El independentismo se ceba con Montserrat del Toro, la letrada de la Administración de Justicia atrapada en la consejería de Economía. Se acentúa que Carme Forcadell, contra el testimonio de Del Toro, no habló durante la concentración. La realización televisiva del juicio recoge las expresiones faciales de la aludida, que se sienta detrás de su abogada. También incluye a Jordi Sànchez, que presta atención y sonríe ante algunas de las respuestas de la secretaria judicial.
Causa mucha gracia, por ejemplo, que Del Toro se planteara abandonar el edificio en helicóptero. Se considera que exagera. Seguramente tanto como Mas cuando fue introducido en autogiro en el Parlament. Sí, hombre, el día que los "indignados" montaron un pasillo humano para "facilitar" el acceso de los diputados. La chaqueta de Montserrat Tura era un poema de pintura y salivazos. Turull pidió cárcel para los manifestantes. Se tuvo que refugiar en un garaje de aquella otra exhibición de civismo previa al viaje a Ítaca que se emprendería meses después, en el año 12.
Eran otros tiempos. Ayer depuso en el Tribunal Supremo el testigo clave. Se habla del miedo, teoría y práctica de la sensación. Escribe Pedro García Cuartango en ABC: "Montaigne no tenía empacho en reconocer que había sentido el pánico en su vida. "El miedo es una pasión extraña que trastorna nuestro juicio, y aun en los seres humanos de cabeza más firme, engendra graves alucinaciones"".
Continúa Cuartango: "Pero la secretaria judicial no sufrió ningún trastorno mental ni alucinación alguna. Había motivos objetivos para sentir ese miedo que, según sus palabras, sigue vivo en su memoria un año y medio después de aquella jornada en la que quedaron destrozados varios vehículos de la Guardia Civil. Su crudo testimonio, plagado de detalles como la escena de un manifestante que arrojó una botella sobre una cristalera, no dejó indiferente a nadie. Y menos a los abogados de los inculpados, que acusaron un golpe muy duro a su tesis de que el movimiento independentista era cívico y pacífico".
Sí, sí, cívico, pacífico y empático. No hay más que ver los reparos de Andreu Van den Eynde a que no se retransmita la imagen de la letrada judicial. De la crónica de Pablo Ordaz en El País: "Por la mañana, antes de la declaración de la secretaria judicial Monserrat del Toro, el fiscal Javier Zaragoza pide al tribunal que su imagen no sea reproducida por las cámaras en directo. Las demás acusaciones están de acuerdo. El juez formula entonces la petición a los abogados defensores y también todos, menos uno, admiten que el rostro de la funcionaria, ridiculizada en las redes sociales desde que se conoció su huida por los tejados, no sea difundido. El único que se opone es Andreu Van den Eyden, el letrado de Oriol Junqueras, que incluso formula una protesta. (...) El letrado Van den Eyden, que todavía no ha demostrado ninguna habilidad en la defensa de Junqueras, puede tener ahora un gesto de cercanía con una mujer que tiene miedo, pero prefiere no hacerlo. La condición humana, al fin y al cabo".
En cambio que Xavier Muro, el secretario general del Parlament, pidiera y obtuviera la misma reserva de imagen le pareció estupendo a la defensa de Junqueras. Cuenta Antonio Fernández en El Confidencial la clase de amenazas que difunden en redes sociales los "soberanistas radicales" con imagen adjunta de Montserrat del Toro: "Las demás frases sobrepasan los estándares del mal gusto y se internan en un terreno en el que bordean el delito: en resumidas cuentas, viene a explicar el hiperventilado independentista cómo le gustaría que violasen y por dónde a la secretaria judicial con “una caña astillada” para acabar lanzándola “al arcén de la carretera cual vulgar mierda de perro que eres”. Manel Acosta se mostraba también grosero. “Parece de barra americana”, lanzaba en la cuenta de MRC (Moviment Republicà Català). Otros activistas se muestran contundentes pero más respetuosos. “Si no estás bien en Cataluña, márchate. Encontrarás trabajo en muchos juzgados de fuera, no te sacrifiques quedándote aquí. Lástima que te llames Montserrat, más catalán no puede ser”, le atiza Maria Cinta Juan".
El caso es que los medios afectos a la teoría de que el 20S pasará a los anales de la historia del pacifismo determinan que si la secretaria judicial salió por un teatro en el que se había celebrado una función, no hubo rebelión. Claro y otra prueba es que Gabriel Rufián se fue a merendar. Más lo del Virolai y eso. Escribe en El Món Quico Sallés: "Però el punt fort ha estat quan ha rememorat el seu pas pel Coliseum després d’haver-se “despenjat” d’un muret d’un metre. Segon ha detallat, un cop va entrar per un passadís estret va anar a parar dins dels camerinos del teatre, i va haver-se de quedar allà mitja hora perquè, segons explica, el responsable del teatre "s'havia penedit i no volia permetre'm la sortir". Però finalment, el propietari va canviar de parer quan ja havia marxat el públic i el teatre era buit. "Només quedaven els actors i les tanques del teatre ja estaven pujades", ha detallat. Per això, la sortida del teatre la va haver de fer camuflada entre els actors i els agents de paisà. Curiosa rebel·lió és quan després d’hores de setge i fustigament, hores de protesta tumultuària… la gent acaba el dia anant al teatre".
Del propietario del teatro, Pedro Balañá, y de otro Pedro, el práctico del puerto de Palamós, Pedro Buil, escribe Arcadi Espada en El Mundo: "En Cataluña, populoso lugar, hay todo tipo de personas. Como está Pedrito está también don Pedro Buil Armengol, titular del puerto de Palamós. Escribió al Tribunal porque había leído unas mentiras del procesado Rull, a propósito de la imposibilidad de que el barco Piolín atracara en aquella bahía, tan fina como un labio. Escribió porque eran mentiras y porque esas mentiras podían poner en dificultades a un compañero suyo funcionario. A este don Pedro le importan menos las dificultades que él pudiera tener por decir, como dijo, la verdad. Un juicio es un paisanaje moral".
Mientras tanto, la Guardia Civil continúa escarbando en la documentación del 1-O y las estructuras de Estado, según pone de manifiesta una pieza de José María Olmo y Beatriz Parera en El Confidencial: "La Guardia Civil ha descubierto que el Govern de Carles Puigdemont diseñó un “sistema de cortafuegos” para apropiarse de las cotizaciones de todos los trabajadores de Cataluña tras la declaración unilateral de independencia (DUI). El proyecto fue desarrollado en secreto durante meses por el Departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia, bajo el liderazgo de la consejera Dolors Bassa, y habría contado con el apoyo de consultoras y tecnológicas como Deloitte e IBM, entre otras grandes compañías del sector".
7 de marzo, santoral: Felicidad y Perpetua.