Ecos de Manuel Valls. La trituradora nacionalista se ha puesto en marcha. De los creadores del hit de que Pasqual Maragall era un borrachuzo llega a las pantallas de sus dispositivos móviles el rumor de que el ex primer ministro francés no solo es francés sino que empina el codo. Paladines de la ética periodista deslizan que Valls se pensaba que estaba en la fiesta de Blas cuando apostilló el exordio sobre los "presos políticos" del ganador del Josep Pla de narrativa en catalán, Marc Artigau.



Encabeza la cruzada moral contra Valls la columnista de La Vanguardia y musa de TV3 Pilar Rahola, que concluye así su repaso al gabacho: "Habría una tercera hipótesis, avalada en Twitter por Enric Calpena, que estaba presente en el acto, en el sentido de la alegría, que ya se sabe que las fiestas literarias son muy alocadas. Todo podría ser, o sencillamente podría ser que el señor Valls sea lo que parece, un diletante que niega en Catalunya lo que defendía en Francia. Abogado de oficio, versión política".



Twitter y Calpena como fuentes de autoridad. ¿Y qué dice Enric Calpena en Twitter? Pues esto: "Estava a dues taules de distància quan anit Manuel Valls es va posar a cridar durant el sopar dels premis Nadal i Pla. No vam entendre què i qui cridava, però els qui estàvem allà vam arribar a la conclusió de que algú havia begut massa".



Nótese la finura del comentario, esa mano escondida, ese curarse en salud y ese "alguien" que no podría ser otro. Por el mismo sendero inquisitorial se desliza Jordi Galves en El Nacional. Artículo triunfante y nueva acusación de dipsomanía en feria agrícola: "Sí, l’espanyolisme ja tremola, va fet un manat de nervis. Manuel Valls, l’inconsistent candidat dels poderosos a l’alcaldia de Barcelona, s’esvera en públic, pateix vivament, es comporta cada vegada més com si fos Jean-Claude Juncker, i també com el president de la Comissió Europea sembla com si estigués atrapat per misteriosos atacs de ciàtica. Els nervis li juguen molt males passades al messié. A França ja coneixen prou els seus mals, sobretot després que es manifestessin cruament durant un saló d’Agricultura en el qual, l’aleshores primer ministre francès va empassar més de deu begudes alcohòliques diferents davant les càmeres de la televisió".



Así las cosas en el plano municipal, Albert Sáez en El Periódico le pone una banderilla a Valls, de quien dice que "cada día trasluce mejor su agrio carácter" y apunta a un sorprendente relevo en la candidatura socialista: "Iceta lo tiene casi todo a favor: no tendría que dejar su escaño en el Parlament ni el liderazgo del PSC (hay congreso en otoño si no hay elecciones catalanas) ni para ser candidato, ni para ser regidor ni para ser alcalde; su perfil arrincona a Manuel Valls en la órbita estricta de los votantes de Ciudadanos y lo incrusta en Vox; los votantes tradicionales socialistas le conocen y lo respetan; en los comicios del 21D arañó bastantes votos de exconvergentes moderados; conoce como pocos al candidato que parte como favorito, Ernest Maragall, y le puede disputar la herencia maragallista mejor que nadie; y, personalmente, le podría interesar cerrar el círculo polÍtico en el mundo municipal. La jugada dejaría a todos los adversarios con el paso cambiado y pondría al PSC en el epicentro de la campaña. Veremos".



Desgarrador retrato de Puigdemont a cargo de Salvador Sostres en ABC: "Uno de los últimos debates que sus imágenes desde Bélgica han generado es si había engordado. Lo que podría parecer una cuestión frívola tiene sin embargo una respuesta más grave. Si se le ve más lleno no es porque calme la nostalgia de su tierra comiendo demasiado, sino porque en su última paranoia cree que quieren asesinarle. Sus personas de confianza aseguran que sale muy poco de Maniac Mansion y que cuando sale lo hace provisto de un chaleco antibalas, y que por ello aparece más rechoncho en los retratos. "¡No está gordo, está loco!", exclama uno de los habituales de Waterloo, harto de los desvaríos de su jefe".

Sostiene además Sostres que Puigdemont también tiene miedo a ser envenenado y que por eso dio a probar unos dulces de Rasquera a los mossos que le acompañan en su refugio. 

Novedades demoscópicas. Pedro Sánchez estaría dotado de un apéndice floral en las posaderas mediante el cual conseguiría renovar el alquiler de la Moncloa a pesar del ascenso de Ciudadanos y de Vox, según los datos de la encuesta de El Español. Así arranca el texto sobre el sondeo de Gonzalo Araluce: "Partido Popular, Ciudadanos y Vox suman el 49,3% de la estimación de voto, si bien ese resultado no les vale para que Pedro Sánchez abandone la Moncloa. Porque el PSOE, sumando los apoyos de los partidos independentistas y de Unidos Podemos (como hace para mantener la actual legislatura), alcanzaría de nuevo la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados".

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Estimación de voto según la encuesta de Socimétrica para 'El Español' / EE

El sondeo apunta a que Sánchez mejoraría los resultados del PSOE al pasar de 84 diputados a 89-91, sería la primera fuerza y a pesar del descenso de Podemos, que pasaría de 71 diputados a 58-60, lograría reeditar la mayoría de la moción, toda vez que en el mundo independentista se darían los siguientes resultados: "ERC pasaría de 9 a 13 escaños; PDeCAT, perdería dos diputados y se quedaría con 6; PNV ganaría uno y tendría 6 representantes; y EH-Bildu, sumaría otro escaño hasta llegar a los 3".



Se acerca la sesión de investidura en Andalucía. La presidenta de la cámara, la ciudadana Marta Bosquet, está por comenzar la evacuación de consultas con los presidentes de los grupos para proponer candidato. Gran tensión ambiental. Cuenta Chema Rodríguez en El Mundo que Ciudadanos airea el reparto de consejerías para dejar claro que Vox no pinta nada: "Un día antes del encuentro que mantendrán el secretario general del PP, Teodoro García Egea, y el de Vox, Javier Ortega Smith, Ciudadanos se descolgó con el anuncio de que su líder en Andalucía y previsible vicepresidente de la Junta -si no hay sorpresas-, Juan Marín, asumirá la tarea de suprimir los "chiringuitos políticos" que el PSOE ha ido construyendo en los 36 años que lleva al frente de la Junta. Será desde la Consejería de Regeneración Democrática, en la que también estarán las competencias para suprimir privilegios (como los aforamientos) o la lucha contra la corrupción. Pero, además, el partido naranja se habría quedado, según este reparto, con las áreas de Economía, Educación, Igualdad y Empleo, lo que dejaría a los populares, teóricamente, las de Hacienda o Sanidad".



La idea es reducir el entramado administrativo, alarde más difícil si cabe siendo dos a repartirse el pastel. Sigue la nota: "Dichas áreas tendrían que concretarse en consejerías que asumirían, en función del objetivo de reducir la estructura pactado por PP y Cs, materias que hoy constituyen departamentos independientes. En este sentido, sobre la mesa de la negociación se ha puesto que la Consejería de Regeneración asuma las competencias de Justicia e Interior, que quedarían en ese caso en manos de Marín. De Economía podría depender Universidades o Turismo, y de Educación, Cultura y/o Deporte".



Todo esto se puede quedar en agua de borrajas si Vox no se aviene a apoyar el cambio desde la barrera. En el PP son optimistas, siempre optimistas. Creen que se impondrá el ambiente de fin de régimen al maximalismo machirulo, pero no las tienen todas consigo. Escribe Carmen Morodo en La Razón: "La cúpula popular ha trasladado a Vox, y hoy volverá a hacerlo, que hay dos líneas rojas que han fijado para la investidura de Juan Manuel Moreno que "son inviables", y "lo saben", precisan en Génova. No pierden la confianza en que se imponga "el sentido común frente a la testosterona", pero hay más preocupación que días atrás por la presión del calendario sin gestos por la otra parte, aunque se resistan a aceptar que el pulso pueda llegar hasta el final y frustrar la expectativa del "cambio"".



8 de enero, santoral: Alberto obispo, Gúdula, Natalán y Paciente.