Cosa de no creer lo que mucho que ha prosperado Pablo Iglesias, al que hemos visto crecer y ya lo tenemos en Moncloa casi como Pedro por su queli. El mozo alfa de la izquierda izquierda ha sentado cabeza, es padre y tiene una flamante hipoteca sobre un chalet con terreno y tinaja-jacuzzi. Sólo le falta el 4x4. Cuestión de tiempo. Como en Moncloa ya hay vicepresidenta, Iglesias va de vicecomandante Pablo.



Pedro Sánchez y Pablo Iglesias engalanan las portadas del ABC, El País, El Mundo, La Razón y La Vanguardia con el acto de la firma del acuerdo de los Presupuestos Generales del Estado. Uno de los puntos filipinos de las cuentas es la espectacular subida del salario mínimo interprofesional, que será de novecientos napos si los números superan los trámites parlamentarios. La patronal se echa las manos a la cabeza y predice un incremento de la economía sumergida, esa cosa tan ibérica de escamotear impuestos y ahorrarse papeleo, derecho natural frente a derecho laboral. Cientos de miles de propietarios de bares y comercios tendrán problemas. Según El Confidencial, el aumento del SMI beneficiará al 10% de los asalariados.



En la prensa liberal conservadora alertan de que la subida de impuestos sí afectará a los paganos de las clases medias y de que el Gran Capitán inspira los cálculos de los doctores Sánchez e Iglesias. "Presupuestos para la recesión: más gastos y más impuestos", titula La Razón. El Mundo los tacha de "populistas". 

portada el pais 12 octubre

En El País alegan, en cambio, que "Sánchez e Iglesias sellan un amplio acuerdo para acabar con la austeridad" y saludan el acontecimiento presupuestario con una crónica a tres manos de Claudi Pérez, Carlos E. Cué y Ana Marcos que arranca así: "Una fotografía dio paso ayer a un nuevo tiempo político en España, dominado ahora por el pacto PSOE-Unidos Podemos. Esa especie de cogobierno quedó sellado con el apretón de manos entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias tras firmar el pacto de Presupuestos. Ambos líderes pretenden agotar la legislatura y dar un claro giro social, con la mayor subida del salario mínimo en 40 años y varias medidas que acaban definitivamente con una era de austeridad. Pero quedan dudas por el lado de los ingresos: Bruselas desconfía. Y ni siquiera está claro si se suman los independentistas catalanes, imprescindibles para sacar adelante las cuentas".



A los independentistas catalanes que les den 3.200 millones de euros ha dicho Sánchez. El presidente del Gobierno se maneja con el estereotipo caducado. La pela ya no es la pela. El modelo nacionalista del catalán es ahora un carácter soñador y poco práctico, marmolillo. ERC y el PDeCAT quieren a sus presos en la calle, que el Gobierno desborde la separación de poderes y entre en colisión con fiscales y jueces. Y que reconozca además la autodeterminación. Van fuertes y tienen prisa. Ya no les valen los comentarios ministeriales solidarios con los preventivos. 



Raúl del Pozo resume en El Mundo: "Los independentistas dirán la última palabra y las derechas ya han respondido desde el rebote diciendo que ese borrador inquietará a Bruselas, es un argumentario para la campaña electoral de la izquierda, un desafío a la banca que estremecerá a la Bolsa y la semilla de la próxima crisis económica. Pablo, ya con empaque de hombre de Estado, declara que mientras los conservadores están obsesionados por probar quién tiene la bandera más grande, ellos han logrado poder colocar las necesidades de la gente en el corazón de los Presupuestos. Un dirigente de Podemos me recuerda: "Ya te dije que no éramos populistas, sino eurocomunistas".



Sí, claro, los nietos bolivarianos de Berlinguer, Carrillo y Marchais.



Política catalana. El Parlament es la caña. Catalunya en Comú-Podem enmendó ayer el grave patinazo de haber evitado la reprobación del Rey en primera instancia el pasado martes. Con lo republicanos que son ellos. El día que la mayoría soberanista perdió cuatro votos por las cosas de Puigdemont, los comunes votaron con el tripartito del 155 para abatir la propuesta de resolución de JxCat y la CUP sobre el monarca, lo que causó tremendo alboroto en Can Colau. Ayer, decíamos, presentaron una propuesta de resolución que reprueba el discurso del Rey del 3 de octubre del año pasado y pide la abolición de la monarquía por "antidemocrática" y "caduca". 



Elisenda Alamany se puso tan contenta que colgó a Felipe VI boca abajo en su cuenta de Twitter. Y Sánchez, que estaba saboreando las mieles del acuerdo con Iglesias, se tuvo que arremangar otra vez en dicha red social para advertir de su soberano mosqueo: "Es inadmisible la resolución votada esta tarde en el Parlament de Cataluña que pretende rechazar y condenar al jefe del Estado. Este #Gobierno adoptará las medidas legales a su alcance en defensa de la legalidad, la Constitución y las instituciones del Estado".



Medidas al alcance. De El Periódico: "Según fuentes del Gobierno, la resolución será impugnada ante el Tribunal Constitucional (TC). No es la primera vez que Sánchez da este paso frente a una iniciativa del Parlament. El pasado julio, el Ejecutivo llevó ante el TC una moción que apostaba por la desconexión de España, reafirmando la declaración de soberanía del 9 de noviembre del 2015".



Al respecto de la osada reprobación, La Vanguardia publica un editorial en el que viene a desmentir que Felipe VI se dirigiera a los ciudadanos vestido de militar y dijera "a por ellos" en relación a los catalanes. Ahí va un extracto: "Quizás sea pues oportuno recordar el contenido del discurso real del 3 de octubre del 2017. Es un hecho que no aludió en él a las contraproducentes cargas policiales del 1-O. Pero dicho mensaje no fue, como señala faltando a la verdad la reprobación, una justificación de la violencia policial, sino una defensa del orden constitucional y una reivindicación de la libertad de pensamiento en el marco del respeto a la ley".



El personaje del día es un individuo detenido por la policía local en Sevilla tras una persecución. Del Diario de Sevilla: "Un hombre ha sido detenido tras una persecución por la ciudad por conducir sin carné y con un brazo escayolado, dando positivo en el consumo de cinco tipos de droga, además de llevar varias armas blancas en el coche". Las drogas eran cocaína, opiáceos, benzodiacepinas, cannabis-25 y anfetamina y las armas, una katana, una navaja de muelles, un mazo y dos picas. Al parecer no iba bebido.