Por si acaso, Anna Gabriel no sólo ha puesto tierra de por medo sino que se ha cambiado el peinado y ahora luce el cabello a la moda heteropatriarcal. Ya no parece una moza batasuna ni la insumisa irredenta del independentismo. El cambio de look ha causado un gran revuelo y más comentarios que la propia escapada, mudanza más que preventiva toda vez que la intención de Gabriel es dar clases de Derecho en el cantón ginebrino, establecerse como una ciudadana corriente en el paraíso del secreto bancario, confortable refugio de las opacas fortunas.
Del mambo a la fondue, el cuperismo trata de explicar que lo de Anna no es una huida sino el comienzo del plan gruyère para torpedear al Estado carpetovetónico. Que la lucha continúa y si hay que cortarse el flequillo, se corta. Lo que haga falta por la república. ¡Cuánto sacrificio! El caso es que ni siquiera el abogado de Vox había pedido cautelares para la exdiputada, cuyo papel en los entresijos de la broma era más bien decorativo, en plan animadora con sus desobedientes camisetas.
El independentismo se ha metido de hoz y coz en una burbuja de fantasía que permite a sus rostros más connotados fungir de perseguidos y flipar mazo con sus propias peripecias, jugando a perseguidos y tricornios.
En El Periódico se aventura que Llarena emitirá una orden internacional, según la crónica de Júlia Regué y Roger Pascual: "Una vez se confirme su ausencia en el juzgado, el juez instructor Pablo Llarena dictará este mismo miércoles la orden de detención nacional e internacional, paso previo a pedir al país helvético su extradición".
En cuanto a la confrontación de estrategias entre Boya y Gabriel, apunta el texto: "Los anticapitalistas reivindican públicamente la disparidad de maniobras ante el juez Llarena, alegando que la de Boya responde a un "criterio de defensa política", mientras que la de Gabriel "abre un proceso de lucha internacional en Ginebra", y aseguran que ambas decisiones han sido tomadas "colectivamente". Aun así, fuentes del partido señalan que hay resquemor por no actuar al unísono, cuando lo que piden al independentismo es defenderse conjuntamente ante la justicia".
Los discrepantes no contemplan la derivada chinchando a Puigdemont que recoge María Jesús Cañizares en Crónica Global: "Puigdemont esperaba más de la justicia belga, no tan proactiva con la causa independentista como preveían el expresidente y los cuatro exconsejeros fugados. Por eso, el exalcalde de Girona también había puesto sus miras en Suiza, cuyas relaciones con España se vieron perjudicadas a raíz del caso Falciani. La divulgación de 130.000 evasores fiscales que Hervé Falciani sustrajo del Banco HSBC fue aprovechada por la hacienda y la justicia españolas".
Minuto y resultado de las negociaciones de la investidura fantasma. Puigdemont sopesa nombrar candidato a Jordi Sànchez y luego a Turull, teledirigir el gobierno desde la "casa de la república" de Waterloo y luego ya si acaso Dios proveerá. Torrent resiste las acometidas del club de fans del ido y vuelve a recurrir al comodín de los letrados del Parlament para que emitan un informe sobre la modificación de la ley de presidencia. etcétera, etcétera. Dos semanas como máximo dicen lo más optimistas que tardarán en ligar la mayonesa del doble gobierno republicano y regional.
Mientras tanto y en la meseta, el Tribunal Constitucional le ha dado un soplamocos al Gobierno en todo el colodrillo de la ley Wert. Olga R. Sanmartín firma una inclemente nota en El Mundo: "Cuando José Ignacio Wert estaba elaborando la Lomce, expertos educativos de distinto signo político advirtieron de que las «chapuzas» que recogía algún día le pasarían factura al Gobierno del PP. La norma salió adelante en diciembre de 2013 con un buen número de «deficiencias técnicas, jurídicas y políticas». El ministro y su ahora esposa, la secretaria de Estado Montserrat Gomendio, la redactaron mientras el amor brotaba entre ellos. No consultaron a nadie. Ni siquiera a los que sabían de educación dentro de su propio partido".
Y añade: "La extravagante disposición adicional 38ª es el error más flagrante, porque en el fondo supone admitir que, como el Gobierno es incapaz de hacer cumplir la ley en Cataluña, no le queda otra que habilitar un mecanismo extraoficial al margen de lo público que termina apartando a los alumnos de su colegio y de su entorno".
Difícil contexto para revisar los criterios de la "escola catalana", que celebra con entusiasmo esta sentencia del Tribunal Constitucional mientras se limpia el ojete con las demás.
El caso del rapero mallorquín en El País: "José Miguel Arenas, conocido como Valtònyc, ha sido condenado a tres años y medio de cárcel por delitos de calumnias e injurias graves a la Corona, enaltecimiento del terrorismo y amenazas por el contenido de sus canciones. Este 20 de febrero, el Tribunal Supremo ha ratificado la pena impuesta el pasado año por la Audiencia Nacional por parte de la letra de temas que el rapero publicó en diferentes páginas de internet entre 2012 y 2013". En el enlace constan algunas de las "letras" a favor de aplicar los procedimientos de ETA y los Grapo a los fachas y a los borbones. La progresía está a favor del bertsolari de Ses Illes y tuitea como un solo hombre que los reyes son ladrones. También se aplaude con las orejas la exposición en Arco de Santiago Serra, una colección de fotos pixeladas cuyo propósito es denunciar el encarcelamiento de los Jordis de aquí y de allí. Ochenta mil napos cuesta la copia de la instalación, compuesta por treinta marcos. El buen moderno español también critica a Marta Sánchez y propone coplillas alternativas para el himno. La interpretación del humorista Quequé es muy celebrada en el diario de Roures.
21 de febrero, santoral: Eustaquio de Antioquía, Germán y Pedro Damián.
Jugando a héroes y exiliados en la burbuja indepe
El peinado más comentado del proceso. El cartucho Jordi Sànchez para mantener el bloqueo institucional. Sentencia del Constitucional contra la ley Wert. El himno y la progresía
21 febrero, 2018 09:50Addoor Sticky