Parte de bajas. Carme Forcadell, Marta Rovira y Dolors Bassa renuncian al escaño, la CUP se niega a investir a Turull y da por terminado el proceso. Como dicen en Tabarnia, acta es fabula. Los medios nacionalistas se ponen en lo peor y airean la posibilidad de que el juez Llarena enchirone a las exdiputadas de ERC y a Rull, Romeva y Turull. El último, que apague la luz en el partido del triángulo masón. Sube como la espuma Pere Aragonés, el secretario de Economía que aguanta en su cargo el 155 como un machote. Y Sabrià y Torrent, claro. Esquerra vuelve a ser el campo de nabos de Salvadó.



Harakiri independentista. Desastre colosal. Arranca la cuenta atrás. La CUP nunca defrauda. El independentismo se había conjurado para descojonarse del Llarena solitario mandándole a un presidente Turull, pero no contaron con los adictos a las asambleas. Ni siquiera les consultaron lo de adelantar el pleno. No se cansan de hacer el ridículo. El miércoles por la noche les dio un subidón, La prensa afecta estaba por la labor, destilaba triunfalismo. Som collonuts, alardeaban. Qué gran idea habían tenido. Hoy todo es decepción y una gran resaca. Inmensa tristeza y tremenda "errada" del club de amigos de Puigdemont.



Penoso discurso de Turull, de tintes fúnebres. La república está mustia. No hay perdices al final del cuento, todo es hiel y rejas. Los "cupaires" danzan sobre la tumba de Convergencia. Divertido chascarrillo a cuenta del flácido discurso de investidura en el artículo de Enric Vila en El Nacional: "Turull va portar la cultura convergent fins a un extrem tan caricaturesc, que era difícil que cap independentista que no tingui interessos en l'administració autonòmica pogués seguir-lo. Un exmilitant de PDeCAT, m'ho va il·lustrar amb una metàfora insuperable, mentre l'aspirant a president parlava, llegint el paper capcot: "És com si et trobes la teva dona follant amb un altre paio en el teu propi llit i et poses a parlar-li de la factura del gas, com si no passés res".



lavanguardia.200

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La crónica de Isabel Garcia Pagan en La Vanguardia describe las nuevas posiciones en el independentismo: "“No tenemos más planes”. La investidura frustrada de Jordi Turull deja el futuro de la legislatura hoy en manos del magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena y su auto de procesamiento contra la cúpula del proceso independentista, posibles ingresos en prisión y suspensiones parlamentarias. (...) Pero el debate también se llevó por delante el bloque independentista. Cada grupo ha optado por su estrategia particular, política y judicial. Mientras que JxCat sigue aferrado a la figura de Carles Puigdemont, ERC decidió anoche que tres de los cuatro diputados investigados por el Supremo dejen sus escaños y sean relevados. (...) La CUP fue más expeditiva: “Hoy pasamos a la oposición” para defender “la república en la calle”".



Pilar Rahola está muy enfadada. Algo más que dolida con los chicos y chicas de la CUP. Escribe la musa de la república: "Sí, ciertamente hoy tendría que haber sido un día extraordinario, a pesar del ruido estridente que llegaba de poniente y que ennegrecía el cielo del Parlamento catalán. Pero durante unas horas Catalunya habría tenido un president que no habría sido impuesto por Soraya y Rajoy, ni marcado a fuego por el 155, sino surgido de la voluntad de la mayoría surgida de las urnas. Pero sin embargo..., por si no fuéramos un pueblo extraño –sabio en el arte de resistir, pero torpe en el arte de triunfar–, faltaba que algunos, desde la soberbia de su hiperideología, dispararan el fuego amigo, una vez ya conocíamos la dureza del fuego enemigo. Y así, en nombre de la República, el pueblo, Catalunya libre, la lucha de clases y la revolución permanente, aparecía la CUP y decidía que no, que no era suficiente el estar imputado por luchar por Catalunya, el entregar la vida por unos ideales de libertad, el poder pasar décadas en prisión y el estar en el punto de mira de todo un Estado, en el propio centro de su diana". 



Por parecidos derroteros discurre la nota de Xevi Xirgo en El Punt Avui: "Del que volia parlar és de la coherència, la valentia i el convenciment de Turull en el ple d’ahir. Sabia que no sortiria investit (gràcies, CUP), sabia que aquest matí seria a Madrid jugant-se el seu futur (ell i la resta de diputats), i tot i això va aguantar ferm, tranquil i serè. “Si hagués buscat la meva confortabilitat tindria menys maldecaps”, va dir, i va afegir que era a l’hemicicle “per honestedat amb un mateix” i perquè “els dos altres candidats no hi han pogut ser”. Probablement, sí, si Turull hagués sabut que seria investit (gràcies, CUP) el to hauria estat diferent. I avui la imatge del president d’un govern acabat d’investir i declarant davant d’un jutge que el pot enviar a presó hauria fet la volta al món. Però no. CUP style. (...) Gràcies a Llarena ens havien xiulat un penal a favor i no només no el vam ni llançar sinó que ens vam fer un autogol".



Partal reajusta el navegador en su texto de Vilaweb: "La qüestió és saber què farem a partir d’avui. Ahir es van obrir els dos mesos de termini que permetrien als tres grups polítics republicans, encara, de formar govern. No puc dir que confie gens que això siga possible. Segurament dependrà molt de què passe avui mateix, de què decidesca el jutge Llarena. Però cal tenir present que Junts per Catalunya i ERC encara tenen l’opció, si la mesa no s’atreveix a deixar-los votar, de la dimissió de Puigdemont i Comín com a diputats. Una dimissió que seria una nova errada, però que és molt probable. I si no passa tornarem a fer eleccions, no hi ha cap més alternativa. Siga com siga, és ben clar que aquesta via per on hem circulat fins ahir no mena enlloc i que a les noves eleccions no hauríem d’anar així. Així ni s’avança en el procés cap a la independència, ni s’atura el 155, ni –com s’ha vist prou bé– s’esquiva la repressió".



Tabla rasa. Aquí no ha pasado nada. Todo era simbólico. Perdónelos, señoría, no sabían lo que hacían



En Público, Guillem Martínez se muestra partidario de la piedad y escribe: "El Procés, que hoy agoniza a lo bestia, ha sido una estafa. Como los Mili Vanili, unos tíos que, cuando se descubrió que eran puro trile, devolvieron el Grammy, pero no fueron al trullo 30 años. El final del procés debería suponer una devolución del Grammy, una catarsis social, un serio debate sobre la política y la mentira. Pero supondrá condenas inauditas. ¿Son legales esas condenas? Sí, en cuanto es legal someter la política al código penal".



En teoría, mañana a las diez se reanuda el "show" del Parlament. Puede pasar de todo. La política catalana es lo que tiene. 



23 de marzo, santoral: José Oriol, Toribio de Mogrovejo, Fingar y Ofón de Ariano.