¿Recuerdan a Romeva? El hombre se mandó hacer unas tarjetas de visita en las que decía que era el "minister" de los "Foreing Affairs" catalanes. Qué porte tenía y tiene. Figurín de nadador, atlético y rasurado, un mister Proper con chaqueta americana, la suficiencia encarnada. Cocoliso le llamaba Ramón de España. Ahora está muy callado. Ya no saca pecho palomo. A la república que iba a reconocer el mundo entero ya no la conoce ni la madre del que la proclamó. A diferencia del dúo Rull&Turull, Romeva trata de pasar desapercibido. Hace bien, pero no es suficiente.



La Guardia Civil le ha tomado las medidas para un traje a rayas horizontales. Deduce el benemérito instituto del análisis de los correos electrónicos de Romeva que se gastó unos doscientos mil euros en observadores internacionales para el 1-O. Que no les falte de nada era la instrucción. Vuelos en bussines class, hoteles de categoría superior y emolumentos de futbolista para los observadores imparciales. 



¿Claro que cómo iba a suponer Romeva que todo esto acabaría como el rosario de la aurora? En aquellos días emocionantes de la república a tocar, cuando todo parecía posible y Mortadelo iba de aeropuerto en aeropuerto como un viajante de comercio posmoderno, el Estado no existía o no era más que una vaga sombra a la que se la metían doblada los linces de Jové, Salvadó y Romeva. 



En El Mundo, Esteban Urreiztieta y Ángeles Escrivá firman un texto sobre la correspondencia del "minister" y sus gestiones para lograr el gran reconocimiento internacional que no hubo: "El responsable de la "misión internacional" se fijó un sueldo de 30.216,62 euros que contemplaba una nómina de 24.500 euros, 4.830,02 para "comidas e imprevistos" y 886,60 para taxis. Le acompañaban un segundo de a bordo con un sueldo de 20.320,48 euros y una serie de "analistas", a razón de 16.703 euros cada uno. Entre ellos, analistas políticos, legales, de comunicación y relacionados con la votación en sí".



Sigue la nota: "Con respecto a Diplocat, que coordinó esta operación, Romeva se jactó en otro correo electrónico, esta vez el 27 de septiembre de 2017 a las 8.50 horas, de que "a pesar de la suspensión del Tribunal Constitucional hemos actuado como un verdadero Ministerio de Exteriores".



Absolutamente. Sin duda. Pedazo de ministerio.



lavanguardia.200

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Más papeles. Jordi Sànchez, que hoy comparece en el Supremo para pedir su libertad, tenía muy claro lo que había que hacer para implantar la república: dinero y voluntarios. Una banca pública y un banco de espontáneos dispuestos al Maidan total. Carlota Guindal y Leonor Mayor se ocupan en La Vanguardia de los correos electrónicos que la Guardia Civil también ha puesto a disposición de la causa: "El plan de contingencia consistía en “crear una banca pública como herramienta de autofinanciación” que pudiese “emitir deuda” y que hiciese “un llamamiento a hacer un banco de voluntarios”. Además, la ANC quería “interceptar los impuestos” y “coordinar la defensa territorializada de los puntos vulnerables” con idea de “ayudar a plantar cara y obedecer solamente al Govern catalán”".



Sigue la información: "Ante el “escenario del 155 el viernes”, lo que la ANC proponía ese lunes era una “movilización intensa en defensa de las instituciones, la escuela, etc”. El plan tenía como “motivo primero” la “protesta y se completaba con dos “divisas” La primera divisa era la constitución de “la mesa por la democracia que evalúe las opciones de paro, huelga o movilización multitudinaria permanente”. Y la segunda divisa pasaba por “organizaciones coordinadas para preparar un plan de choque” con “Òmium Cultural, los CDR, estudiantes y bomberos. La idea consistía en convocar a través de las redes para “preparar una posible huelga general”".



Movilización multitudinaria permanente. Magnífica idea en la línea els carrers seran sempre nostres". Es tan buena que consta como posibilidad en la nueva hoja de ruta de la ANC. 



CDR. El último fruto de la vibrante sociedad civil independentista. Esos héroes anónimos que van por ahí cortando carreteras y trenes, lo mejor de cada barrio, abuelos y nietos en pie de guerra. También están fichados, según la información de Beatriz Parera y José María Olmo en El Confidencial: "En un informe remitido al Tribunal Supremo el pasado 28 de febrero, los investigadores del Instituto Armado sitúan en la cúspide de los CDR (convertidos en Comités de Defensa de la República después del referéndum y creados a imagen y semejanza de los Comités de Defensa de la Revolución del castrismo) a una veintena de activistas de diferentes partidos y asociaciones que habrían confluido para poner en marcha una estrategia de “resistencia y desobediencia civil” que “forzara el nacimiento de la República Catalana”".



Los nominados, apunta el citado medio, son: "En ese nivel superior de los CDR se encontrarían Rubén Wagensberg, diputado de ERC en el Parlament; David Fernández y Antonio Baños, exdiputados de la CUP; Jordi Armandans, director de la fundación Fundipau; la filósofa Marina Garcés; Pepe Beúnza y Martí Olivella, miembros del consejo asesor del Instituto Internacional por la Acción no Violenta (Novact); Helena Vázquez, portavoz del CDR de Sants; Aina Delgado, portavoz de Universitats per la República; Eduard Vallory, presidente del Centro Unesco de Cataluña; Marcel Mauri de los Ríos, portavoz de Òmnium Cultural; Joan Vallvé, vicepresidente segundo de Òmnium y accionista del bróker GVC Gaesco; Ariadna Isern y Carme Campayá, de la Asamblea Nacional Catalana (ANC); Joan Guisado, de la Federación Catalana de Escultismo y Guía ('boy scouts'); representantes no identificados de Estibadores Portuarios de Barcelona y la Intersindical-CSC; Pol Castelví y un tal Marc, portavoces de los CDR; Inma Zapata, portavoz del CDR de Pineda, y por último, Yasmin Argaz, portavoz del CDR de Calella".



De aquellos polvos, el roto económico y el éxodo empresarial. Jorge Zuloaga firma un texto en Voz Populi que calibra cuánto costó aquella orgía de la democracia que fue el 1-O: "Una semana de procés costó 31.400 millones en depósitos a las entidades financieras. Éste es el balance que se desprende de las primeras cifras oficiales que se publican al respecto del Banco de España. Los depósitos de clientes y administraciones públicas en Cataluña se redujeron de 184.734 a 153.335 millones de euros en el cuarto trimestre, un 17% menos. (...) El grueso de este impacto es por la fuga de empresas, 3.000 según el último balance, y por las cuentas espejo que abrieron muchos catalanes para protegerse de la declaración unilateral de independencia (DUI), por el riesgo de que sus depósitos dejaran de estar protegidos por el Banco Central Europeo (BCE)".



Y ahora a formar un gobierno autonómico de obediencia republicana para volver a liarla, que nos aburrimos. Venga ese Turull, un paso al frente. Por Cataluña. Esperemos que la CUP se comporte



20 de marzo, santoral: María Josefa del Corazón de Jesús Sancho, Martín de Dumio, Nicetas, Urbicio y Vulframno.