Las noticias son arenas movedizas y la actualidad, un fangal de purines donde chapotea la estulticia. Ni en la Italia de Tangentópolis y la logia P-2 había tanto material para disolver en cieno el Estado. El mármol de las instituciones se agrieta en un país sin moral ni recato y donde el principio de Peter es el mal menor. Hay un punto de ebullición a partir del cual todo se convierte en gas. Y parece que no pase nada, pero pasa. Es corriente generalizada en Cataluña sostener que entre Barcelona y Madrid está el Atlántico y que en la capital se enteran más bien entre poco y nada. No es que carezcan de expertos, sino que el tema les suscita una incredulidad supina que abona el tedio. ¿Cataluña dice usted? Y es echarse a roncar.
Ha tenido que salir un reputado exjuez para explicar del punto a la cruz que lo de la independencia no es una teoría para desmodorrar un poco a la cosa de la fiscalía. La gran baza del indepedentismo es que en buena parte de la meseta y en la Unión Europea en general, nadie les toma mucho en serio. Oriol Junqueras, que es un estudioso de Sun Tzu, sabe que entre los principios de El Arte de la Guerra está el camuflaje, confundirse con el paisaje y manejar el señuelo de aparentar debilidad, desorganización, un punto de estulticia y un mucho de Camarote de los Hermanos Marx, como si aquí todo el mundo fuera Cucurull, un misil extraviado o un exjuez de verbo entre coloquial e inflamado a quien no hay que hacerle caso. Mucho se habla de golpe de Estado, pero aquí se prepara incluso algo peor: la desconexión, fundido a negro, el gran apagón.
El efecto Vidal se pretende un tiro en el pie cuando en realidad afecta a la femoral y se adentra en los vericuetos del Código Penal. No está claro que vayan a funcionar los cortafuegos de la Generalitat cuando el canal de youtube de ERC arde con las soflamas del padre de la constitución catalana y la admnistración autonómica reconoce el uso de bases de datos para montar el censo fiscal. Las trituradoras de papel echan humo, pero queda el rastro digital.
Escribe Jesús García en El País sobre las pesquisas en torno a las maniobras en la oscuridad de la Generalitat: "El decreto firmado por el fiscal superior de Cataluña, José María Romero de Tejada, se centra en dos de las afirmaciones que, de comprobarse ciertas, podrían ser delictivas. Por un lado, el “apoderamiento de datos fiscales” por parte de “personas no autorizadas”. Por el otro, la “elaboración de trabajos de campo o dosieres” sobre la “afinidad ideológica” de los jueces en Cataluña, recoge el decreto. Vidal había afirmado que la Generalitat ha obtenido de forma “absolutamente ilegal” datos fiscales de los catalanes. Y que sabe —porque lo ha estudiado— qué jueces apoyarían una hipotética república catalana independiente".
Continúa García: "Para la fiscalía, esos hechos podrían constituir los delitos de descubrimiento y revelación de secretos. Pero el decreto no se queda ahí. No puede “descartarse la relevancia jurídico-penal que pudieran gozar otras conductas”, dice la fiscalía. Y cita, como ejemplo, también al hilo de lo manifestado por Vidal, la “posible existencia de acuerdos por funcionarios o autoridades de la Generalitat con Estados extranjeros”. Unas manifestaciones que “justifican sobradamente” la apertura de diligencias para el “esclarecimiento de los hechos”".
Sigue el punto con las manos en la masa: "El sorprendente suceso se produjo, según fuentes de la máxima solvencia, cuando agentes de paisano detectaron entre los asistentes a la manifestación a una persona que sin motivo aparente hacía fotografías tanto a los asistentes como a los policías nacionales. La actitud de este hombre llamó la atención de los responsables del dispositivo de seguridad, que decidieron neutralizar al sospechoso para aclarar la situación. La sorpresa fue mayúscula cuando, según las fuentes consultadas, la persona detectada explicó a los agentes que simplemente estaba haciendo «labores de inteligencia debidamente autorizado para ello por sus superiores»; es decir, por sus mandos de los Mossos d’Esquadra".
Labores de inteligencia, toma ya. Amos chacho, que diría El Langui.
En el resto del planeta Tierra, mucho meternos con la justicia pero una jueza americana, Ann M. Donnelly, le ha parado los pies a Trump en el cierre de fronteras para los refugiados de origen musulmán. Al sur de los Pirineos, Benoit Hamon le ha ganado las primarias socialistas a Manuel Valls mientras Fillon se desinfla por nepotismo y Le Pen se hincha como un globo.
Hoy tocar leer a vela. Llovió, pero no lo bastante y el kilo de electricidad está a precio de lechuga, que anda por las nubes en razón de la demanda centroeuropea por culpa del crudo invierno. La cuestión es que el casino nunca pierde, según la información en El Español de Cristina G. Bolinches: "Más de 345 millones de euros en los últimos dos años para garantizar que están plenamente operativas. Esa es la cifra que han recibido las grandes eléctricas, entre ellas Gas Natural Fenosa, Iberdrola y Endesa, para tener siempre a punto los más de 50 grupos térmicos de la treintena de centrales de ciclo combinado que están repartidas por toda España".
Prosigue: "Se trata del concepto denominado “incentivo a la disponibilidad”. Básicamente, cada año se abona una suma a las eléctricas para que, en el caso de que no se pueda producir electricidad suficiente con las centrales ‘baratas’, como la hidráulica o la eólica (porque no haya agua en los embalses o porque no sople el viento) esas centrales, que transforman gas en electricidad, puedan comenzar a operar en cualquier momento. Por ejemplo, el año pasado sólo funcionaron al 10% de capacidad. No se necesitó más porque se podía tirar de energías más baratas. Es decir, los ciclos combinados sólo están ahí por si hacen falta y se les paga por ello".
Y por partida doble.
30 de enero, santoral: Adelelmo, Matías de Jerusalén, Martina de Roma, Lesmes y Félix.