El Tribunal Supremo concita las esperanzas de los exconsejeros presos. Si el magistrado Pablo Llarena asume los expedientes del golpe, el medio Govern se ve en la calle. Les ha contado el abogado Jaume Alonso-Cuevillas que el TS no es la Audiencia Nacional, que en la alta instancia el trato es otra cosa, suavecito. Al parecer, Llarena es muy magnánimo, a diferencia de la implacable Lamela.
En El Español, María Peral aporta el acta del Supremo de los interrogatorios a Forcadell y el resto de los miembros de la mesa del Parlament. El documento y la información despejan muchas dudas: "¿Qué fue lo que Forcadell le dijo al juez? Según el acta, la palabra "renuncia" fue utilizada de forma expresa por Lluís Corominas y Lluís Guinó, pero no por la presidenta del Parlament. Carme Forcadell expresó su sometimiento al más alto órgano jurisdiccional español al señalar que "ha comparecido voluntariamente" ante el Supremo y asegurar que "comparecerá cuantas veces sea llamada". También dijo que "ha acatado el artículo 155 de la Constitución" y que no existía riesgo de reiteración delictiva porque "el día 21 de diciembre va a haber unas elecciones en Cataluña, por lo que es imposible la reiteración de ningún delito"".
Sigue con las deposiciones de más miembros de la cuerda nacionalista de la cámara: "Corominas y Guinó fueron mucho más contundentes. El primero dijo que "no tiene intención de volver a presentarse el 21 de diciembre y por supuesto renuncia a cualquier vía unilateral para la declaración de independencia". Además, el exvicepresidente primero del Parlament hasta el pasado julio y luego presidente del grupo de Junts pel Sí (en esa condición firmó el primero la propuesta que se presentó el 27 de octubre para declarar la independencia) manifestó que "se pone a disposición del Tribunal para acudir cuantas veces sea necesario". Guinó habló a continuación "para reiterar lo que ha dicho en su declaración, no va a participar en cualquier propuesta unilateral y no tiene intención de participar en política, renunciando a medidas unilaterales", indica el acta del Supremo".
Mano de santo Llarena. Político que pasa por su despacho, político que abandona la política. Ese Corominas que el 27 de octubre declamó en el Parlament aquello de "ya no somos españoles". Y Guinó, que iba a por todas en las reuniones del órgano, tremendo pedecato a la altura de los más bragados independentistas de la CUP.
Junqueras ya debe saber lo que hay. La renuncia expresa a la unilateralidad en acta judicial es el camino. Se les presenta el mismo dilema que a los ladrones de gallinas, la reinserción pasa por renegar de las pollas. Ni siquiera tienen que dejar la política, cosa que Simó, Barrufet, Forcadell, Corominas y Guinó proclamaron con meridiana claridad para esquivar sí o sí la vía Estremera.
Tanto postureo, tanta DUI y tanta mandanga estructural y no había nada por aquí, nada por allá y finalmente, más nada, la nada pura. Era cosa de admirar como presumían de tenerlo todo presto y dispuesto para echar a andar la republiqueta más molona del planeta, l’estat que haría palidecer de envidia a los países más prósperos y avanzados, lo último de lo último en materia de naciones piruleras, esa Dinamarca mediterránea, colmo sustanciado de lo mejor de todos los mundos.
Objetan que calcularon mal, que no se pensaban que esa Mierdecilla viejuna, casposa, aceitosa, cutre y terminal que es para ellos el Estado español se fuera a resistir a su extinción. O sea que estaban por la labor de la independencia y habían hecho los deberes, pero que en un momento dado descubrieron con asombro la aspereza administrativa de los funcionarios pañoles. Una película.
En Nació Digital, Roger Tugas entrevista a Anna Simó, que aporta la interpretación canónica del mea culpa:
- Comparteix l'autocrítica conforme el Govern no estava preparat per aplicar la declaració d'independència amb els nivells de repressió exercits per l'Estat?
- No és que no estigués preparat, és que no va voler. El Govern no va voler, davant del risc d'accions cruentes amb efectes indesitjables sobre la població d'aquest país, sabent que la població és madura i que sap fins on vol arribar i fins on no. L'executiu i els diputats vam creure que l'única via cap a la independència era la pacífica i que no en podia haver cap altra. I si alguna cosa tacava el seu caràcter pacífic, baixàvem del vaixell. Carles Puigdemont ens ho va explicar als diputats quan vam dubtar si convocar eleccions, estava plenament convençut de l'ús de la força indiscriminada i sense mesura per part de l'Estat. És una decisió del Govern que respecto.
Olé y olé y un nuevo olé, que no es lo mismo no poder que no querer. ¡Al loro! De tal modo y efecto que ese prodigio de Generalitat con los mejores servidores públicos of the world se vino abajo en un rato para evitar males mayores a la población, que a fin de cuentas ya es madura y si quería llegar más lejos, que lo hubiera dicho. Esto es que esa castaña de torpedera, el Piolín que zarpa mañana, esférica expresión del Estado realmente existente (con todo lo que ello implica) fue suficiente para hundir la flota catalana de Ítaca. Histórico.
El éxodo económico tiene, de momento, dos categorías. Están las empresas que mudan el domicilio social y las que cambian el fiscal, unas mil de las segundas en el minuto y resultado del balance de Junqueras.
O sea que viene y va. La noticia del diario de Prisa abunda en el perfil empresarial de Font: "Poco proclive a conceder entrevistas o a las apariciones públicas, Font dio una conferencia hace tres años en la localidad de Malla (Barcelona). Allí, según Nació Digital, exhortó a los asistentes a rechazar los discursos de quienes advertían de las consecuencias económicas de la independencia. “Son pocos, pero con capacidad de hacer ruido”, dijo Font, quien añadió: “Incluso el Sabadell y CaixaBank se pondrán a favor de la independencia”".
Menuda juerga iba a ser la independencia: los perros atados con longanizas, las vacas gordas y rebajas todo el año. Menos mal que nos queda Colau, que vuelve con la moneda condal, los colaus. Firma Carmen Jané el texto de El Periódico sobre la nueva forma de la peseta de la alcaldesa, que no va a para hasta que no se vea de perfil acuñada: "El Ayuntamiento de Barcelona creará una moneda social digital propia para pagar la renta municipal de inclusión, y lo hará con tecnología 'blockchain', como la que usa el bitcoin, la moneda criptográfica más usada en internet. La moneda virtual se utilizará gracias a una 'app' móvil y con sistema de monedero recargable, y en principio entrará en funcionamiento al menos en pruebas el año próximo, según ha explicado la comisionada digital, Francesca Bria. (...) Le han encontrado una forma tecnológica, el 'blockchain', y una misión: pagar la renta municipal de inclusión, un subsidio con el que el consistorio se propone equilibrar la situación de los más pobres de la ciudad".
15 de noviembre, santoral: Alberto Magno, Eugenio de Toledo, Leopoldo el piadoso, Maclovio y Samonas.