hi haurà a qui molesti que es consideri que el primer govern de la història de PSOE i Podemos ha fulminat l'autonomia catalana. I, segurament, seran els mateixos que sostinguin que cal pensar més en l'interès general que en l'individual. Per això mateix, per l'interès general, aquest no era el camí. La Generalitat i el govern basc estan en millors condicions de garantir el control del virus a Catalunya i Euskadi que el govern espanyol. Deu molestar dir-ho així de clar, però qui no ha estat capaç de posar ordre a Madrid i permetre la propagació del virus poques lliçons pot donar".
En el mismo diario se destaca que los Mossos d'Esquadra realizan controles de pasajeros procedentes de Madrid en la estación de Sants y llevan a cabo controles "sanitarios" de los ocupantes de vehículo que penetran en territorio catalán.
Al margen de la política, el coronavirus es una amenaza muy grave para las personas de más edad. En El País reparan en esa circunstancia y destacan que en los hospitales se practica el triage. Es una crónica que lleva la firma de Íñigo Domínguez: "La frase más fuerte tras una semana tomando el pulso a Madrid, viendo cómo se vacía, la dice el viernes por la tarde un médico de cuidados intensivos de un hospital de la ciudad, al explicar el llamado dilema de la última cama: 'Ya estamos haciendo triage, como en la guerra, si no hay camas en la UCI no se la das al más grave, sino a quien tiene más posibilidades de sobrevivir. Por ejemplo, un mayor de 80 años, con un cuadro complejo, frente a alguien más joven se queda fuera. No es de ahora, sucede también en crisis y días complicados. Nuestros colegas italianos han tenido que afrontar estos dilemas, y ahora nosotros, en momentos de saturación'. Este vértigo en urgencias, ver acercarse ese punto, es lo que ha llevado a las autoridades a parar el país esta semana".
En el Reino Unido han decidido enfocar la pandemia de otra manera. Priorizan la economía y se preparan para contagiarse en masa. Creen que podrán vencer el virus por la vía de desarrollar anticuerpos, una solución a la altura de instituciones británicas como la de los hinchas de fútbol. En La Vanguardia escribe al respecto Rafael Ramos: "La estrategia del Gobierno de Boris Johnson para combatir el coronavirus –diferente a la del resto de países– se basa en el número R, que es la medida de cuán infecciosa es una enfermedad. Mientras sea superior a 1, el mal seguirá propagándose de manera exponencial, respondiendo casi a una fórmula matemática. Pero en el momento en que sea inferior a 1 (0.99999), empezará a extinguirse progresivamente".
Sigue Ramos: "La teoría según la cual el Gobierno británico ha decidido actuar sostiene que ese número R tiene consecuencias diferentes en el curso de una epidemia, aunque permanezca fijo. En el caso del Covid- 19, suponiendo que sea del 2.5, significa que al comienzo de la infección cada persona que tosa o estornude contamina a otras dos y media, porque nadie tiene inmunidad. Pero con el paso del tiempo, algunas o muchas de las personas expuestas ya se han curado y desarrollado anticuerpos, con lo cual las víctimas disminuyen. Si son menos de una por cada contaminador, se dice que existe lo que se conoce como 'inmunidad de grupo'".
15 de marzo, santoral: César mártir, Longinos soldado, Lucrecia de Córdoba, Menigno, Raimundo de Fitero, Sisebuto, Vicenta de Coria y Zacarías.