Puigdemont es ahora mismo el español de moda en el mundo. Puede que mucha gente no sepa si es torero o presidente de una criptorepública en el internet profundo, pero acapara la atención internacional entre desgracia y desastre. Entre la prensa afecta, El món subraya con orgullo y satisfacción que el detenido fue trending topic mundial.
Desde los tiempos de Mas, el independentismo va de jugada maestra en jugada maestra. Empezaron con lo de cambiar referéndum por proceso participativo en el 14, alcanzaron cumbres inauditas con la república de los ocho segundos (10-O) y la república secreta (27-O) tras amagar con unas elecciones que habrían evitado cárceles, fugas, detenciones y penas, siguieron para bingo con el intento de investidura de Turull y lo han clavado con la internacionalización de la causa.
La pieza de Iu Forn en El Nacional evidencia ese apresto de puro optimismo que anida en el independentismo: "¿Y si Puigdemont hubiera provocado la situación? ¿Especulamos? Va, que es gratis y relaja. El President tiene un asesoramiento legal muy potente en Bélgica y en otros países europeos. Gente experta que sabe de qué va la cosa. Alemania, al contrario que Bélgica, es la capital real de Europa y Merkel es su presidenta. Y ahora tiene un problema que debe resolver. Quizás peco de pardillo, pero pudiendo hacer varias combinaciones en avión desde Finlandia a Bélgica y sabiendo que el CNI lo sigue, me cuesta creer que Puigdemont se arriesgue a hacer un viaje en coche de tantos kilómetros para ser parado precisamente en Alemania".
Ahora viene la astucia: "¿Y si resulta que Puigdemont y sus asesores legales buscan provocar un problema político interno en Alemania? ¿Y de paso en Europa? ¿Y si buscan que, para evitar una crisis interna, Alemania niegue la extradición? ¿Se lo imagina? Si la justicia de la capital europea real diera la razón a Puigdemont, ¿en qué lugar quedaría la justicia española y sus argumentos para mantener a 9 personas en la prisión acusadas de delitos inexistentes?".
Colofón: "Y si eso no fuera así, si no fuera una estrategia sino una pifia monumental de Puigdemont, oiga, mil millones de veces mejor estar en manos de la justicia de un país como Alemania que en manos de la justicia política española".
Ahí lo deja Juliana: "Insensata adulación". Y se lo dice a una compañera de diario.
Como no podía ser de otra manera, los digitales del proceso no se privan de equiparar a Puigdemont con Companys, a España con el franquismo. Sólo Alemania difiere en la siniestra ecuación. Del texto de El directe: "Passats 87 anys, la història es repeteix. Espanya embogida en recerca i captura d'un president electe català. La diferència és que Alemanya ja no és un règim nazi sinó una democràcia consolidada i amb un sistema judicial que ofereix moltes més garanties que l'espanyola. De fet, el precedent de Companys podria ser un element que podria afectar directament a la sensibilitat de la justícia alemanya".
En El món titulan "La misma España, dos Alemanias". Mariano es Franco y el juez Llarena, al que los chicos y chicas de Arran ya le han marcado el chalet de la Cerdanya, el general Muñoz Grandes. ¿Amenazas? No exageremos, ¿oi? ¿Violencia? Para nada. Anoche se quemaron unos cuantos contenedores y el acomodado Eixample derecho parecía Rentería en los ochenta, con escopetazos de aviso, sirenas y porras. "¡Els somriures s'han acabat!", gritaban los cívicos manifestantes que arrojaban huevos, latas y palos a los polis. Identificado entre los alborotadores un número de los Mossos.
La lucha llegó hasta el Gran Teatro del Liceu, apunta Vilaweb, donde el público alzado, sin miedo, gritó “¡Llibertat presos politics!". Sin embargo, el Comité de Defensa de la República del Círculo adjunto se abstuvo de cortar el tráfico en las Ramblas.
Repaso a la estrategia secesionista en el artículo en El País de Rubén Amón, que concluye así: "Se les va a hacer largo el camino del Gólgota. Y no les será sencillo añadir a Alemania a la gran teoría de la conspiración liberticida. El independentismo ha condenado la independencia. Por la prisa. Por la intimidación. Por la frivolidad. Y por la autosugestión. Tanto han construido una realidad paralela que a Puigdemont va a estremecerle pasar una noche en el calabozo escuchando como un metrónomo patibulario los pasos de un policía alemán".
Se cuece otra jugada maestra: investir a Puigdemont, ni que sea por lo simbólico. Se va a cagar Merkel. Este domingo ya le dio un toque Elisenda Paluzie con la protesta ante el consulado alemán. Tiembla, Deutschland.
26 de marzo, santoral: Baroncio, Bercario, Braulio de Zaragoza, Cástulo, Desiderio, Eutiquio, Máxima y Montano.