El abogado Javier Melero ha topado con el coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos, cuyo testimonio en el Tribunal Supremo es demoledor. El letrado del exconsejero de Interior, Joaquim Forn, no consigue el que testigo incurra en las contradicciones típicas de los políticos. Porfía y utiliza trucos baratos Melero, como vacilar al coronel a cuenta de sus apellidos. "¿Cómo prefiere que le llame?". "Como usted quiera". Sin embargo, el defensor no se permite acosar al testigo como hiciera con Soraya Sáenz de Santamaría, Nieto o el propio Enric Millo, el otro gran protagonista de la sesión.



El coronel Pérez de los Cobos es un servidor del Estado, no un político que quiere que le quieran. Se maneja con instrucciones, órdenes e informes, más reglamentos y leyes. Queda poco margen para la interpretación. En síntesis afirma que los Mossos fueron cómplices del referéndum y que la actuación de Policía Nacional y Guardia Civil fue proporcionada. También cuenta que él mismo le pidió al presidente de la Generalitat, a la sazón Carles Puigdemont, que desconvocara el referéndum pues esa era la mejor manera de preservar la convivencia ciudadana. El procesado en rebeldía respondió que él ya sabía lo que tenía que hacer. Qué se habrá creído el picoleto.



El juicio se complica y cambia el estado de ánimo de las defensas, que hasta ahora salían cada día a hombros de la crítica. De la crónica de Pablo Ordaz en El País: "Desde sus primeras respuestas, la declaración de Pérez de los Cobos se parece en dos aspectos muy importantes a la que por la mañana hizo Enric Millo, el exdelegado del Gobierno en Cataluña, y a la que, el lunes por la tarde, depuso José Antonio Nieto, el exsecretario de Estado de Seguridad: las tres tienen apariencia de verosimilitud y las tres ponen en duda —a través de numerosos datos, fechas y experiencias personales— el discurso pacifista y dialogante de los líderes secesionistas. El resultado es que, al final de la mañana y por primera vez desde que se inició el juicio, los abogados defensores se empiezan a mostrar visiblemente nerviosos. Tanto es así que, en los últimos momentos de la declaración de Millo, el juez Manuel Marchena tiene que cortar en seco el interrogatorio de uno de los abogados defensores:



—"Vamos a ver, señor Van den Eynde. Esto es un debate jurídico. Y da la impresión de que usted se está careando con el testigo. No utilice la ironía de esa manera".



El letrado de Junqueras se había puesto en plan Perry Mason: "¿Hubo muertos o heridos el 20S?", inquirió a Millo. El exdelegado del Gobierno estuvo duro y coherente. La prensa afecta a la causa soberanista se cachondea de la trampa del "Fairy" y pasa de puntillas por el sucedido de la pintada "Millo, muerte" en un paredón de Girona. Otra vez Van den Eynde mete la pata hasta el corvejón. "¿Sabe quién hizo la pintada?". "No, pero sé quien la borró. Mi hija".



El testimonio de Millo ha causado conmoción en el independentismo. Nuevas muestras del carácter familiar y convivencial del movimiento por la república. El pío Joan Ignasi Elena, portavoz de los presos de ERC, aspirante a Síndic de Greuges, estudiante tardío de Teología, encajó así en Twitter la testimonial: "Sense cap mena de dubte, Millo és, amb distància, una de les persones més miserables que mai han passat per la vida pública. Quin fàstic, per favor!".

lavanguardia.750

Portada de 'La Vanguardia' del 6 de marzo de 2019

 

La inquina contra el personaje es manifiesta y se manifiesta en artículos de prensa. Escribe en La Vanguardia Isabel García Pagan: "Enric Millo es un excelente forjador de relatos. Hay que serlo para pasar de ser diputado de CiU, intentar un tránsito a la ERC independentista, y aterrizar a lo grande en el PP. La vehemencia del exdelegado del Gobierno en Catalunya debió ser lo que enganchó a Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría a la televisión en septiembre y octubre del 2017. Violencia, hostigamiento, acoso a las instituciones del Estado y a las fuerzas de seguridad. “El mundo al revés”, explicó ante el tribunal. (...) Es cierto que Millo sufrió amenazas anónimas de radicales independentistas y fue declarado persona non grata en su ciudad. Pero ayer su guion incluyó más violencia que el escrito de la Fiscalía y el de la acusación popular de ultraderecha juntos: siguiendo los cálculos de Millo, al menos cuatro ataques al día en un mes. Incluidos agentes con piernas y dedos rotos el 1-O por los que, según el ministerio del Interior, nadie pidió una baja".



Un tránsfuga este Millo. También alude al exdelegado la siempre cívica y cortés Pilar Rahola en su colaboración en el mismo diario: "El ejemplo más viscoso y servil de esta creación de mentiras lo ha protagonizado Enric Millo, antiguo virrey plenipotenciario de la Catalunya intervenida, en su interrogatorio en el Supremo. Aparte de los momentos más coloridos –y cutres–, como su historia del Fairy, Millo ha hecho una serie de afirmaciones perniciosas, que no ha demostrado con ningún dato sólido, pero que tienen como único objetivo alimentar la mentira de la violencia. Lo más grave, asegurar que el movimiento independentista es violento, una afirmación que sabe perfectamente que no es cierta, pero que necesita para justificar la aberración que se está perpetrando contra los líderes catalanes. Y lo hace con la conciencia clara del mal que puede provocar a los encausados. Millo no ha ido a explicar la verdad. Ha ido a hacer daño. Acabo con un proverbio judío: 'Con la mentira se acostumbra a ir muy lejos, pero sin esperanzas de volver'. Bíblica sabiduría...".



Sí, sin esperanzas de volver a Girona o de pasear sin escoltas. Y el caso es que Millo en ningún momento dijo "el movimiento independentista es violento", como por error tituló El Punt-Avui. De El Periódico: "Hay mentiras, hay falsedades y después hay estas declaraciones del señor Millo", ha comentado Torra a partir del mencionado titular. El exdelegado del Gobierno ha respondido airado, acusando al president de "generar odio" contra él: "La peor falsedad, la más inmoral y más perversa es la tuya, ya que yo no he dicho nunca eso de lo que acusas, y hoy tampoco. Lo puedes comprobar. Quien lo afirma miente. Lo que haces es generar odio contra mí. Te hago responsable de esto"".



Más tarde llegaba la rectificación del mencionado diario.



El exjuez Santiago Vidal es una mina de documentación independentista, un pozo sin fondo de planes republicanos. Nuevo hallazgo de la Benemérita en el archivo Vidal, según pieza de Esteban Urreiztieta en El Mundo: "La Guardia Civil ha intervenido al ex juez Santiago Vidal los borradores de la futura Constitución catalana, en los que se contemplaba negar la obtención de la ciudadanía catalana a todos aquellos militares, policías nacionales y guardias civiles nacidos fuera de la comunidad autónoma. La Policía Judicial ha descubierto un documento mediante el que se establecía textualmente: 'No podrán obtener ni conservar la ciudadanía catalana aquellas personas que no siendo catalanes de origen, hayan sido militares profesionales y/o fuerzas de orden público militar o civil del Reino de España y/o hayan formado parte de un gobierno extranjero'. (...) En la referida como disposición confiscatoria se añadía que 'pasan a propiedad de la República catalana los bienes existentes el día de la declaración de independencia dentro del territorio actual de Cataluña pertenecientes al Reino de España'".



Hoy sigue Pérez de los Cobos en el Supremo y testifica la secretaria judicial del 20S.



6 de marzo, santoral: Crodegango, Julián y Olegario.