Como es conocido, existen dos sectores independentistas: unilaterales y posibilistas, irredentos y pragmáticos, de Puigdemont o Junqueras. Los duros se niegan siquiera a comentar los Presupuestos del Estado mientras que los blandos serpentean, calibran, mesuran y calculan qué efectos puede tener la distensión sanchista en sus expedientes judiciales. Pero no sólo se trata de estrategia, porque todos son republicanos. El problema más agudo en el frente secesionista es de índole personal. Ahí hay mucha inquina, toneladas de rencor, una desconfianza visceral y ansias por ajustar cuentas.
La diferente suerte de los actores del proceso es lo que carcome la unidad republicana, la grieta por la que se cuelan todos los demonios. Y no sólo es la distancia entre mártires penitenciarios y vivales expatriados, porque de todo hay en ERC y en la posconvergencia. ¿Dónde están ahora esos genios de la empresa privada que formaban el "comité estratégico" del 1-O? Eso es lo que se pregunta y se responde en El Confidencial Nacho Cardero, que enhebra un artículo suculento sobre David Madí. Escribe Cardero: "David Madí (Barcelona, 1971) es el personaje de las mil caras, que diría Manuel Cerdán, o el espía que surgió del agua, en palabras de Xavier Salvador, o el hombre que siempre cae de pie, como titulaba Cristian Segura en El País. Un empresario independentista pura cepa que ha surfeado lucrativamente por entre las olas de la economía española con el viento a favor del Ibex 35. Cosas veredes. Fue presidente de Endesa en Cataluña con el beneplácito de Borja Prado y consejero asesor de Telefónica por gracia de César Alierta".
Cotinúa la pieza: Si hay que atribuirle algún papel en el drama shakespeariano del procés, sin lugar a dudas sería el de un Yago discreto y taimado, cuyos tentáculos llegaban a despachos que estaban prohibidos para otros. Ora representaba a las grandes compañías españolas, ora participaba del sanedrín para la organización del referéndum del 1-O; ora hacía proselitismo de la figura de Artur Mas, ora se pasaba con armas y bagajes a asesorar a Puigdemont. “¿Cómo es posible que no estén aquí ni Oriol Soler, ni David Madí ni Xavier Vendrell [en referencia al frente empresarial del procés]?”, se preguntaban, a las puertas del Supremo, los familiares de los dirigentes catalanes hoy en prisión. 'No es que no hayan sido procesados, es que ni siquiera están imputados, cuando hay imágenes que acreditan su participación activa'".
La nota de Cardero informa además del propósito de Madí, ahora al frente de Aigües de Catalunya por decisión de Eugenio Calabuig, de Aguas de Valencia, de montar un Agbar para ayuntamientos nacionalistas, razón por la que ha fichado a Marc Pifarré, exsecretario de la Associació Catalana de Municipis.
Portada de La Vanguardia del 14 de enero de 2019
Pues eso, que las familias de los presos no comprenden cómo es que los suyos se están comiendo entero un marrón con mil padres mientras que otros siguen para bingo, medran, prosperan y van a lo suyo.
Las defensas de los procesados se plantean, más o menos, convertir el juicio del 1-O en un juicio contra el Estado, marco mental que supone la dejación de funciones de rebatir los cargos de rebelión, sedición y malversación. También hay división entre los abogados. Dice El Periódico que desconfían del inefable Francesc Homs, al que se ha atribuido el papel de coordinador político del equipo defensor. Sueñan tortillas y se lamentan del mareo que los traslados supondrán para los presos. A su modo, están preparando el terreno por si las condenas se ajustan a la petición fiscal. No obstante, hay buenos profesionales al cargo de los presos. Son los que nunca salen en TV3, los que se preocupan por los años que les puedan caer a sus patrocinados en vez de por la república.
En La Vanguardia, aborda José María Brunet algunas de las circunstancias que rodearán el juicio. Informa de que los encausados no serán esposados. Tampoco lucirán el preceptivo traje de rayas horizontales. Escribe Brunet: "El Tribunal Supremo (TS) está preparando el inicio de la vista por el caso 1-O con especial interés en que se perciba desde el primer momento que se actúa con pleno respeto a la dignidad de los procesados. El objetivo es garantizar sus derechos y no dar pie a polémica alguna sobre el trato que reciben. El Supremo evitará, por ejemplo, que los acusados aparezcan esposados a lo largo del juicio oral".
Noticias del foro. Ecos del comisario Villarejo en VozPópuli. El tipo lo espiaba todo y ahora sus clientes tienen un problema bastante más gordo que los que solucionaba el colega comisario. Escriben Alejandro Requeijo y Tono Calleja: "El excomisario José Manuel Villarejo recopiló datos de la vida privada de varios dirigentes populares en el marco de sus pesquisas encargadas por el BBVA sobre Ausbanc y su presidente Luis Pineda. Según la documentación en poder del entonces comisario en activo a la que ha tenido acceso VozPópuli, figuran referencias personales de dirigentes como la actual presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor; el exministro del Interior Juan Ignacio Zoido o el presidente de la Junta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, entre otros dirigentes incluidos en el círculo de los supuestos contactos políticos de Ausbanc y Pineda (al que se refiere con el nombre en clave de ‘PIN’). Concretamente en un fichero titulado Anexo 01- Vinculaciones políticas y elaborado en octubre de 2014 (según indican los metadatos) se pueden leer las direcciones exactas de los domicilios de estos dirigentes, los nombres y fechas de nacimiento de sus parejas junto a una detallada información de sus carreras profesionales. Eso a pesar de que en algunos casos la relación entre Pineda y estas personalidades era tan solo tangencial".
El País lleva en portada que Suecia ensaya un pacto para aislar a la ultraderecha. Esos suecos, siempre tan modélicos. De la nota del diario de Prisa: "Suecia se encamina al fin de cuatro meses de bloqueo político después de que dos de los cuatro partidos del bloque conservador —Liberales y Centro— accedieran apoyar al hasta ahora primer ministro socialdemócrata Stefan Löfven, el más votado en las elecciones del pasado 9 de septiembre. Ambas formaciones han preferido así elegir a un candidato situado en sus antípodas políticas antes que buscar un acuerdo a la derecha con los Demócratas Suecos (DS), partido ultra que ha experimentado en los últimos años un formidable ascenso".
Formidable también es el ascenso en militantes de Vox, según explica Gregoria Caro en ABC: "La formación de Abascal comenzó 2018 con 5.085 afiliados y hoy cuenta con más de 26.300. En otras palabras, Vox ha quintuplicado sus militantes y ha crecido un 416% en tan solo doce meses. Y no es que su presidente tenga el don de la seducción, sino que la intensa actividad del partido en las redes sociales y su personación como acusación popular en la causa del procés les ha ido proporcionando más espacio mediático y protagonismo. Aunque, sin ninguna duda, el revulsivo más potente han sido las elecciones andaluzas. Así las cosas, el crecimiento de afiliación desde los comicios autonómicos se disparó. En noviembre, en plena campaña electoral, tenían 17.203 militantes y alcanzaron los 23.843 en diciembre".
Sobre lo de frenar a la ultraderecha también escribe Raúl del Pozo en El Mundo: "Se presentó (Pedro Sánchez) ante los catalanes como la única garantía de parar a la ultraderecha. Cree que los ha salvado y que salvará también al PSOE, mientras barones y veteranos runrunean que con él el PSOE va a retroceder 40 años, que carece de aparato consistente, excepto en Andalucía, y que el partido está desorientado y desfondado. Que vuelva la socialdemocracia no asusta a nadie ni en España ni en Europa; lo que sí asusta es la complicidad de Sánchez con el supremacismo que le exige autodeterminación, soltar los presos y una república Barataria. Si por seguir en el complejo de la Moncloa cede en alguna de esas exigencias, los españoles no le van a esperar sentados".
14 de enero, santoral: Dacio, Eufrasio, Félix de Nola y Potito.