Desconcierto soberanista. El Govern danza la yenka de las urnas, que parecen ser funerarias en vez de los cubículos de metacrilato con precinto que se utilizan en las elecciones. El presidente Puigdemont maneja con temple la crisis de incompetencia y sale a la palestra para presumir de que podría decir el modelo de receptáculo del que se dispondrá el 1 de octubre pero que se lo calla para mantener la tensión narrativa. Es un pincho. Todo controlado. No ponerse nerviosos.
Puigdemont aplaca los aspavientos de la CUP con un plan B, la compra directa de las urnas. Se las llevan puestas porque no son para regalo. La portavoz Munté y el president ponen cara de póquer y dejan caer que no hay mal que por bien no venga. Por detrás deslizan que la Guardia Civil se personó en una de las empresas licitantes así como que las compañías son muy pequeñas y no están a la altura del magno empeño.
En Nació Digital requieren el desempeño de tres periodistas, Joan Serra Carner, Roger Tugas y Oriol March, para enjaretar la poliédrica información sobre el caso: "Un cop declarat desert el concurs públic per comprar les urnes del referèndum, el Govern explora ara totes les vies necessàries per tenir-les a punt abans de l'1 d'octubre. Segons diverses fonts consultades per Nació Digital, una de les opcions que hi ha damunt la taula és adquirir aquestes urnes sense fer servir un concurs públic previ. La compra dels receptacles, en tot cas, 'transcendirà' la conselleria de Governació, segons apunten fonts governamentals i parlamentàries. Això vol dir que pren cos l'escenari d'adquisició d'urnes de manera col·legiada per acord del consell executiu, ja sigui abans o després de l'acte de dimarts que ve, dia 4, en què el Govern té previst explicar les garanties que tindrà el referèndum".
Todo esto parece el chiste del niño de la bicicleta, aquel del mira mamá, sin manos y sin dientes. No hay censo, no hay voto electrónico, el registro de catalanes en el exterior es un fiasco y las urnas se comprarán en el Servicio Estación. Soberbio espectáculo.
Sin embargo, nada empaña el sueño danés del nacionalismo catalán. Sin ir más lejos que a Berlín, Artur Mas se reafirma en el empeño de convertir Cataluña en la Dinamarca del Mediterráneo. En El Periódico, Carles Planas Bou firma la crónica del evento: "Tras haber visitado las universidades de Oxford y Harvard en el Reino Unido y Estados Unidos; Bruselas y París, el líder catalán ha dado un paso más en la internacionalización de la causa independentista catalana asegurando que su misión es dar a luz a 'la Dinamarca mediterránea', un país pequeño con una economía estable, mucha ocupación y fuertes rasgos democráticos".
El modelo de Pujol era Suecia, cosa que le hacía mucha gracia a Pla porque no veía a los catalanes de suecos. ¿A saber qué significará para Mas lo de "fuertes rasgos democráticos"?
En el Reino Unido parecen haber escarmentado después del éxito del referéndum sobre el Brexit. Queremos a Barrabás, dijeron, y ahora pagan las consecuencias de tanto ardor patriótico y plantean un divorcio con derecho a roce y a mesa puesta.
Mientras tanto en Madrid Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han recuperado el contacto. Son la rana y el escorpión, malos compañeros de viaje. Rajoy, precavido, trata de asegurarse el apoyo de Albert Rivera para blindar la legislatura. Por lo demás, don Mariano es inmune a los escándalos de sus ministros. En el ABC le dan cera hasta en el velo del paladar por sus andanzas en la linde entre público y privado.
Javier Chicote aporta escabrosos detalles en el diario monárquico sobre la sociedad de asesores montoritas: "Cristóbal Montoro fundó Montoro y Asociados en junio de 2006. Dos años después decidió volver a la primera línea de la política, por lo que traspasó sus acciones del despacho a su hermano Ricardo y cambiaron el nombre de la empresa a Equipo Económico. Pese a estos hechos, Montoro siguió trabajando mano a mano con sus exsocios e incluso les abrió puertas y oportunidades de negocio".
Sigue Chicote: "A lo largo de 2011, cuando el PP se perfilaba como claro vencedor de las elecciones generales de noviembre, con José Luis Rodríguez Zapatero acorralado por la crisis económica, el actual ministro de Hacienda celebró varios encuentros con importantes empresarios -varios del Ibex-35- y banqueros internacionales a los que acudió acompañado de Ricardo Martínez Rico, presidente y máximo accionista de Equipo Económico, quien había sido su secretario de Estado de Presupuestos durante el Gobierno de José María Aznar".
El anfitrión era Rato y los encuentros se celebran en dependencias de Bankia, lo cual añade más carbón a la caldera. Montoro ha sido reprobado como Catalá. Y Rajoy, preocupado.
Colau parece decidida a prolongar el tranvía por el medio de la Diagonal. Magníficas infografías, la avenida quedará monísima cuando sea que se haga algo. Las obras de la plaza de las Glorias, mientras tanto, detenidas.
28 de junio, santoral: Alicia, Argimino, Benigno e Ireneo.