Primeras planas

Rahola ensalza al "Ghandi" Otegi y lo compara con Mas

Bolaño censura en 'La Razón' que Sánchez "mendigue" los votos de Podemos; Raúl del Pozo considera que el dirigente socialista se ha ganado el derecho a repetir como candidato. Historia de un indigente quemado

2 marzo, 2016 08:41

ABC: Sánchez busca culpables en vez de apoyos

El Mundo: Sánchez convierte su discurso en un pulso a Podemos para echar a Rajoy

El País: Sánchez obliga a Podemos a escoger entre él o Rajoy

La Razón: El cambio es echar a Rajoy

Ara: Sánchez: Rajoy o yo

El Punt Avui: Sense novetats

El Periódico: "Empecemos la semana que viene"

La Vanguardia: Sánchez emplaza a Iglesias a hacer ya realidad el cambio

Arnaldo Otegi ya está en la calle. Salió el mismo día en que Pedro Sánchez pronunció su discurso de investidura, abordado en líneas generales por la prensa como un somero brindis al sol. Por la mañana, a las puertas de la cárcel de Logroño, un gentío (Lluís Llach también estuvo) aclamaba a Otegi, que se largó un mitin sobre el camino de la paz. Aún no ha salido de su boca una condena explícita a la violencia terrorista o una petición de perdón a las víctimas. Ya le ven como el lehendakari que junto a Puigdemont derribará los viejos muros de una España cuarteada, presa de razones aritméticas e intereses políticos.

Por la tarde fue el turno del líder socialista en el Congreso de los Diputados. Gran expectación a pesar de que el resultado de la sesión está más que cantado o todo lo cantado que puede estar algo en política. Es reciente el apaño entre Junts pel Sí y la CUP como para descartar al cien por cien a Sánchez.

El lead informativo está en la portada de El País con la firma de Fernando Garea y Anabel Díez: "En su discurso para lograr la investidura, Pedro Sánchez interpeló ayer especialmente a Podemos, a quien reclamó su apoyo para precipitar el cambio político en España. “¿Queremos un cambio de Gobierno basado en el acuerdo, sí o no?”, demandó el candidato socialista, que trató en todo momento de poner a Pablo Iglesias en la tesitura de escoger entre apoyarle o mantener a Mariano Rajoy en el poder. El secretario general del PSOE lanzó guiños a Podemos en forma de medidas como un plan de emergencia social. “Se pueden hacer la próxima semana”, repitió en varias ocasiones Sánchez para subrayar la posibilidad de empezar a aprobar inmediatamente las propuestas que fue desgranando".

Pablo Iglesias debuta hoy en la cámara y así lo contextualizan Garea y Díez: "El líder de Podemos recogerá hoy el guante y responderá con otra disyuntiva similar: Sánchez debe escoger entre su apoyo o el de Albert Rivera. Defenderá que su proyecto político es incompatible con el pacto firmado con el presidente de Ciudadanos. El PP acusó al dirigente del PSOE de convertir su discurso en su “primer mitin de campaña”, tal y como afirmó el portavoz popular, Rafael Hernando".

Toni Bolaño imprime análisis en La Razón: "Pedro Sánchez ha hecho su discurso de investidura. Diálogo, Gobierno de cambio, entendimiento, dignificar al adversario, fueron las palabras más usadas para trufar un discurso con contenidos en el que la emoción brilló por su ausencia. El líder socialista dijo todo lo que quería decir relatando de forma detallada su acuerdo con Ciudadanos, pero en su tono se denotaba un cierto complejo de inferioridad. El líder socialista sabe que no tiene los votos suficientes y lo verbalizó. Quizás en demasiadas ocasiones. (...) Por eso, durante hora y media, Sánchez subió a la tribuna del Congreso y en lugar de realizar el discurso más importante de su vida política dedicó una buena parte de su tiempo para pedir, casi mendigar, los votos de Podemos como única fórmula de llevar adelante su programa. Sánchez reclamó un Gobierno de cambio, pero con un gazapo, descubrir su debilidad al adversario. De ahí, las risas y los regocijos, en algunos momentos cínicos, de la bancada morada. Los excesivos llamamientos de Sánchez a sumarse al gobierno del cambio le dejaban a los pies de los caballos. Sánchez fue a por lana y salió trasquilado".

En El Mundo, la última palabra corre a cargo de Raúl del Pozo en la contraportada. Escribe el maestro: "No hay función teatral o corrida de toros que haya desencadenado tanta emoción en Madrid como esta sesión de investidura, con el patio de butacas en forma de hemiciclo, entre los estucos isabelinos y el bajorrelieve de Ponzano que representa a España abrazando la Constitución. Un solo orador, Pedro Sánchez, del barrio de Tetuán -un Bronx de sudamericanos y árabes, más allá de los rascacielos de Azca-, se enfrentó a su dudoso destino en un discurso sin límite de tiempo. Pedro apareció como un meteoro que brilla y se mueve mucho, pero que luego resulta ser estrella fugaz".

En

Y continúa: "Ayer, esa estrella, un solo actor, en un monólogo de 42 folios sin réplica, una hora y 36 minutos, como un galán del star system, se vino arriba y empezó diciendo -con buen tono- que si los diputados no salen de la sesión con un acuerdo es que han hecho mal su trabajo.(...) El PP piensa que Pedro Sánchez fracasará en la investidura y se echará en los brazos de Pablo para formar un Gobierno de izquierdas apoyado por los separatistas. Pedro se la juega y, como alguien dijo cínicamente, la causa de Napoleón fue intachable hasta la mañana de Waterloo, e injusta y detestable a las 10 de la noche. Es posible que Pedro Sánchez, el dirigente provisional del PSOE, no sea una estrella fugaz. Aunque Pablo Iglesias calificó el discurso de decepcionante, Pedro saludó desde el tercio, arropado por su grada".

En la prensa catalana se aprecia una gran memoria a largo plazo combinada con una desmemoria absoluta sobre lo reciente que es pasmosa. El salto va de 1714 hasta antes de ayer, de modo que Otegi es un "freedom fighter", un Ghandi vasco de "txapela" y "mocador".

Pilar Rahola, la publicista de Mas, así lo sentencia en su columna de La Vanguardia: "El encarcelamiento de Otegi es, quizás, el símbolo más estridente de esta concepción a la contra, porque también es una de las vergüenzas más estridentes de la democracia española. Sin tapujos: Otegi ha sido un preso político. Es decir, a pesar del camuflaje legal y del edificio argumental que construyen para vender lo invendible, España tiene presos y juicios políticos, y ahí está la causa contra Artur Mas, a raíz del 9-N. Pero el caso de Otegi es especialmente hiriente porque no encarcelaron a un líder violento ­lo cual sería inapelable­, sino al líder vasco que tenía la capacidad, la voluntad y el arrojo para llevar al independentismo vasco a la vía pacífica. (...) Emblemático es, por ejemplo, el discurso en el Velódromo de Anoeta, en el 2004, donde apareció con una rama de olivo y pidió "que nadie la deje caer". Cualquier democracia enfrentada a un conflicto violento habría recogido la rama y, sobre todo, habría valorado la actitud pacifista, ­"la vía Gandhi"­, que había asumido Otegi. España, en cambio, lo encarceló".

Vaya con España. Roba, encarcela y no es una democracia. En cambio, Otegi es un pacifista de tomo y lomo con pimientos. Rahola abandera una legión de columnistas que se solazan con la excarcelación de El Gordo de Elgoibar. A falta de unos cuantos presos "políticos" por pegar tiros, poner bombas y justificar la violencia, en la verde e idílica Euskalherria ya están todos, menos los muertos del "conflicto violento". Por cierto, detalle de Rahola al comparar a Mas con Otegi. Estará tan contento el expresidente.

También salió de la prisión Isabel Pantoja, otra presa política. Y Amancio Ortega está tras los pasos de Bill Gates en el concurso "¿Quién es el más pastoso del planeta?".

Historias para no dormir. Firma L. L. Álvarez en La Razón: "Borja tiene 41 años, pasó su infancia y juventud en un buen piso de la calle Manuel Becerra y se licenció en Derecho en el 97 por la Universidad Complutense, pero nunca llegó a colegiarse. Ya en su época de estudiante comenzó a trabajar de relaciones públicas de varias discotecas y se quedó prendado del mundo de la noche. «Fui un golfo», dice para resumir en pocas palabras cómo un hijo único de «barrio bien» ha acabado como un indigente: en la calle y con un problema de alcoholismo. El lunes por la mañana fue objeto de una agresión que, como buen conocedor de las leyes que es, él mismo califica de delito de odio. «Estaba con mi amigo Gabi y nos habíamos bebido una botella de whisky. Se acercaron dos chavales a pedirnos un cigarro pero no se lo dimos. Iban bien vestidos, diría que eran “pijos”, pero no estética neonazi, como están diciendo». Borja atendió ayer a este diario en el mismo parque donde sucedieron los hechos, en la glorieta Valle del Oro de Carabanchel, frente al metro de Oporto. Allí lleva parando unos cinco años y conoce a todo el mundo, en su mayoría latinos, y con todos dice llevarse bien. Ahora lleva unos 20 días pasando allí más tiempo del habitual porque su mujer se va a ir de vuelta a Perú, aunque asegura que duerme en el albergue de San José. «Este parque es mi casa», dice. «Me quedo por aquí porque me encuentro mal y estoy harto de todo», confiesa".

2 de marzo, santoral: Absalón, Basileo, Ceada, Inés de Praga, Jovino, Lucas Casali de Nicosia, Simplicio y Troadio