Ambiente de precampaña en Cataluña que dificulta la concreción del diálogo. ERC exigió el establecimiento inmediato de la mesa de diálogo y tras la primera cita dista de estar claro en qué beneficia a los republicanos que JxCat manipule y capitalice el principio de las negociaciones. Los post-convergentes están eufóricos. Primero se aprovecharon de la resolución del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre Oriol Junqueras que convirtió a Puigdemont en eurodiputado y ahora, de la mesa de negociación pactada por ERC a cambio de la investidura. El comportamiento es de manual en el mundo animal. La carroña es un tesoro en el Serengueti.
En el primer gran mitin de precampaña de los post-convergentes se respira euforia y napalm contra ERC, partido al que reprochan la retirada del acta de diputado de Quim Torra en el Parlament y eso que Elsa Artadi define como "independentismo pragmático que es más mágico e ineficaz que ningún otro". Carles Puigdemont, tal vez conocedor de la última encuesta (de La Vanguardia) anima a sus huestes. No es la primera vez que remontan. Son el partido de la resiliencia, dice. Lo aguantan todo.
El prófugo se perfila como candidato y Jordi Puigneró, como el próximo Quim Torra, según apunta Iñaki Ellakuría en El Mundo: "La incertidumbre en el seno de JxCat es absoluta, Puigdemont prepara con un círculo muy pequeño los próximos movimientos, y nadie descarta que él mismo acabe siendo el candidato a la presidencia de la Generalitat si conserva la inmunidad como eurodiputado y los sondeos le dan una victoria clara. De producirse, sería más una victoria simbólica que real, ya que Puigdemont no está dispuesto a pisar territorio español por temor a ser detenido, pero sí permitiría a JxCat mantener el liderazgo en el espacio independentista".
Sigue párrafos después la crónica: "JxCat baraja varios nombres como candidatos con un perfil ideológico fuerte. Dañadas las posibilidades de la consellera Laura Borràs, muy popular entre los votantes separatistas, al estar siendo investigada por malversación, Puigdemont ya ha comunicado su preferencia: el consejero de Políticas Digitales, Jordi Puigneró (Sant Cugat del Vallès, 1974). Un independentista radical de su máxima confianza, y discurso populista, que en los últimos años se ha dedicado a construir con dinero público la "república digital" catalana y estuvo imputado por haber colaborado a través del Cesicat -el CNI catalán- en la organización del referéndum ilegal del 1-O".
Respecto a la encuesta antes citada, del diario de Godó, ahí van los datos: ERC, 37 (32); JxCat, 31 (34); PSC, 27 (17); Cs, 12 (36); En Comú, 10 (8); PP, 8 (4); CUP, 6 (4); Vox, 4 (0). Carles Castro y Laura Aragón le ponen letra a los números: "Inmune al desgaste y a las divisiones internas, la mayoría independentista parece alimentarse del fracaso del procés y de las severas condenas impuestas por el tercer poder del Estado, y se acercaría hoy al 50% de los votos en unas elecciones catalanas. Es decir, dos puntos más que en la traumática cita electoral del 2017 y entre cuatro y seis escaños más que los 70 cosechados entonces. En cambio, el espacio contrario a la independencia perdería fuelle y, por primera vez desde el 2012, sumaría menos votos que el bloque secesionista".
Continúa la nota: "Ese horizonte electoral se desprende de un sondeo de GAD3 para La Vanguardia, realizado entre los días 3 y 6 de febrero. La encuesta refleja, además, el eventual pinchazo de Catalunya Suma --la “coalición constitucionalista” que podrían formar Ciudadanos y PP--, ya que obtendría menos votos y escaños que ambas fuerzas por separado. De hecho, el bloque españolista --ahora compuesto por Cs, PP y Vox-- sufriría un retroceso de diez puntos con respecto a su resultado del 2017, básicamente como consecuencia del desplome de Ciudadanos, que perdería dos tercios de su capital electoral y parlamentario (de 36 a 12 escaños)".
Seis diputados de ventaja entre ERC y JxCat (que a su vez obtiene más escaños pero menos votos que el PSC) parecen suficientes para no temer por la victoria republicana, pero en el seno de ERC más que prudencia hay inquietud. El cuadro general no pinta bien para la formación de Oriol Junqueras, cuyo pragmatismo no cuaja en las bases más hiperventiladas del independentismo.
En Nació Digital Ferran Casas, Sara González y Joan Serra Carné entrevistan a Pere Aragonès, que se pierde en rodeos para responder que ERC todo lo hace por el bien del país. Ahí van unas cuentas preguntas con sus correspondientes contestaciones:
- - Està satisfet de com ha anat la reunió entre presidents?
- - Quan des d’ERC vam posar sobre la taula la mesa de negociació ja vam dir que la posàvem al servei del Govern de Catalunya. Que no ho volíem patrimonialitzar per a nosaltres ni que fos una propietat política d'ERC, sinó que la posàvem al servei de Catalunya. Vam dir que era una oportunitat, que l'havia d'encapçalar el president Torra, que hi havíem d'anar junts a defensar l'autodeterminació i l'amnistia dels presos. Per tant, a ERC assumíem el desgast polític per haver facilitat la investidura, però el rèdit el posàvem al servei del país. I així ha estat. És evident que si no haguéssim estat capaços d'obrir aquesta etapa nova, la reunió d'ahir no s'hauria produït. Que hauria de ser normal, però feia 13 anys que no es produïa una reunió d’aquestes característiques. És evident que alguna cosa ha canviat perquè es produeixi.
- - És imprescindible o no que hi hagi un mediador?
- - Crec que seria bo. Però si això ha de ser obstacle perquè la mesa iniciï el camí, la mesa s'ha d'iniciar igualment.
- - I, aleshores, per què ho voten a favor al Parlament?
- - Perquè creiem que seria bo i perquè serveix per generar unitat al voltant del compromís polític de l'independentisme de participar en aquesta negociació que hem de fer junts. Només si la fem junts, a través de les institucions que governem, tindrem la fortalesa per forçar que la posició de l'Estat s'assembli el màxim possible al que nosaltres pretenem. Això no va que ERC negociï en solitari la solució al conflicte polític. ERC ha obert camí, ha forçat la taula i l'existència de la taula, però qui s'hi ha d'asseure és aquesta majoria del país que és independentista i que aposta per resoldre el conflicte. Això ho representa el Govern de Catalunya. La resolució no vindrà d’un partit. En tot cas, pot haver-hi sacrificis de partit perquè el país s'assegui en aquesta mesa de negociació. Això és el que hem fet ERC.
- - Hi anirà vostè a la mesa de negociació?
- - La composició l'hem de decidir, però és natural que, si és una representació del Govern, les dues forces del Govern hi estiguem representades amb els nostres màxims representants.
- - Per tant, hi vol anar.
- - És que jo el que vull és trobar solucions. Sigui en la mesa o sigui en un altre àmbit. Però és absolutament lògic que, de la mateixa manera que el president encapçala la delegació catalana, al seu costat, acompanyant el president, hi ha d'haver el vicepresident.
O sea que a estas alturas de la película y con la mesa a punto de constituirse, Aragonès es incapaz de afirmar con rotundidad que estará en la dicha mesa, lo cual resulta harto significativo.
Más entrevistas, que es domingo. Carmen Morodo interroga a Jorge Fernández Díaz en La Razón, quien habla del proceso en tono no demasiado optimista:
- –Como catalán, con toda una vida dedicada a la política, ¿no cree que algo de razón tiene el Gobierno cuando plantea que sin diálogo no hay salida y que todas las partes deben hacer cesiones?
- –El diálogo es un medio, no un fin en sí mismo. No hay posibilidad de acuerdo con aquellos que quieren romper España.
- –Pero entonces, ¿qué queda? ¿Meterles a todos en la cárcel?
- –Todos los ciudadanos son iguales ante la ley y deben cumplirla. No creo que un gobernante esté exento de ese deber, sino todo lo contrario. Tiene que haber una rectificación de posiciones para que sea posible el diálogo. El Gobierno ha asumido el relato e incluso el lenguaje del separatismo. Es el caso de hablar de "conflicto político" para definir una violación gravísima del orden constitucional y estatutario. La "mesa" de negociación es una cesión gravísima y está llena de riesgos porque implica que el Gobierno acepta sentarse a negociar con quienes tienen una agenda que está fuera de la Constitución. Y del valor de la palabra de Sánchez no es necesario insistir. Está aplicando la "política del apaciguamiento", que la Historia ya ha sancionado como un gravísimo error y que Churchill definió magistralmente. "Un apaciguador es aquel que alimenta a un cocodrilo con la esperanza de que él sea el último en ser devorado".
- –¿La salida de la cárcel de Junqueras puede ayudar a rebajar la tensión? Hace unos días se interpretó que defendía el indulto en una entrevista en una radio catalana.
- –Yo no defiendo el indulto, contesté retóricamente. Afirmé que ése sería un precio a considerar en la inverosímil hipótesis de que eso sirviera para que volvieran a la realidad y al sentido común. ¿Se puede considerar siquiera esa posibilidad con quien ha dicho literalmente que "se pueden meter –el indulto-– por donde les quepa" y que reitera que "lo volverán a hacer"?
Carpeta internacional. José Luis Rodríguez Zapatero es el personaje dominical de El Español. Habla sobre Venezuela. Pregunta Daniel Basteiro:
- -"Tengo información que no tiene nadie sobre lo que ha pasado en los últimos años" en Venezuela, ha dicho recientemente en una entrevista en La Razón. Además, conoce a Delcy Rodríguez, la vicepresidenta Ejecutiva de Venezuela. ¿Sabe usted ya de qué hablaron José Luis Ábalos y ella en ese saludo de 30 minutos en Barajas [la entrevista se hizo dos días antes de su nuevo viaje al país]?
- -No. No he hablado ni con uno ni con otro. Más allá de eso, si todos los temas que va a tener el PP para hacer oposición son como Venezuela, ya le auguro desde aquí un fracaso estrepitoso.
- -¿No cree que la oposición se la hace el propio Gobierno con diferentes versiones y encuentros a medianoche?
- -Lo digo, creo, con bastante objetividad y poca pasión. La actitud del PP de Pablo Casado con Venezuela es el mejor testimonio de la pérdida de orientación y de la pérdida de una cierta moderación tendente al equilibrio y la objetividad. Yo conviví haciendo una tarea intensa de mediación en Venezuela con [Mariano] Rajoy, con [José Manuel García] Margallo y con [Alfonso] Dastis. Eran, por supuesto, críticos y claramente pro-oposición, pero tenían la suficiente ponderación para saber de relaciones internacionales, el papel de un expresidente o que en Venezuela, como casi todo en la vida, nada es negro ni blanco.
- Me sorprende ver cómo se elevan algunas actitudes a categoría de patriotismo y españolismo. España en el mundo tiene relevancia especialmente por su vínculo con Latinoamérica. [François] Miterrand decía: "¡Ay si yo tuviera el castellano!" España tiene que ser un país que facilita en Latinoamérica la resolución pacífica de los conflictos, que ayuda, que coopera desde los valores democráticos pero entendiendo la complejidad y la pluralidad, a veces radicalizada.
- Yo fui el testigo y mediador esencial de un proceso de negociación que no culminó porque parte de la oposición radical dijo "no" a ir a las famosas elecciones por las que se acusa a Maduro de fraude. De ahí viene esta última parte del conflicto. Fuimos a firmar y el último día no se hizo, de manera inesperada para el Gobierno dominicano, para parte de la oposición y para mí. Por qué: ¿porque Trump estaba ahí? ¿Por cálculo? ¿Porque se pensaba que se podía tumbar a Maduro? Al final, una buena parte de la oposición no acudió y consideró esas elecciones como fraudulentas, pero ninguno de los que lo dicen estuvo allí. Yo sí. Y las viví. La gente votó libremente.
- -Hay dudas sobre la administración electoral.
- -¿Ha estado allí? Yo he estado muchas veces en la administración electoral. Conozco a la presidenta, el mecanismo y el sistema.
- -Y avala el proceso.
- -Desde luego, lo que la gente vota lo hace libremente y no se puede modificar. Eso es claro. Otra cosa son las condiciones previas: si el Gobierno hace uso y abuso del poder y medios públicos, que por supuesto. Pero eso es distinto.
- -¿Habrá solución para Venezuela mientras Maduro siga en el poder? ¿Maduro es parte del futuro de Venezuela?
- -¿Habrá solución para Venezuela mientras Trump siga en el poder?
Sociedad. El País abre su edición dominical con el siguiente titular: "La ley sobre la eutanasia se aprobará este año". Escribe Oriol Güell: "La ley de eutanasia llega este próximo martes al pleno del Congreso de los Diputados. Será la tercera ocasión en 20 meses que el texto será tomado en consideración y, como en las dos anteriores, recibirá un amplio apoyo desde la bancada. Sin elecciones ni fines abruptos de legislatura en el horizonte, quienes apoyan la nueva norma comparten la ilusión de que “esta vez sí” se reconozca a los españoles el derecho a una muerte digna. Pero tampoco ocultan una frustración: “La gente para la que no hemos llegado a tiempo, a los que no hemos podido ayudar”, en palabras de la diputada socialista y exministra de Sanidad, María Luisa Carcedo".
9 de febrero, santoral: Abelardo, Alejandro mártir, Alto, Apolonia, Rainaldo y Sabino obispo.