Primeras planas

Merkel supera el duelo por Aylan y otro cortocircuito en Can Mas

14 septiembre, 2015 08:28
ABC:La candidatura soberanista plantea como primera medida no pagar impuestos

El Mundo: Un arquitecto del 3% reclamó a Mas un cargo en 12 ocasiones

El País: Alemania impone frenos fronterizos ante la masiva llegada de refugiados

La Razón: Merkel cierra la frontera

Ara: El Govern recorre a Europa per blindar el català a les aules

El Periódico: Vista a las generales

El Punt Avui: La Via reforça el plebiscit

La Vanguardia: Rajoy y Sánchez se disputan el electorado de las generales

Cinco Días: Más seguridad al trabajar

El Economista: Repsol venderá activos y frenará su inversión por el precio del crudo

Expansión: Telefónica quiere el 20% de la tarta publicitaria en TV

Naufragio en el Egeo. Al menos 43 personas han perdido la vida entre las confusas islas de Turquía y Grecia. Quince niños ahogados. Los que llegaron a Europa la atraviesan a pie o en transportes de ganado. La fotografía de Aylan en una playa de Bodrum (la Marbella otomana) dio pie a la compasión. La cancillera alemana, Ángela Merkel, ordenó la apertura de fronteras, un trato digno a los refugiados, que las autoridades húngaras desbordadas se comportaran como seres humanos con otros seres humanos. Un "efecto llamada" perfecto. Ahora el río se ha desbordado. Aceleramiento de la historia. Merkel ha superado el duelo por el niño aunque los sirios aún la tengan como una madre redentora, la opulencia occidental, el sueño de ser ciudadanos bajo un manto protector en vez de gentes sin futuro bajo la bota de un tirano o de un barbudo.

Se cerraron las puertas y comienzan los cálculos entre los países de la UE para repartirse a los refugiados como buenos vecinos. La guerra en Siria continúa. Caen bombonas de butano del cielo y los clérigos ultras cortan cuellos y manos. Es lo que pasa en la otra orilla. Aquí, mientras tanto, El Mundo adelanta pormenores del tres por ciento, la correspondencia entre un aspirante a enchufado y el presidente de la Generalidad ahora en funciones. Con los mails que han aparecido del caso se podría hacer un libro como el que Andrea Camilleri le dedicó a la mafia. "Vosotros no sabéis", se titula. Está construido con los papelitos que utilizaba un capo para dar instrucciones desde la cabaña en la que vivió casi como un topo durante tres décadas. Había de todo, desde apuntes contables a "sugerencias" para librarse de tal o cual sujeto. También hay recomendaciones y recomendados, como en el asunto que Roberto Villarreal desgrana en el diario madrileño: "El arquitecto, ex diputado de CDC y ex conseller Jaume Vila Fontcuberta escribió al menos una docena de correos personales a Artur Mas entre 2011 y 2013 en los que se postulaba para integrarse en la estructura de cargos de confianza del Govern. Vila es uno de los imputados clave, en su condición de coordinador de Urbanismo de Torredembarra (Tarragona), en la investigación de presuntas comisiones pagadas por Teyco, constructora del clan Sumarroca, a las empresas del ex alcalde de CDC Daniel Masagué. El arquitecto no logró su propósito y sólo recibió una respuesta institucional por escrito de Mas el 4 de diciembre de 2012 en la que el president le enviaba un abrazo".

Sigue: "En la carta de respuesta que recibe el ex diputado de CDC, Artur Mas le agradece su apoyo tras el batacazo en las autonómicas del 25 de noviembre de 2012. Sin embargo, el acusado sí deja entrever en sus escritos que el presidente lee los correos y que él mantiene varias conversaciones telefónicas «de parte tuya» con el jefe de la Oficina del Presidente, Joan Vidal, quien va dando largas sistemáticamente a sus pretensiones para enfado -finalmente casi pataleta- del ex coordinador".

Más: "Sin embargo, lo más revelador de esta curiosa relación epistolar es que ilustra perfectamente los padrinos que avalan la candidatura de Vila Fontcuberta, quien llega a Torredembarra, «mediante una gestión de Felip Puig», después de que CDC perdiese en 2007 la Alcaldía de Sant Feliu de Codines con mayoría absoluta del PSC. «Al nuevo alcalde le faltó tiempo para despacharme por el solo hecho de ser militante de CDC», se queja. Este estrecho vínculo con Felip Puig se evidencia en sus cartas. El aspirante al enchufe explica a principios de 2011 que el conseller maneja una lista de nombres «y que te la pasaría para que fuesen tenidos en cuenta a la hora de componer la estructura de gobierno de cargos de confianza». «El otro día [se refiere al 19 de marzo] Felip me dijo que este listado ya estaba en tus manos y que en él figuraba mi nombre»".

Quien no llora no mama y más triste es pedir que robar, sin duda. En El País y sobre el particular afirman que las constructoras del resto de España habían dejado de pagar a Convergència, no así las catalanas. Y en ABC se malician, con documentos, que la primera providencia de Mas si gana las elecciones será dejar de pagar impuestos, propósito que vendrá acompañado de una cadena humana de la ANC frente a la delegación de Hacienda. Toni Bolaño en La Razón desvela que el republicano Alfred Bosch lleva tres meses cobrando de concejal y diputado, a razón de unos doce mil euritos al mes, lo que era un sueldo de los buenos buenos de antes de la crisis, cuando los periodistas de medio pelo cobraban lo que los futbolistas de segunda división.

La prensa condal, por su parte, repara que en Rajoy y Sánchez hacen campaña para las autonómicas con la vista puesta en las generales. Comienza el curso y hay un tráfico de mil demonios. Volumen brutal en la Diagonal. Otro verano muerto.

Hoy es un día de sustancia en las secciones de Opinión de algunos diarios. Ahí van unos ejemplos sin orden ni concierto que contienen las aportaciones al insondable asunto de Mas, la independencia hipotética y la reacción de dinero.

En La Vanguardia, Francesc-Marc Álvaro se propone desarticular las que considera tres grandes mentiras del unionismo, odiosa etiqueta para despreciar/definir a los otros. Escribe Álvaro: "La primera mentira consiste en afirmar que el soberanismo es un movimiento étnico que hace distinciones entre catalanes de nacimiento y de adopción, y que se avergüenza –como afirmó Iglesias en un momento vomitivo– de los apellidos castellanos, andaluces, murcianos, etc. Cualquiera que pasee por Catalunya sabe que el soberanismo no pregunta los orígenes de las personas porque es un proyecto cívico, dato que han certificado todos los estudiosos del caso catalán. Hay muchos Sánchez entre los soberanistas, lo cual explica la magnitud de esta ola de cambio. Y también hay algunos Bosch entre los unionistas. El apellido no determina la opción. Las realidades son afortunadamente híbridas. Desenterrar las consignas del lerrouxismo sí pone en peligro la convivencia, no proponer un Estado independiente, donde nadie tendrá que renunciar a sentirse español, marroquí o argentino".

Sigue: "La segunda mentira busca criminalizar el soberanismo, después de intentar vincularlo al nazismo, a ETA y al yihadismo. La fábula que ahora difunden viene a decir que los ciudadanos que no se sienten soberanistas tienen miedo de hablar en público porque se les hace la vida imposible. La palabra que se deja caer es “intimidación”, como si el país fuera uno de los pueblos controlados por la mafia. La maniobra es tan chapucera que no hace falta desmentirla, basta con esperar a que la realidad se abra camino".

"Y, en tercer lugar, tenemos la mentira sobre el supuesto gran apoyo mediático a la causa soberanista. Con una mano me basta (y me sobran dedos) para contar los medios de Barcelona cuya línea editorial es favorable a la independencia. El resto, aquí y en Madrid, está en contra. Con respecto a los públicos, TV3 y Catalunya Ràdio practican un pluralismo impecable, cosa que no hacen ni TVE ni RNE (que todavía pagamos todos los catalanes), donde nunca aparecen voces próximas al soberanismo. La asimetría mediática en beneficio del unionismo es irrefutable".

Este hombre está pidiendo a gritos que le den otra tertulia, a ser posible en una tele o radio nacionales.

En su propio periódico y al respecto de la intimidación replica Joaquín Luna:

"–Antes de que esta fiesta tan civilizada acabe mal, yo me ofrezco a desaparecer del mapa por voluntad propia. Total, los catalanes como yo somos un cero a la izquierda.

Hombre, bien que nos larga aquí su minuto de reflexión, me dirá usted. Yo les largo una reflexión y a cambio les recomiendo la ensaladilla rusa con langostinos de El Pimpi, taberna malagueña excelsa, pero eso no significa que uno exista. Ni yo ni media población de Catalunya existimos ya para Catalunya. Si España anda secuestrada por cierto Madrid –y no luce lo que debería–, la peña soberanista y su peñista en cap, Artur Mas, nos han borrado del mapa y juegan al juego de la astucia como si fuera un mano a mano entre ellos y Madrid. Basta con leer diarios de un 12 de septiembre para ver que ya no es ninguneo –en cuyo caso, no me ofrecería a “desaparecer”–, sino que de tanto desconectar han desconectado a los catalanes que chafamos el guión (la última es contarnos en escaños –se lleva mucho la comarca– aunque digan que es plebiscito y pobre del Jordi Sánchez que discrepe)".

En El País destaca la firma de Valentí Puig, que disecciona las otras mentiras: "En su intervención en el parlamento autonómico de Cataluña un Artur Mas conspicuamente ahorrativo con la verdad intentó poner en la rampa de lanzamiento el penúltimo mantra de la propuesta secesionista que hoy por hoy lidera. Es decir: España es un Estado de derecho tan imperfecto, tan anómalo, que lo que hay que hacer es echarse a correr. Es un Estado que opera al modo del Gran Hermano de Orwell, se salta la legalidad cuando le conviene y dedica sus esfuerzos a espiar y acosar al presidente de la Generalitat. Adujo su experiencia al respecto".

Sigue: "Uno se pregunta cómo es posible que el máximo representante del Estado en Cataluña se sienta acosado por el Estado y al hablar en sede parlamentaria no le ponga nombres, fechas, constataciones. Cierto que el formato de comparecencia le era favorable. Mas ha perfeccionado su instinto de supervivencia y esas cosas, aún en momentos especialmente necesitados de grandeza, acaban llevando a la sistematización de la demagogia. Acusar de persecución al Estado siendo presidente de un territorio autonómico de ese Estado es una nueva agregación del victimismo, nueva en el largo período positivo que lleva viviendo Cataluña desde la transición, aunque equiparable en su anacronismo a las proclamas del Lluís Companys inducido por Estat Català".

Y: "Al margen del espíritu de abnegación fatalista que le atribuyen sus íntimos, salvo mantenerse en el poder resultan indiscernibles los propósitos de Mas porque ya no es que el fin justifique los medios sino que el fin —el objetivo secesionista— ha ido agrisándose, perdiendo la mínima claridad conceptual, hasta el punto de entregarse a ERC para después integrarla en la candidatura de Junts pel Sí".

En ABC Ignacio Camacho describe los marcos referenciales de la política catalana: "Hay una mala noticia en el comienzo de la campaña catalana y no se trata, o no sólo, de las encuestas, sino de que el soberanismo ha impuesto su marco mental, su frame plebiscitario. Ha hecho creer incluso a sus adversarios que la independencia es posible. Y esta idea, que podría resultarle contraproducente al separatismo en la medida que lograse movilizar a los no nacionalistas, le beneficia porque estos acuden a las urnas desunidos. Como en teoría no pueden aceptar el plebiscito, los constitucionalistas se presentan por separado y además atizándose entre ellos en busca de mayor cuota de escaños, mientras los partidarios de la secesión caminan agrupados tras el puntero de la Diada. El propio nombre de su candidatura, Juntos por el Sí, asocia a sus rivales con un imaginario «No» que les condiciona el discurso y los empuja a involucrarse, sin la cohesión necesaria, en una consulta que no existe… pero que de hecho está planteada".

Añade: "Este es el gran triunfo del nacionalismo: ha creado un marco dominante sobre el que referenciar su propia identidad con un enemigo. Ha fabricado con éxito una otredad deshumanizada que se contrapone con su propuesta mesiánica de redención, y mediante una asfixiante propaganda impone su realidad virtual con aplastante eficacia. Lo más inquietante de la movilización de la Diada no fue el alto número de manifestantes sino el espíritu de crédulo infantilismo que los iluminaba; resultaba fácil ver hasta qué punto se sentían portadores de un idealismo redentorista, de una excelsa autoestima".

Federico Jiménez Losantos, en El Mundo, da su versión sobre lo que ocurrió el viernes en Barcelona: "Lo peculiar de la aceleración totalitaria del nacionalismo catalán no es su coreografía norcoreana, su sentimiento exacerbado y la dicha ovina con que la masa vive la exaltación de un pueblo unido, sin disidencia, que deberá ser exterminada por el bien de la raza o de la 'nostra gent'. Elías Canetti, en 'Masa y poder', explica cómo esa militarización de la sociedad civil, con los niños como escudos humanos, prueba la voluntad de liquidar a todo el que se oponga al dogma que marque el 'führer', 'duce', caudillo o 'president'. Lo esencial no es saberse la letra sino seguir la música, corear el estribillo del Poder. Nazis, fascistas, falangistas o 'escamots' (el fascio juvenil de ERC) ponían uniforme a los niños y pantalón corto de 'boy scouts' a los mayores, jefes incluidos. El nacionalismo catalán adopta una estética dominguera, de guardería. Nuremberg se disfraza de 'kindergarten'".

Y compara: "Los nibelungos de Junts por el Sí, en fila con su cartoncito de colores, eran wagnerianos del Liceo pasados por la Escola d'Estiu Rosa Sensat. Recordaban al grupo catalán Parchís, creado en 1980, el mismo año en que Pujol llegó al poder y se puso a 'fer' país, a hacer a los buenos catalanes tan obedientes al 'Mestre', Él, como crueles con los malos catalanes, a los que deben denunciar. Y lo hacen. Por eso en Cataluña ya no se habla de política en casa. El totalitarismo rompe la familia en favor del poder político. El buen comunista, nazi, fascista o nacionalista debe denunciar a su padre (Carrillo) o renunciar a madre, religión o moral para servir al Estado -proceso, revolución- en la cheka o en el 'Salón Kitty'".

El apunte económico corre a cargo de Casimiro García Abadillo, el ex director de El Mundo, quien escribe en su diario sobre los movimientos del dinero en el proceloso caudal de la secesión: "Fainé ha mantenido tradicionalmente una buena relación con Rajoy. Un par de meses antes de que el PP ganara las elecciones de 2011, ambos pergeñaron una gran operación financiera: la fusión de la Caixa y Cajamadrid. Rodrigo Rato se opuso frontalmente a ella y siempre ha pensado que esa resistencia que la abortó estuvo en el origen de su destitución de la presidencia de Bankia en mayo de 2012".

Continúa: "Moncloa considera a la Caixa (ahora CaixaBank) como una pieza sustancial del puzle catalán. Tan es así, que la citada operación de concentración de las dos mayores cajas españolas -una con sede en Madrid y la otra con su cuartel general en Barcelona- estaba concebida como un definitivo puente para consolidar la relación entre Cataluña y el resto de España. Naturalmente, Artur Mas, que veía con agrado una unión en la que la ganadora sería la Caixa, no era el visionario independentista en el que ha devenido con el paso del tiempo".

Más: "Lo que sí es cierto es que la Caixa ha ganado tamaño e influencia durante los años de mandato del PP. El presidente del Gobierno siempre confió en que Fainé supiera modular las tensiones soberanistas que ya empezaban a generar dolores de cabeza en Moncloa. Sin embargo, estamos a menos de dos semanas del pretendidamente plebiscitario 27-S y el presidente de la Generalitat parece más convencido que nunca de que logrará su objetivo secesionista. En el Gobierno se percibe un cierto sentimiento de decepción. «Aunque ahora Fainé no se habla con Mas, lo que está claro es que no ha podido o no ha hecho todo lo que estaba en su mano para frenar la deriva independentista de Convergència», afirma una fuente del gabinete".

14 de septiembre, santoral: Exaltación de la Santa Cruz, Alberto de Castro, Cipriano de Cartago, Materno de Colonia y Pedro de Bellevaux.