Desolación y devastación. El centro de Barcelona es una escombrera, la pista americana de los juegos olímpicos del vandalismo y el pillaje. Jovencitos y jovencitas se enfrentan a los policías, que representan al Mal, con el nihilismo propio de los anarquistas de principios del siglo XX. Pero son chavales de hoy en día que visten ropa de marca, deportivas más caras que los zapatos de los ejecutivos pisaparqués y móviles de última generación. Fiesta salvaje en el decorado modernista, bacanal de violencia y destrucción, barra libre que paga el pueblo, ese viejecito que blande la cachava ante un bigardo enmascarado, esa señora que echa un cubo de agua sobre los rescoldos de la revuelta de la generación del procés.
A pocos metros, el independentismo regular contempla el incendio de Roma con aparente indiferencia mientras Elisenda Paluzi, la renacida presidenta de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) arenga a las masas y exige una declaración unilateral de independencia, otra, que esta vez el "pueblo" sabrá defender. Incluso sacan en la procesión a Carles Sastre, líder del sindicato convocante de la huelga y personaje de pasado escalofriante.
El paro de país fue un fracaso, pero el país quedó colapsado a partir de las cuatro de la tarde. Medio millón de personas se dieron cita en Barcelona, según la Guardia Urbana, para reclamar la libertad de los presos del proceso. Hubo dos partes. La primera, la "típica" manifa procesista. De la pieza de Antonio Fernández en El Confidencial: "En realidad, no hay duda de que la movilización ciudadana, al margen de la huelga, es digna de tener en cuenta por su masivo seguimiento. Y la manifestación de la tarde de este viernes en Barcelona puso de manifiesto una realidad: hay un independentismo pacífico que condena la violencia. Hay otro independentismo noviolento que alaba el pacifismo, pero no condena la violencia expresamente. Y hay otro independentismo extremadamente violento, un independentismo quinqui".
Esa parte "quinqui" es la de los supuestos infiltrados, noticia fake a la que el independentismo está sacando un extraordinario rendimiento. Escribe Iva Anguera de Sojo en El Independiente: "El discurso de los «infiltrados» propagado desde la presidencia de la Generalitat por Quim Torra para explicar la violencia desatada en Cataluña en los últimos días ha calado entre los manifestantes, que este viernes se dedican a perseguir a supuestos agentes infiltrados por las calles del centro de Barcelona. Se han producido carreras y persecuciones por vías céntricas como la calle Comtal, cerca de plaza Catalunya, donde manifestantes con esteladas han perseguido a dos personas al grito de «fuera las fuerzas de ocupación» hasta obligarles a refugiarse dentro de una tienda".
Así que a la violencia hay que sumar una cierta psicosis. Público fue el primer medio en avalar la tesis de los infiltrados con una "noticia" que daba por supuesta la filiación policial de los violentos en base a unos supuestos vídeos y audios sobre las algaradas del martes. Infiltrados en el espacio de los antidisturbios violentaron el entorno de la Delegación del Gobierno en Barcelona es el titular de la dicha nota. A día de hoy ese texto de ayer lleva la siguiente adenda: (Nota de la directora: Esta información se publicó originalmente sin ser sometida a todos los filtros por los que pasa cualquier publicación de este medio antes de salir a la luz. Tras percatarnos del error y aplicarle dichos filtros, partes de la información fueron modificadas. Lamentamos haber ofrecido a nuestros lectores una información inexacta. Estamos trabajando para garantizar que no vuelva a ocurrir).
De los "infiltrados" y su perfil escribe Salvador Cot en El Món: "La immensa majoria dels manifestants que cremen contenidors i apedreguen la policia eren nens de vuit o deu anys l'any 2010, quan el Tribunal Constitucional va enfonsar aquell Estatut dissortat. De petits, han anat a moltes manifestacions de colors, han vist als seus pares i avis pagar la quota de l'ANC o Òmnium i han crescut sentint a parlar d'un projecte de país que sempre estava igual de lluny. Fa dos anys, van esperançar-se als seus instituts, convertits en una festa participativa i democràtica aquell cap de setmana de l'U d'Octubre. I van passar por, amb les seves famílies i els veïns, quan els piolins van desencadenar un dia de violència que recordaran mentre visquin".
O sea que los niños del proceso, como los niños del Brasil, son los auténticos infiltrados, bebitos de la generación de 2010 que contemplaron conmocionados las palizas de los piolines a sus yayas...
El Tsunami democràtic es el nuevo juguete del independentismo, que flipa con las réplicas de la página para burlar la orden judicial de cierre en el marco de una investigación por terrorismo. Se han puesto de moda además las entrevistas a ectoplasmas. Hace unos días el Ara interrogaba a las supuestas mentes pensantes de los Comités de Defensa de la República (CDR) con garantía de anonimato y hoy entrevista El Nacional a mister Tsunami. Ahí van unas cuantas preguntas y respuestas:
-"El ministre Fernando Grande-Marlaska ha explicat ja que s’està investigant Tsunami Democràtic. Això es veu amb preocupació o era un factor més previsible per l’organització?
-El ministre ha especificat que "al final se sabrà qui hi ha DARRERE de Tsunami". La resposta és que darrere Tsunami hi ha les mateixes persones que hi ha AL DAVANT. Parlar de "al darrere" ja és un marc mental que implica certa criminalització de l'associació de persones. Ens preguntem si també investiguen la resta de moviments socials de protesta. Potser el ministre hauria de respondre si també estan investigant qui "hi ha al darrere" del moviment feminista que organitza vagues. O qui hi ha darrere de Fridays for Future. O qualsevol moviment que vulgui canviar l'estat de les coses. Si és així, és molt preocupant i els espanyols tenen un problema greu.
-Les detencions del 23 de setembre de nou CDR acusats de terrorisme i el posterior empresonament ha provocat algun canvi de plans?
-No.
-Esperàveu la resposta policial que hi va haver amb la concentració a l’aeroport?
-Tsunami ja ha condemnat l'ús de bales de goma per part de la policia. Som una campanya no-violenta en tot moment. Les actuacions policials davant la no-violència fa mesos que sorprenen molta gent".Este es el nivel.
De la prensa de papel, dos artículos. El primero en La Razón de Sabino Méndez, que habla del sustrato germánico años treinta del nacionalismo: "¿Es ese el objetivo político que persigue el catalanismo? ¿Qué los que opinan diferente no salgan a la calle por miedo? La verdad, parece un afán bastante nazi. Cada vez que se recuerda ese hecho y se menciona el bigotito de Hitler, los catalanistas se ponen muy nerviosos. Quieren ser blancos e impolutos, pero luego llega el niño soldado que han criado y ataca a las personas porque le han enseñado que, vaya por dios, ahora resulta que un policía no es una persona. Por supuesto, no todos los independentistas son violentos. Ni mucho menos nazis. Pero resulta muy embarazoso para ellos tener que explicar cómo es posible que muchas de sus conductas calquen patrones de ese tipo: desde el uso goebbelsiano de la propaganda que hacen Puigdemont y Guardiola, a la ocupación egoísta del espacio público, pasando por el gusto por las antorchas de noche, los textos supremacistas de Torra o ahora la violencia propia de camisas pardas de los CDR".
En el ABC, Salvador Sostres tiene una versión alternativa de los acontecimientos de la víspera: "El independentismo celebró ayer su primer funeral, reducido ya a un problema de orden público. Sólo estuvieron pendientes de ellos los antidisturbios y las imágenes que resumieron su jornada fueron las de las capuchas y los contenedores incendiados. A nadie le importaron las marchas y hasta sus medios orgánicos se centraron en retransmitir los altercados. Puigdemont desde Waterloo -Tsunami- y Torra desde San Jaime -los CDR- han puesto la violencia en el corazón de la estrategia independentista y las cargas de la Policía fueron la esperanza de una ciudad que quiere vivir en paz y ser libre. Ayer se impuso la Barcelona decente y las sonrisas ardieron en las hogueras. Y mientras en Asturias nuestra Princesa confirmaba la dinastía, y el Destino, con su padre al lado, lleno de orgullo; los hijos de la burguesía catalana, con su cara tapada y sus piedras, certificaban la derrota no sólo del «procés» sino de una sociedad arrogante, frívola, estéril y que ha de entender qué es la libertad antes de reclamarla".
En cuanto a las portadas de los diarios de papel, hay dos tendencias. Están los que subrayan la manifestación principal (El País en su primera edición, Ara y El Punt Avui). Luego los que combinan la manifestación con la violencia: El País en su segunda edición y La Vanguardia, que dan la foto de la riada humana con titulares sobre los disturbios. El diario de Prisa apunta que "Grupos violentos extienden el caos en el centro de Barcelona" y el decano de Barcelona dice que "Los Mossos temen un aumento de la violencia callejera". Luego están los que subrayan la batalla de Barcelona, el ABC y El Mundo, que titula con que "El separatismo amenaza con consumar la secesión en la calle". Y luego La Razón, que repara en el primer discurso de la princesa Leonor con el siguiente titular: "Coraje para servir a España".
También es noticia el Brexit, previsto para dentro de 12 días.
19 de octubre, santoral: Asterio, Canuto de Dinamarca, Pablo de la Cruz y Pedro de Alcántara.