Rien ne va plus. 24 horas para las elecciones de la vía 155, una ruleta rusa a la vietnamita, cinco balas en un tambor de seis. El sondeo "prohibido" de El Periódico de Andorra es un tiroteo en el ascensor que anota que "ERC abre brecha con Ciudadanos". Y es que el partido de Oriol Junqueras se escapa hasta los 36-37 diputados y Ciudadanos se estanca en 31-32. En nada se saldrá de cuentas y se sabrá a ciencia cierta qué parte de la demoscopia es sociología y estadística y cuánto hay de adivinación y astrología.



El partido del amor universal lo tiene todo preparado para la victoria. Su ejército de apoderados es una máquina bien engrasada con ganas de jugar al límite en terreno embarrado, según destaca Víctor Mondelo en una pieza para El Mundo: "La lección (a los apoderados de ERC) comienza con unos consejos básicos para aprender a extralimitarse en sus funciones y poder influir en las votaciones: "Legalmente, no podéis hacer nada, pero con mano izquierda podéis hacer todo. Podéis colocar papeletas, podéis participar en el recuento... En teoría no podríais participar, pero el presidente de la mesa puede ser vuestro vecino o el frutero. Y si os ofrecéis...", arranca la encargada de impartir el curso de formación de una hora y media a los voluntarios, ya oficialmente apoderados, porque acaban de recibir una acreditación que les permitirá estar presentes en el colegio electoral elegido".



Por una cuestión de orgullo mal entendido, Moncloa negó la presencia de observadores internacionales para estos comicios. A la vista de la predisposición de los interventores republicanos no habrían estado de más. 



Todo conspira a favor de un nuevo desastre. Miércoles de reflexión, jueves de pasión, vísperas de mucho y días de decepción, frustración y pesadumbre. Cunde la impresión de que el 22 estaremos como mucho igual y seguramente peor. Enric Juliana descarta en su crónica de La Vanguardia la reincidencia republicana: "Catalunya se ha estropeado. (...) Aunque revaliden la mayoría absoluta, los independentistas no van a declarar por segunda vez la república catalana que no ha reconocido nadie en el mundo y que ellos mismos dejaron caer pocas horas después de su fúnebre proclamación en el Parlament. La supuesta ventana de oportunidad de la independencia estaba pintada en una pared de ladrillo (el Estado español), levantada sobre una placa de hormigón (la Unión Europea), sujetada por una estructura metálica (Estados Unidos y la OTAN). En términos geostratégicos la sentencia ya ha sido dictada: la implosión de España, país muy importante para la estabilidad del consorcio estatal europeo y para la proyección de fuerza sobre el norte de Africa, no interesa nada a los grandes poderes de Occidente".



Es que ni el Vaticano ha picado, a pesar de los esfuerzos del obispo Omella y el abad Soler en el entorno del papa Bergoglio.



En El Periódico, José Antonio Zarzalejos aporta un análisis de tono pesimista sobre las opciones postelectorales: "La gobernabilidad de España --si la que practica el Ejecutivo de Rajoy se tiene por tal-- es posible por la reducción a niveles ínfimos del doble ejercicio de la política y de la acción legislativa. La legislatura es de una precariedad constante y su continuidad depende de variables frágiles. En Cataluña las perspectivas son peores porque las trincheras, además de ideológicas (izquierda-derecha), son emocionales. En las diferencias tácticas y estratégicas, de modelo social y económico, se puede hallar una franja de entendimiento. Pero, ¿el arte de lo posible alcanza a moldear de manera pragmática los sentimientos? En Cataluña, como en la España de octubre del 2016, cuando el «no es no» de Sánchez se convirtió en una abstención del PSOE que ha pasado a los anales de la historia, será necesario un acto sacrificial para dotarle de Ejecutivo".



Y ahí estará Miquel Iceta, según el texto de Roger Pascual en el mismo papel: "El líder del PSC ha vaticinado que no habrá mayoría absoluta ni independentista ni constitucionalista y ha señalado que solo hay tres opciones posibles tras el 21-D: que él sea presidente, que lo sea un independentista o repetición electoral. "La repetición de las elecciones provocaría una prolongación innecesaria de la intervención por parte del Estado", ha apuntado, antes de señalar que "los ciudadanos no se merecen que los volvamos a convocar a elecciones". Si los independentistas no logran mayoría absoluta se presentará a la investidura para intentar recabar una "investidura transversal" uniendo sus escaños a Ciutadans, PP y los 'comuns'".



En el Ara, su directora, Esther Vera, firma un bucólico artículo en el que recuerda a sus lectores que después del jueves viene el viernes y es que lo peor, la Navidad de los cuñados y el cóctel de gambas, está a la vuelta de la esquina: "Avui reflexionarem i reflexionarem i potser demà canviarem el vot en l’últim moment quan ens acostem a l’urna. Votareu potser pensant en els vostres avis o pares, en els vostres fills, en els esdeveniments xocants que hem viscut durant els últims mesos. De fet, la qüestió veritablement important és que aneu a votar i que un cop més el país demostri que només se sap comunicar a través de les urnes. Avui busqueu temps per reflexionar i mentre ho feu no us oblideu de fer la llista de la compra, que encara que no ho sembli dilluns és Nadal". 



Nadie habla del gordo, pero tras el recuento del 21 está la macedonia de números de la lotería y aquello tan socorrido de los afortunados sobre tapar agujeros.



20 de diciembre, santoral: Amón, Báyulo, Ceferino, Domingo de Silos, Eugenio, Filogonio, Julio mártir, Liberado, Macario, Tolomeo, Ursicino y Zenón.