Ya tenemos un nuevo "traidor" en la oficina independentista. Manel Castellví es el hombre del día. Exjefe de la Comisaría General de Información de los Mossos d'Esquadra. Ingresó en los Mossos en 1981 y pasó a segunda actividad, tareas administrativas, el pasado enero. De momento, es el testimonio más desfavorable a los encausados y al procesado en rebeldía Carles Puigdemont.
La versión más extendida es que el policía barre para casa y descarga responsabilidades en los políticos, a quienes ha dejado vistos para sentencia. Refiere una reunión de 28 de septiembre del 17 de Trapero, Ferran López, Emili Quevedo y él mismo con Puigdemont, Oriol Junqueras y Joaquim Forn. Les avisaron por activa y por pasiva del riesgo de "escalada de violencia" y anunciaron que cumplirían el mandato judicial. Mandatos a Puigdemont... Dijo el entonces "president" que él tenía un "mandato del pueblo" y que cada palo aguantara su vela.
La testifical de Castellví, que continuará el lunes con turno para las defensas, corrobora la versión de Policía Nacional y Guardia Civil. La resistencia pasiva deja de ser pacífica cuando se convierte en resistencia activa. Y dice más. Resulta que hay un independentismo "radical". Paren rotativas.
En El Periódico firman la crónica Ángeles Vázquez y J. G. Albalat: "Se notaba que no quería. Que prefería no terminar las frases y ser deliberadamente confuso. Pero al final el comisario Manel Castellví, jefe de Información de los Mossos el 1-O, se convirtió en el testigo clave de la sesión de este jueves del juicio del 'procés', porque en sus palabras descansa en buena medida la acusación fiscal por rebelión. Sudando, congestionado, acabó explicando cómo salió "frustrado" de la reunión en la que la cúpula de la Policía de la Generalitat transmitió al entonces presidente, Carles Puigdemont, al vicepresidente, Oriol Junqueras, y al 'conseller' Joaquim Forn que el referéndum debía ser desconvocado".
En Nació Digital Sara González abunda en el efecto del relato de Castellví sobre los abogados del equipo independentista: "Rostres de preocupació a la bancada de la defensa. El discurs del primer testimoni dels Mossos d'Esquadra tenia un objectiu molt clar: salvar la policia catalana i el major Josep Lluís Trapero. El relat que ha fet Manel Castellví, excap d'informació dels Mossos, al Tribunal Suprem descarrega la responsabilitat de l'1-O en els membres del Govern".
La prensa de obediencia republicana tiende a pasar por alto las suculentas declaraciones de Castellví, pero la indignación es patente en personajes como Pilar Rahola, estupefacta ante la deposición del exmando de los Mossos. Lo dejó claro en su sermón diario de TV3. Del e-notícies: "La periodista Pilar Rahola ha titllat la declaració del cap de la Comissaria d'Informació dels Mossos d'Esquadra, Manel Castellví davant el Tribunal Suprem de "tristíssima" i ha afirmat que "ha anat a fer tot el mal que ha pogut". Rahola, durant el transcurs del programa 'Tot es Mou' de TV3, també ha considerat que Castellví "ha mentit" i ho ha atribuït al fet que "segurament tenen por". Y chimpún.
En el Diari de Girona, el disidente Albert Soler disecciona la retransmisión del juicio en la cadena autonómica: "El mètode és el següent: es televisen fragments del judici i s'intercalen amb imatges d'arxiu que presumptament desmunten el que ha dit l'acusació, o reafirmen a la defensa. Sembla fàcil, però requereix pràctica i, sobretot, requereix oblidar completament quina ha de ser la funció d'una televisió pública. Per exemple: que un testimoni assegura que els concentrats als col·legis electorals eren violents? S'intercalen imatges d'un grup de gent amb les mans enlaire. Que un altre assegura que la policia va actuar correctament? Ara toquen imatges d'antiavalots a cops de porra. És un sistema senzill, fal·laç però senzill: és com si a mi m'acusen d'haver-me emborratxat i aporto imatges en què se'm veu bevent aigua. Com si en Jordi Pujol se'ns mostrés fent la declaració de renda".
A todas estas, los pronósticos aventuran una crisis económica de importantes proporciones. Los agentes económicos emiten señales de alerta cuando aún se arrastran las consecuencias del ladrillo. De la crónica de Luis Doncel en la portada de El País: "El Banco Central Europeo (BCE) admite la gravedad de la situación. La economía de la zona euro se está deteriorando. El PIB de los socios del euro ya no crecerá este año un 1,9%, como preveía el eurobanco en diciembre, sino un 1,1%. La de ayer fue una revisión “sustancial”, según reconoció el propio Mario Draghi, presidente del organismo. Y por eso pasó a la acción y sorprendió con dos medidas de calado para hacer frente al parón económico: no solo aplaza unos meses la próxima subida de tipos, que ahora será como pronto a finales de año, sino que además aprobó una nueva oleada de liquidez para los bancos, la tercera desde el inicio de la Gran Recesión".
Huelga general feminista. Los periódicos vienen teñidos de lila. Público se llama hoy Pública. ¿Por qué no todos los días?
8 de marzo, santoral: Juan de Dios, Poncio de Cartago, Senano, Teofilacto y Veremundo.