Trepidante sucesión de titulares en torno a la entrevista entre un registrador de la propiedad y un pastelero cronista local. Ambiente de casino y rumor de piezas de dominó. Faltaba el follonero. Apasionante cumbre en la cima del poder hispano. Puigdemont le cantó las cuarenta a Rajoy, que le regaló al "president" la segunda parte de El Quijote porque el hidalgo se pasea por Barcelona. Punto para Rajoy. Puigdemont quedó fatal porque sólo llevaba 46 peticiones y un fragmento de su discurso de investidura para que el presidente del Gobierno pudiera comprobar de primera mano y por escrito que el 130 molt honorable es independentista. Imperdonable en la semana de Sant Jordi. Rosas a Rajoy, que hace política en los minutos de la basura. Puigdemont, por su parte, ya tiene foto con los cuatros reyes de la baraja tras haberse visto con Sánchez, Iglesias, Rivera y Rajoy. Sólo le falta el Rey auténtico.
Toda la prensa de papel editada en Barcelona abre portada con la trobada. El más explícito es el Avui, que entrecomilla a Puigdemont. “No ha ido bien”, pero ahí está que Soraya Sáenz de Santamaría y Oriol Junqueras han sido emplazados para verse la semana que viene. Se admiten apuestas y va ganando el que no se reúnen ni de coña. En Madrid, ABC y La Razón subrayan que Rajoy está dispuesto a hablar de todo menos del meollo, la unidad de España según el diario de Planeta.
Ayer fue un día tranquilo porque de lo contrario la reunión no sería la portada de hoy. No dimitió nadie ni nadie de relieve fue detenido. La declaración del exsecretario de las infantas, García Revenga, en el caso Nóos reveló el punto de que Alberto Aza y el antedicho no se tragaban, que entre el funcionariado de la Casa Real hay mucha inquina, tela y miga. Nidos de conspiradores y política de bajos vuelos. La Corte y sus cortesanos.
Mientras se cuece la siguiente tanda de escándalos, Luis Pineda Salido, alias Ausbanc, es el protagonista de la semana. José María Irujo y José Antonio Hernández firman en El País las andanzas de Pineda, que untaba jueces como el que unta mermelada de sobrasada. Escriben: "Jueces de la Audiencia Nacional, del Tribunal Supremo, audiencias provinciales y tribunales superiores cobraron de Ausbanc por impartir charlas, conferencias y asistir al denominado Foro de la Justicia que organiza esta asociación desde 2010, según reconocen magistrados de estos órganos judiciales. Las cantidades que percibieron oscilaban entre 800 y 1.500 euros en función de la importancia de cada seminario y el lugar de celebración. Algunos jueces rechazaron cobrar y ofrecieron el número de cuenta corriente de una ONG para que se derivara el pago a una causa solidaria. Los actos principales los presidía Luis Pineda Salido, presidente de Ausbanc, y en las ocasiones más solemnes se cerraban con una comida o un vino español. Un portavoz de Ausbanc niega que se haya pagado por estas charlas a ningún juez".
Por las charlas claro que no les pagaban. El concepto debía ser la foto. Aquí Pineda con Fulanitez de Pijez, magistrado en ejercicio. Ambos posan en traje de baño. 1.500 euros un juez. Por ese precio se puede contratar a una señoría para una despedida de soltero y que nos eche una conferencia o le haga un calvo a un guardia por nosotros. Barato, barato.
En El Confidencial se añade que Rato pagaba a Ausbanc para que hablaran bien de él. O sea que tras lavar el dinero quería lavar su imagen. El texto de José María Olmo se adentra en los entresijos del caso concreto.
Dadas las plácidas circunstancias, aspira a noticia del día la moción de la CUP de Manresa a favor de las esponjas y en contra de los tampones. Debate. ¿Qué es mejor, el támpax o una esponja marina? Sobran expertos y faltan expertas en el tema, que no es fácil de sacar a colación. La CUP ya no es la formación antisistema, sino el partido antitampones. La revolución empieza por una misma, ha venido a decir Garganté.
21 de abril, santoral: Anselmo de Canterbury, Anastasio hegúmeno, Apolonio filósofo, Aristo de Alejandría, Conrado de Parzham Birndorfer, Maelrubo y Romás Adame.