¿Permitirá el juez Llarena una investidura presencial o telemática de Jordi Sànchez? No parece previsible, pero esto es el proceso. El presidente del Parlament Torrent espera una respuesta mientras prepara un show alternativo por si acaso, otra de esas sesiones de la cámara catalana que hacen las delicias de los primatólogos. En el calendario republicano, el viernes 13 no está marcado en rojo, sino el domingo 15, fecha de la próxima performance de la ANC y Òmnium con la inestimable colaboración de los sindicatos UGT y CC.OO., que se nos han vuelto amarillos.
En El Mundo le dan bola al giro independentista de las centrales. A chorros se les dan de baja los afiliados que no tragan con las esteladas. Eso sí, Camil Ros y Javier Pacheco salen en todas las fotos históricas del proceso, como antes Álvarez y Gallego. Se entiende perfectamente. En UGT militaba la pedecata Neus Munté y en ERC, Ros. ¿A qué trabajadores representa esta peña?
El pollastre de collons. Qué razón tenía Puigdemont en sus ensoñaciones de presidente de la república camino del exilio. A Rajoy se le proporciona un teléfono de mesa, de esos con cable entre el auricular y la caja de los números, y es capaz de tener un accidente. Tras haber quedado como Cagancho en Schleswig-Holstein, el Ejecutivo del antedicho se dispone a lanzar una contraofensiva de Annual a Amsterdam. Ojo con lo que puede salir de ahí.
Sigue: "Se trata de una ofensiva diplomática en toda regla que abarca contactos con los gobiernos europeos, pero también, y sobre todo, un intento de persuadir a la opinión pública ya que uno de los problemas que se han detectado en el caso alemán es que una parte importante de los editoriales de aquel país que se pronunciaban en contra de la entrega a España".
Pues todos tranquilos que está el mariscal Dastis al rescate y los fiscales de aquí se van a reunir para parlamentar con sus homólogos alemanes en La Haya. Calibran endosarle otro cargo a Puigdemont, el de conspiración. Lo de Manolete está descartado de momento.
Con lo fácil que parece explicar lo que pasó. A ese loable empeño responde el artículo de Javier Cercas en El País sobre aquellos días de septiembre y octubre: "Durante los últimos días ha habido protestas de la opinión pública alemana contra la detención en Alemania del expresidente catalán Carles Puigdemont. Ahora bien, me parece imposible entender esa detención sin preguntarse qué ocurrió el otoño pasado en Cataluña. La respuesta más corta es la siguiente: que el Gobierno nacionalista de la comunidad intentó romper un Estado democrático a fin de separar una parte del mismo mediante un golpe de Estado (o, para ser más precisos, mediante lo que yo llamaría “un intento frustrado de autogolpe civil posmoderno”)".
El autor se extiende en los pormenores y apunta: "Lo cierto es que a finales de 2012 el Govern diseñó un plan separatista que se llevó a cabo con todos sus medios ingentes y en nombre de la democracia, aunque sin el más mínimo respeto por las reglas democráticas, lo que entrañó en los años siguientes el incumplimiento sistemático de las leyes y las resoluciones de los más altos tribunales".
Raúl del Pozo abunda en su artículo sobre la importancia del lenguaje al hilo del marasmo de imputaciones: "Hay guerras que han estallado por la morfología de una palabra. En este momento -por la confusión entre juristas ante un vocablo- puede dividirse Europa. La comisaria Vera Jourová ha declarado que la Justicia alemana actuó de acuerdo a las reglas con la petición de extradición de Puigdemont, lo que indica que la UE desestima el delito de rebelión. El Gobierno español moviliza a los fiscales y a los embajadores para que se reconsidere la rebelión en la euroorden, cuando lo que tendrían que enviar es a académicos de la lengua. Allá y aquí. Porque ahora intentan entrullar a unos chulines acusándoles de rebelión por escrachar a jueces y cortar carreteras en un momento que ha de tenerse conducta con la Gramática y con las detenciones; si no a este paso vamos a tener una España rota y roja".
La exdiputada cupera Mireia Boya le envía una carta a Tamara CDR en Vilaweb que da cuenta del estado de ánimo en las barricadas republicanas: "Els terroristes són ells. Terrorisme d’estat, se’n diu. Si guanyen, perdem tots. La protesta no violenta, la desobediència civil no són delicte, mai no ho poden ser. I que no es pensin que pararem, estem decidits a no agenollar-nos mai més. Ens hem aixecat. Resistim i resistirem. Orgull de tots aquells que, com tu, són CDR. La nostra força és col·lectiva, la seva derrota és voler individualitzar-nos. Poder popular. Recorda, davant el jutge, dins la cel·la, fins que surtis, hi som tots. Sent el nostre alè rere teu, t’apuntalarà en aquestes hores difícils".
Presos y detenidos deberían cobrar derechos por tanta lírica de medio pelo.
Cifuentes ahí sigue, que no se va hasta que no se lo diga Rajoy en persona. Buen movimiento, envidar al presidente a que le mire a los ojos y pronuncie la fatal sentencia. Puede esperar sentada, que es lo que quiere. Y como no hay dos sin tres, Griñán, en el banquillo de los acusados por los ERE de Andalucía, declara que no se enteraba de nada.
12 de abril, santoral: Alferio, Constantino, Erkembodone y Julio I papa.