Puigdemont es un "killer", un tipo peligroso, un individuo de cuidado. La decapitación del consejero Jordi Baiget deja rastro en todos los medios y merece honores de portada. A modo de telegrama: Baiget dudó en El Punt Avui de la celebración del referéndum y se quejó de que se juegan el patrimonio, que ir a la trena pase, pero que el bolsillo es sagrado. El "president" esperó a que Marta Pascal, coordinadora del PDeCAT, saliera en defensa de Baiget para fulminar al disidente. Crisis en el Govern y cisma en el partido.
De la peripecia se infiere que Puigdemont es un verso suelto aquejado del mal del Palau, cuyos síntomas son el engreimiento y la suficiencia. Al igual que le pasara a Mas, Puigdemont se cree predestinado a una misión histórica que requerirá tarde o temprano de su sacrificio personal. Así es que "from lost, to the river". El proceso no admite vacilaciones ni cálculos personales. Caixa o faixa.
Con que Baiget es de la cuerda de Mas, se constata también la imposible convivencia entre presidentes. Lo mismo le pasó a Aznar con Rajoy. Tarde o temprano, el padrino se siente traicionado por su apadrinado.
La purga pone de relieve además la existencia de dos niveles de gobierno. Por un lado, Puigdemont, Junqueras y sus circunstancias. Por otro, la tropa, el resto, quincalla de Mas con fecha de caducidad. Dijo Baiget también que mientras Mas preguntaba por todo, Puigdemont no lee la letra pequeña de nada y no le interesa otra cosa que no sea el referéndum.
En cuanto al partido, Quico Sallés aborda las reacciones al cese en la edición digital de La Vanguardia: "Un aviso a navegantes que ha generado un profundo malestar y bronca interna en las filas del PDeCAT, sobre todo en Marta Pascal que horas antes había asegurado que “el Govern, con Baiget en él, llegaría hasta al final”. Sectores de peso y cuadros territoriales ahondan en la crítica al president acusándole de ceder a las presiones de la CUP y ERC. “Ha sido un golpe de Estado al partido”, coinciden diversos dirigentes en definir la toma de posición del president. Otras corrientes internas muestran su cerrado apoyo al president por la decisión que aseguran “dar credibilidad al proyecto soberanista de la formación”".
Sallés abunda en detalles de corte familiar: "De hecho la coordinadora general del PDeCAT, horas antes había insistido que Baiget continuaría hasta la consumación del referéndum. En este sentido, mostraba su “total y absoluta confianza en el compromiso del conseller con el proceso”. Cabe recordar que el jefe de gabinete del ya exconseller es Quim Bohils, el marido de Pascal".
Otro que se sube por las paredes es Francesc Homs, que ha proporcionado una perspectiva diferente sobre el asunto. El señor Quico está "hasta los huevos", según dice en su twitter. No comparte el cese, apunta que decisiones como la tomada por Puigdemont empequeñecen el proyecto indepe y se pregunta sobre la alta incidencia de bajas convergentes mientras ERC sale de los charcos reforzada. Se olvida Homs de Santi Vidal, que ha pasado de padre de la constitución catalana y senador republicano a dimitido e investigado por irse de la húmeda, como Baiget pero en dirección contraria.
El cuadro del frente soberanista no parece el más adecuado para presentar la ley del referéndum, pero Puigdemont está en modo conejo de las pilas y a buen seguro que hoy todo es unidad, firmeza, convicción, compromiso y referéndum vinculante. A Homs más le vale poner los huevos en la fresquera si no quiere que se los frían por "torracollons".
Portada del 'ABC' del martes 4 de julio
Del Govern al Gobierno. El ABC no suelta la presa de Montoro y le atiza con denuedo por sus negocios pasados sobre asesoría fiscal. Javier Chicote asume la información del caso: "Hay nueve nombres que vinculan al más alto nivel el Ministerio de Hacienda y el despacho de asesores: siete han sido dirigentes en ambos lados y otros dos tienen vínculos sanguíneos. Así, Cristóbal Montoro fundó el despacho en el año 2006 y trasladó parte de sus acciones a su hermano Ricardo, expresidente del CIS, en 2008. El actual subsecretario de Estado de Hacienda y jefe de gabinete de Montoro entre 2001 y 2016 es Felipe Martínez Rico, hermano del presidente y socio fundador de Montoro y Asociados / Equipo Económico, Ricardo Martínez Rico. Éste fue secretario de Estado de Presupuestos con Cristóbal Montoro como ministro entre 2003 y 2004. Hombre de su máxima confianza, antes había sido su director de Gabinete en la Secretaría de Estado de Hacienda y en el Ministerio".
Y sigue: "El resto de la actual cúpula del despacho de asesores proviene del mismo Ministerio de Hacienda: Salvador Ruiz Gallud, ex director general de la Agencia Tributaria; Francisco Piedras, que fue director general del Gabinete Técnico en Hacienda; y Manuel de Vicente-Tutor, exdirector del Gabinete del director general de la Agencia Tributaria".
El ministro está rodeado, pero mantiene la confianza de Rajoy, que atribuye la guerra abierta a las cuitas de "algunos" con la Agencia Tributaria. Carmen Morodo traza la versión monclovita en La Razón: "En esta batalla se cruzan otros personajes como el ex ministro de Industria José Manuel Soria, en lo que Moncloa encuadra como una operación 'muy poco caballerosa', con componente 'de venganza', por parte de 'quienes no consiguieron imponerse con sus presiones sobre la voluntad del presidente'. Soria dimitió en teoría, pero fue cesado en la práctica, por sus mentiras y contradicciones a la hora de explicar su conexión con los 'papeles de Panamá' y las actividades en paraísos fiscales. Y eso es lo que recuerdan ahora en Moncloa para defender a Montoro de los 'dardos' que le lanzan desde 'la camarilla' de ministros, hoy ya ex ministros, que en la Legislatura de la mayoría absoluta se aliaron, entre otros motivos porque compartían una misma estrategia contra la que sigue siendo vicepresidenta del Gobierno de Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría. Montoro está en el equipo de afines a la vicepresidenta. Soria, junto con el ex ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, por ejemplo, jugaban a la contra".
El Rey, entre tanto, de fiesta en Londres sin la Reina, en el cumpleaños de su primo Pablo (50), al que no faltaron la infanta Cristina y Urdangarin, para quien la Fiscalía solicita un aumento de la pena, de cuatro a diez años de prisión. El jolgorio, por cierto, muy vistoso. La mayoría de los invitados llevaba vestidos de gala tuneados a la moda "pride".
4 de julio, santoral: Isabel de Portugal, Laureano y Jocundiano.