Madrid, tenemos un problema. Leopoldo López y familia se han acogido a la hospitalidad diplomática española en Caracas. En teoría, moran en suelo patrio por lo que el régimen chavista no puede prenderlos. No caben ni la expulsión ni la entrega del opositor. Ni siquiera negociar otra cosa que no sean unas elecciones democráticas. La buena noticia es que el Gobierno (si bien en funciones y con el ministro de Exteriores, Josep Borrell, en la lista para las elecciones europeas) no tiene más presión interna para abordar la crisis diplomática que la que ejerce Pablo Iglesias. Los dirigentes están aún en la fase de digerir y transformar los resultados del domingo, de modo que por extraño que parezca el ruido político en torno al espinoso expediente internacional es escaso.
Así que el presidente Sánchez y el canciller Borrell pueden manejar el conflicto sin la matraca de la oposición y sin tener que dar demasiadas explicaciones sobre sus planes al respecto. Máxima prudencia y apuesta por una salida negociada en forma de elecciones libres y democráticas. El caso ocupa la cabecera de varios medios, El País, La Vanguardia, El Mundo y La Razón entre otros. Nadie se moja en exceso y todos subrayan que el Gobierno tiene un marrón sobrevenido.
Escriben Daniel Lozano y Marisol Hernández en El Mundo: "España ha pasado en sólo 24 horas de permanecer a la expectativa ante la evolución de la situación en Venezuela, después del respaldo que parte del Ejército dio el martes a Juan Guaidó y se liberara al opositor Leopoldo López del arresto domiciliario, a acoger y proteger en la embajada española a este dirigente, su mujer, Lilian Tintori, y su hija de 15 meses. Un giro de 180 grados en una historia que todavía carece de desenlace pero que ha situado al Ejecutivo español como uno de los actores protagonistas. Posiblemente sin pretenderlo porque López acudió primero a la embajada chilena y, según el canciller de Chile, Roberto Ampuero, y posteriormente la abandonó por "decisión personal". Chile acoge desde 2017 a otros dos huéspedes, el diputado opositor Freddy Guevara y Roberto Enríquez, presidente del Partido Social Cristiano".
Sigue la nota: "Esta circunstancia hizo que las 00.30 horas del miércoles, hora española, Leopoldo López junto a su familia llamara a las puertas de la residencia del embajador español en Caracas, Jesús Silva Fernández. A las 9.00 de la mañana de ayer el Gobierno español confirmó de manera oficial su presencia en la embajada y hacia las 14.00 de la tarde precisó que se encontraban allí acogidos por "decisión propia" y que no habían solicitado "asilo político"".
El papel de las grandes potencias añade gasolina al cóctel. Estados Unidos y Rusia se disputan la hegemonía en el Caribe desde mediados del siglo pasado y ejercen presiones prebélicas. Putin sostiene a Maduro mientras los hombres de Trump conspiran en las altas esferas militares. De la crónica de David Alandete y Ludmila Vinogradoff en ABC: "El plan para el cambio de régimen surgió de un acuerdo entre el consejero de Seguridad Nacional norteamericano, John Bolton, y el ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino, forjado a través de varias conversaciones telefónicas a lo largo de los pasados meses. Padrino y otros ministros y generales firmarían unos acuerdos con el presidente encargado, Juan Guaidó, redactados por los opositores a Nicolás Maduro".
Continúa la pieza: "Paralelamente, por acuerdo de Maikel Moreno, presidente del Tribunal Supremo de Justicia Venezolana, esta corte declararía ilegítima la Asamblea Constituyente, el poder legislativo paralelo creado y controlado por Maduro. Con la cobertura legal necesaria, el mayor general de la Guardia Nacional, Iván Rafael Hernández Dala, procedería a notificar a Maduro que o abandonaba el país con rumbo a Cuba o sería detenido por orden judicial. Después se instaría a abonador el país a los entre 20.000 y 25.000 cubanos que EEUU cree que apoyan a Maduro en Venezuela".
Otras urgencias reclaman la atención de Sánchez, que guarda un presidencial silencio sobre sus planes, aunque se sabe que preferiría imperar rodeado de las más ilustres y brillantes figuras de la ciencia, la cultura y la economía españolas entre las que no incluye a Pablo Iglesias. Sánchez expresa su poder dejando fuera de sus consultas a Vox, Bildu, ERC y JxCat. En el PP y Ciudadanos no comprenden la llamada a capítulo e Iglesias se queja por ser el último que verá al césar. Anabel Díaz firma la crónica en El País: "El jefe del Ejecutivo ha convocado el lunes y el martes, por orden estricto de representación tras las elecciones del pasado domingo, a los líderes del PP, Pablo Casado; de Ciudadanos, Albert Rivera, y de Unidas Podemos, Pablo Iglesias. Este último reaccionó con incomodidad por tener que compartir esa cita. Sánchez busca restablecer un mínimo de relación institucional con los partidos de centroderecha.
La concreción de los apoyos para la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno no va a ser rutinaria, fácil ni rápida. El ganador de las elecciones intentará gobernar en solitario, con ministros socialistas e independientes, pero no de otra formación política. Así empezará la negociación con Unidas Podemos, al que Sánchez ofrecerá un pacto sobre programa pero no un Gobierno de coalición. Ese planteamiento choca abiertamente con la intención de los izquierdistas de entrar en el Ejecutivo. Si no fuese así, su apoyo está en el aire. De momento".
Tendría guasa que lo de las derechitas cainitas se contagiara a la izquierda y el amigo Iglesias reventara de primeras la legislatura, estilo CUP con Mas. Se rumorea en los medios del foro que Sánchez quiere deshacerse de Carmen Calvo proponiéndola para presidenta del Congreso, pero ese cargo también sería del gusto de Unidas Podemos, que rentabilizaría al máximo sus 42 diputados.
Toni Bolaño también escribe en La Razón sobre la alergia que le produce al presidente la mera hipótesis de un ejecutivo bipartito: "El PSOE trabaja con esta hipótesis de Gobierno monocolor, aunque «no se cierra a pactos con nadie» ni tampoco niega «protagonismo a las fuerzas políticas», en clara referencia a Podemos, que insiste en un Gobierno de coalición. A tenor de lo dicho por las fuentes consultada, este Ejecutivo de coalición puede morir antes de nacer porque «el Gobierno para la próxima legislatura se impregnará de la misma filosofía que el actual. Ministros socialistas para garantizar un cordón umbilical con el partido e independientes progresistas de reconocido prestigio en sus entornos». En definitiva, Pedro Sánchez trabaja en la tesis de la «geometría variable» que puso en marcha Zapatero planteando acuerdos «a todas las fuerzas políticas sin exclusión porque es el talante del presidente, no excluir a nadie». Esto implica tener una sólida mayoría con acuerdos de legislatura abierta".
Actualidad catalana. Discurso de Agustí Colomines en El Nacional, que vuelve a la carga con la propuesta de una Autoridad Nacional Catalana: "La independència de Catalunya serà inevitable, si els independentistes ho volen. Constatat que el procés sobiranista no està enfonsant econòmicament el país i que no està naufragant, l’important és que sàpiga esquivar els atacs i se’n protegeixi per no donar més oportunitats a l’unionisme de fer mal. En les democràcies de veritat que té la majoria guanya. L’independentisme és fort i està en el llindar dels més de dos milions i mig de catalans que van anar a votar l’1-0. Tindrà èxit se els partits independentistes saben acordar una estratègia conjunta. La causa de Catalunya reclama l’existència d’una Autoritat Nacional Catalana (una nova ANC) que prengui decisions per damunt de les misèries partidistes que s’hi oposen. Un Front Ampli, com el que els opositors uruguaians van constituir el 1971, abans que derivés en una coalició purament esquerrana, amb l’antic “Colorado” Líber Seregni com a líder. Els palestins de l’Autoritat Nacional Palestina podrien fer un curs als independentistes catalans per advertir-los dels perills de les lluites fratricides. Cal conjurar-se, per tant, contra el principi pessimista que diu que de vegades s’avança “de victòria en victòria fins a la derrota final”".
El capitán de la selección española que ganó el Mundial de Sudáfrica ha sufrido un infarto durante un entrenamiento con el Oporto. Está fuera de peligro, no así su futuro deportivo. Hasta Mourinho envía ánimos y abrazos al mejor guardameta de la historia. En Ok Diario denuncian un titular de mal gusto en El País que sería finalmente retirado. Decía así: "Iker Casillas, de parada en parada".
2 de mayo, santoral: Atanasio, Félix diácono, Longinos y Viborada.