La actualidad le ha levantado la tapa a la prensa de papel. Fiscalía, Guardia Civil y la cruda realidad acorralan a Carles Puigdemont, que posa con sonrisa de circunstancias en la portada de Crónica Global. A su lado, todo orgulloso, Josep Manel Bassols, exalcalde de Anglès, excapo de campaña de Puigdemont, esposo de la excomisionada para la transparencia de la Generalitat Núria Bassols y catalanista hasta el hueso. Seguro que a Bassols no había que decirle dos veces que en vez de meter sevillanas en las fiestas mayores programara sardanas.
Pues ahí están ambos, en el Camp Nou en tiempos en los que nuestro president era alcalde en Girona, y Bassols, el delegado en Cataluña de la empresa Oproler. ¿Qué pasa? ¿Dos colegas en un partido de fútbol? No del todo porque si la foto vale para la antología gráfica del 3% con Pujol, Mas y Puigdemont, el mail que la acompaña es la arrancada de un thriller sobre triles y la mecánica cuántica del pelotazo. Escribe Bassols a su jefe en Madrid, Sergio Lerma: "Ayer llevé al fútbol al alcalde de Girona (junto con su esposa y un arquitecto de confianza suya). La lluvia nos respetó y el resultado (del partido y de la invitación) fue magnífico. Espero nos ayude a entrar en el Ayuntamiento de Girona".
Sensacional. Lo primero que hay que hacer para estar en el ajo de los contratos públicos es ganarse la confianza del político, una especie que acude como la gallina al alpiste en cuando le dicen que se los llevan al fútbol. ¿Qué tendrá el balompié? Una vez en el palco, llega la operación te como la oreja.
¿Qué hay de lo mío, don Artur? Se le acumulan los muertos en el armario al expresident. Ya ni Rahola se lo cree, según se desprende de la entrevista que le practica Andreu Barnils en Vilaweb, realizada mientras en la Ciutat de la Justícia, piedra viva de las plicas corrompidas, Montull le atornillaba las clavijas a la financiación ilegal del partido:
"-Dubteu del finançament irregular de CDC?
-A hores d’ara, no dubto que a CDC hi va haver finançament irregular. Em costa de creure que no n’hi hagués. En tenim massa elements i símptomes. També estic convençuda que forma part d’una època que ja no existeix. Seria molt injust que Pascal i Puigdemont haguessin de pagar el que ja han pagat políticament. Com a catalans, què hem de fer, amb això? Ser crítics i voler saber-ho tot. I entendre que aquestes pràctiques no poden passar més. El problema és que com a catalans volem que se sàpiga a tots nivells, i que tingui la càrrega que tingui, penal si cal, però mentrestant l’estat juga brut per empastifar-ho tot. I és molt difícil separar-ho, per a un ciutadà. Al Ministeri d’Interior només els preocupa connectar-ho amb l’independentisme, i enfonsar-lo. I crec que ja s’ha demostrat que no se’n surten.
-Puigdemont o Mas?
-A mi m’agraden de manera diferent. Jo sóc dels qui dic a Mas que faci una passa enrere. A Mas li tinc una estima profunda i crec que és un tipus molt íntegre i moral. Puigdemont el considerava un independentista de sempre, però no me l’imaginava de president. Ha estat una sorpresa. Ha crescut brutalment. És institució pura. És Tarradellas quan no tenia res. Quan sents Puigdemont sents els més de cent presidents de la Generalitat. Un president molt potent. No em demanis de triar el papa o la mama. M’agraden tots dos. I també m’agrada l’oncle Junqueras. I el nebot Romeva. És que la família està bé".
Está de muerte la familia y Puigdemont es Tarradellas. Pase lo que pase con el 3% siempre les quedará el Barça, vía de escape del ardor patriótico. En El Nacional, José Antich dedica su artículo a glosar el efecto psicoactivo de los goles azulgrana: "Veinticuatro horas de histeria colectiva. Hacía tiempo que este país nuestro no se permitía un empacho de tantas horas de felicidad seguidas aparcando los problemas cotidianos y los temas que marcan la agenda informativa. Las catarsis tienen estas cosas: acostumbran a ser balsámicas y paran el reloj del tiempo. Desde que Sergio Roberto marcó el sexto gol contra el Paris Saint-Germain, una ola imparable de euforia y emoción recorrió las cuatro esquinas de Catalunya. Los barcelonistas somos así: no hay nada que nos guste más que alcanzar lo imposible y levantarnos al día siguiente viendo cómo el mundo entero nos elogia por una gesta inolvidable y el madridismo rabioso empieza a justificar lo injustificable".
Alcanzar lo imposible, el mundo entero nos elogia, somos la polla, la independencia está a un paso y tralarí, tralará. Lo problemático de esta visión es que, según Raúl del Pozo en su columna en El Mundo, no es del todo inexacta: "En Europa hay decenas de países nuevos, reconocidos y celebrados por EEUU, el Vaticano y Alemania. Esa idea según cual la Unión Europea no consentiría una Cataluña independiente es una estupidez. Tiene razón Puigdemont cuando dice desde el palco del Camp Nou, metáfora del balcón de la patria, que no hay nada imposible, y el Barcelona lo acaba de demostrar jugando al fútbol. 'Cataluña lo demostrará decidiendo su futuro', añadió. El fútbol, como el nacionalismo, es fanatismo moderno".
El mundo está fatal. En El País, Claudi Pérez desvela una nota del Gobierno sobre los efectos en España del tsunami del Brexit: "España perderá hasta 1.000 millones en exportaciones, su economía soportará un impacto de hasta 4.000 millones y tendrá que aportar casi 900 millones más al presupuesto comunitario. El Gobierno subraya también la fuerte exposición a la economía británica de los bancos españoles y de algunas grandes empresas, y la importancia del turismo procedente de las islas británicas para España. Preocupa asimismo la situación de los británicos que residen en España y de los españoles que viven en las islas. El Brexit causará 'innumerables repercusiones' para más de un millón de personas en total, apunta el documento".
Portada de impacto en el ABC, abstenerse melindrosos e indepes porque su contemplación puede herir su sensibilidad. El Rey emérito aplaude al torero Morante de la Puebla, que sostiene un premio del rotativo y luce una llamativa corbata con los colores rojigualda. Un cóctel explosivo y transgresor que desborda los límites establecidos hasta en HazteOír. Tremebunda postal de tronío. Sólo le faltaba el puro al gran Morante. A. Martínez Fornés y R. Pérez firman la crónica de la impresionante estampa: "El Rey Don Juan Carlos destacó anoche en la Casa de ABC 'los valores asociados a la tauromaquia, una realidad presente desde antiguo en nuestro país y en otras naciones hermanas' y que 'ha impregnado con sus mensajes, su estética y significados otras muchas artes'. Don Juan Carlos hizo estas afirmaciones durante la entrega del IX Premio Taurino ABC, que en esta edición ha recaído en el diestro José Antonio Morante de la Puebla, un hombre que 'encarna, como pocos –dijo–, el valor de la tauromaquia entendida como arte clásico y actual'. 'Enhorabuena, maestro. Te deseo que sigas haciendo disfrutar a los aficionados, y yo estoy entre ellos, con la belleza de tus faenas', añadió".
10 de marzo, santoral: Alejandro, Cayo, Víctor y Macario.