El X presidente de la Generalitat, Quim Torra, gira este lunes por las prisiones del Estado en la meseta. En Moncloa, el presidente Rajoy contempla con fastidio la pirotecnia institucional del ungido por Puigdemont para encabezar el "Govern" en la sombra (Jordi Cañas dixit) con Rull y Turull y en "exilio" con Lluís Puig y Toni Comín. La "restitución" se titula la comedia.
El 155 no decaerá, sostiene Rajoy, hasta que no haya un ejecutivo autonómico con consejeros que puedan deambular en libertad por el mundo, península ibérica incluida. El jefe de Gobierno va a remolque de Albert Rivera, cuyo discurso de bandera ha desarbolado a los partidos nacionales.
No obstante, los nombramientos de Rull, Turull, Puig y Comín son perfectamente defendibles. Los juristas por la patria catalana se suben por las paredes. Manejan argumentos solventes, algunos de ellos reflejados en el artículo en El diario de Joaquín Urías, exletrado del Ttribunal Constitucional: "El nombramiento de esos consejeros, para que -como dice el acuerdo- sea realmente el resultado de las elecciones, corresponde al president de la Generalitat. Es lo que establecen la Constitución y el Estatuto de Autonomía. Si alguno de tales nombramientos resultara ser ilegal, el que responde es, evidentemente, el president de la Generalitat, que es el que libremente decide quién va a integrar su Gobierno. Pero, para que todo esto funcione, hace falta que los nombramientos aparezcan publicados en el boletín oficial correspondiente. Lo que no se publica, jurídicamente, no existe. Si no está publicado ni se puede impugnar ni responde nadie de ello, porque no es un acto jurídico".
Tanta brigada Aranzadi y tanto abogado del Estado para improvisar sobre la marcha.
El capítulo del día sobre el fantástico mundo interior de Torra viene de la mano de Santiago Tarín en La Vanguardia, que repasa la trayectoria de los hermanos Badia, ejemplos esféricos de patriotas a la manera de Torra. Escribe Tarín sobre Miquelet Badia: "Tuvo un destacado papel en los hechos del 6 de octubre de 1934. José Tarín-Iglesias cuenta en La rebelión de la Generalidad (Plaza y Janés, 1988) cómo llegó a la plaza de Sant Jaume en un descapotable esgrimiendo un fusil ametrallador, y como él y Josep Dencàs, conseller de Governació, también de Estat Català, se hicieron unos uniformes para la ocasión, con graduaciones, e incluso, en el caso de Dencàs, con un fajín decorado con la estelada. Al fracasar la intentona, refugiados en la Conselleria d’Interior (ubicada donde luego estuvo el Gobierno Civil) huyeron por las alcantarillas, salieron sucios por detritus en la Barceloneta y se subieron a un coche, escapando a Francia. Ambos permanecieron en el extranjero hasta que, con la llegada del Frente Popular al Gobierno de España, fueron amnistiados".
El texto concluye así: "Miquel Badia era un hombre violento en tiempos turbulentos. Quim Torra le ensalza, pero hay que decir que no es el único. En el 2011, 80 personas firmaron un manifiesto en el que se pedía una calle en Barcelona para los hermanos. Entre los que lo rubricaron estaban también Josep Rull o Oriol Junqueras, quien también participó, con Torra, en un homenaje a los Badia en el 2013. En cualquier caso, un legado problemático, salpicado de violencia y marcado por crear milicias paramilitares fascistoides. Es curioso que, al informar de su muerte, La Vanguardia destacaba la normalidad política en Catalunya, 'ejemplo para el resto de España'. A los 80 días, el país se sumía en la Guerra Civil".
Los funcionarios del Estado huyen de Cataluña. De la portada de El País: "Villafañe (fiscal) quiere pasar página, pero cuando echa la vista atrás recuerda la 'angustia y el miedo' de sus compañeros y las malas sensaciones de vivir en una sociedad polarizada. Los grupos de Whatsapp que dejan de funcionar. Las conversaciones incómodas. 'De haberse puesto las cosas más feas de verdad, casi todos nos habríamos ido'. La idea de emigrar le pasó también por la cabeza al magistrado Luis Rodríguez, portavoz de la conservadora Asociación Profesional de la Magistratura (APM) en Cataluña. 'Me sorprendió la agresividad de una sociedad tan abierta como la catalana. No reconocía a una sociedad que, de repente, me señalaba como parte del aparato represor'".
Ecos del discurso de Rivera y de las lágrimas de Marta Sánchez. Conmoción en la izquierda, que acusa al líder de Ciudadanos de primo de José Antonio. Las "redes atemorizadas" con Rivera, asegura el Tremending Topic de Público. Pavor en las fosas sépticas del anonimato y el odio enfermizo. La exhibición del estandarte de España provoca sudores fríos en el campo vegano. No así la exaltación de la estelada en los mítines de la derechona catalana o en las pintadas de las chicas de Arran.
En Ok Diario escarban en la materia de los gastos implícitos en el mantenimiento de la finca de los Iglesias Montero en Galapagar y muestran la nota con los gastos de comunidad, agua y demás. 750 napos al mes tirando por lo bajo.
Maduro dice que ha ganado, que le han votado el 68% de los que han votado. Como cuando el diablo no tiene nada que hacer mata moscas con el rabo, Zapatero está de observador en Venezuela, lo que es interpretado a diestra y siniestra como un apoyo al hambre y la tiranía. Aventuras y desventuras de "el observador". De la crónica de Alicia Hernández en El Confidencial: "El medio venezolano NTN24 se encontraba en el exterior del centro cuando un periodista ha tratado de entrevistar al expresidente. '¿Por qué avalar unas elecciones que más de 50 países y la ONU dicen que no son buenas?', ha preguntado el reportero. En ese momento, la multitud congregada a la salida ha comenzado a abuchear al expresidente, lo que le ha impedido a éste escuchar la pregunta. El periodista ha insistido en su consulta, y Zapatero ha contestado que 'he estado mucho tiempo aquí y vengo a observar' antes de proceder a meterse en el coche que le esperaba a la salida, apremiado por los encargados de su seguridad que veían como el ambiente se caldeaba por momentos".
21 de mayo, santoral: Pascua de Pentecostés, Virginia y Timoteo.