Carles Puigdemont también decepciona a sus admiradores. El expresidente de la Generalitat se negó a recibir a un grupo de independentistas que se desplazaron la semana pasada hasta las puertas de su mansión en la localidad belga de Waterloo con el propósito de intentar saludarle. Un objetivo que no consiguieron, y que les dejó con muy mal sabor de boca.

Así lo ha denunciado en su perfil de Twitter una de las afectadas por el plantón del prófugo. Según relata Mónica Sánchez, el pasado jueves viajó "expresamente" junto a su familia hasta la casa de Puigdemont "con la ilusión" de saludarle. "Nos juntamos tres familias, pero el president no quiso salir", relata la mujer en su escrito.

La mujer no oculta su disgusto por el plantón del prófugo, al que advierte que "no olvide que el pueblo es el único que no le fallará... de momento".

Paella con su entorno postconvergente

El fin de semana anterior, en cambio, el líder de JxCat --fugado de la Justicia española por el procés independentista y la DUI-- sí que recibió con todo boato a su círculo de máxima confianza postconvergente para compartir una paella con ellos en su lujoso palacete.

Al ágape acudieron, entre otros, la tertuliana Pilar Rahola, el consejero Jordi Puigneró, el diputado de su partido Jaume Alonso-Cuevillas y Jon Iñarritu, de EH-Bildu, el empresario y mecenas del fugitivo, Jami Matamala, o el rapero Valtònyc.