Quim Torra, cuyo partido ha eliminado la religión de su programa, durante una visita al abad de Montserrat, Josep Maria Soler / ABADÍA DE MONTSERRAT

Quim Torra, cuyo partido ha eliminado la religión de su programa, durante una visita al abad de Montserrat, Josep Maria Soler / ABADÍA DE MONTSERRAT

Política

Los partidos de la derecha eliminan la religión de sus programas para el 10N

El hecho confesional ha desaparecido de las propuestas de PP, Cs y JxCat, que sí lo abordaban en abril, mientras que PSOE, ERC, Unidas Podemos, CUP y Más País lo contemplan de forma muy crítica

8 noviembre, 2019 00:00

El 68,3% de los españoles aseguran ser católicos. Lo dice la última encuesta del CIS. Sin embargo, la religión ha desaparecido de los programas electorales de PP, Ciudadanos y Junts per Catalunya, formaciones identificadas con una derecha que históricamente ha tenido interés en el hecho confesional. Por el contrario, PSOE, ERC, Unidas Podemos, CUP y Más País lo contemplan desde una perspectiva muy crítica.

La religión en los programas electorales del 10N / CG

Paris Grau Garceran, graduado en Ciencias Políticas, fundador de la asociación Deba-t.org y miembro de Twenty50, ha analizado los programas electorales para las elecciones generales que se celebran este domingo. Asiduo colaborador de la Fundació Catalunya Religió, Grau es coautor del libro Dios en Barcelona. Seis alcaldables y el hecho religioso (Claret) junto a Jordi Roigé i Solé, periodista, productor y editor, fundador de Catalunya Cultura y exdirector general de Política Lingüística de la Generalitat.

¿Tema tabú?

Los autores ya subrayaban entonces que la religión no suele centrar las campañas electorales --¿un tema tabú?-- y, con motivo de los comicios municipales de mayo, destacaban que en Barcelona hay 23 confesiones religiosas y 563 centros de culto --la Iglesia Católica tiene 242 y la Evangélica 200--. Denunciaban, asimismo, que la religión solo capta la atención mediática cuando hay malas noticias --pederastia-- o polémicas --mezquitas, burka o, más recientemente, la exumación de Franco--.

Ada Colau, que opina sobre la Iglesia en un libro de entrevistas a alcaldables, junto a Manuela Carmena y el fundador de Open Arms, Òscar Camps, tras su visita al Papa Francisco en el Vaticano / CG

Ada Colau, que opina sobre la Iglesia en un libro de entrevistas a alcaldables, junto a Manuela Carmena y el fundador de Open Arms, Òscar Camps, tras su visita al Papa Francisco en el Vaticano / CG

En esta ocasión, Grau ha analizado los programas electorales de los partidos que concurren a las elecciones generales este domingo. Curiosamente, los partidos conservadores --Junts per Catalunya, PP y Ciudadanos-- han eliminado las referencias a la religión en sus programas electorales, mientras que en las elecciones de abril sí que dedicaban parte de su ideario a este asunto. Vox solo se refiere al Islam, mientras que la izquierda --PSOE, Unidad Podemos y Mas País-- sí abordan el tema desde una perspectiva crítica. La CUP, que debuta en estas generales, se refiere a la religión para enmarcarla en los “poderes fácticos” españoles.

Un 68,3% de españoles se confiesan católicos

España es un país laico con libertad religiosa, aunque según el último CIS publicado el 29 de octubre, un 68,3% de la población se declara católica.

Así, según Paris Grau, el programa del PP para el 10N no contempla la cuestión religiosa, a diferencia del presentado con motivo de las elecciones del 28 de abril, donde se comprometían a “garantizar el derecho de las familias a que puedan estudiar la asignatura de religión en las mismas condiciones que el resto de asignaturas del programa oficial y mantendremos su carácter voluntario y evaluable”.

El olvido de PP, Cs y Junts

Asimismo, los populares afirmaban hace siete meses que “la libertad emancipa a las personas del afán colectivista de la izquierda que pretende dividir a los individuos en función de nuestro género, edad, raza, religión u orientación sexual.

Ciudadanos también ha eliminado las referencias mínimas que contenía su programa de abril, cuando defendía una España “más libre, moderna e igual”, y la construcción de “una Europa más fuerte que luche para hacer frente al nacionalismo y los extremismos”, aunque sin especificar demasiado.

Carles Puigdemont, en la misa de Sant Jordi en el Palau de la Generalitat en 2017 / GENCAT

Carles Puigdemont, en la misa de Sant Jordi en el Palau de la Generalitat en 2017 / GENCAT

Junts per Catalunya, heredera de la antigua Convergència, también omite el hecho religioso, mientras que en anteriores citas electorales, CiU, Junts pel Sí y Junts per Barcelona sí abordaban el tema para defender, por ejemplo, “el diálogo fluido y continuado con las confesiones, a fin de facilitar la integración de la diversidad religiosa".

Vox y el Islam

Vox se presenta al 10N con un programa que solo habla del Islam. En concreto, para “exigir a los responsables de la religión islámica en España una absoluta colaboración para la detección de radicales” y la “exclusión de la enseñanza del Islam en la escuela pública”.

También aboga por prohibir la construcción de “mezquitas promovidas por el wahabismo, el salafismo, o cualquier interpretación fundamentalista del Islam. Exigencia del principio de reciprocidad en la apertura de lugares de culto. Rechazar e ilegalizar la financiación por parte de terceros países de lugares de culto en suelo español”.

Los acuerdos con la Santa Sede

La izquierda, por el contrario, sí desgrana sus posturas religiosas. Lo hace de forma muy crítica. En su apartado sobre la mejora de la calidad democrática, anticorrupción y transparencia, el PSOE denuncia "los acuerdos entre España y la Santa Sede de 1979 que dan continuidad al Concordato de 1953, en cumplimiento del precepto constitucional que establece la aconfesionalidad del Estado y la libertad religiosa”.

La vicepresidenta en funciones Carmen Calvo saluda al secretario de Estado del Papa, Pietro Parolin, en el Vaticano / EFE

La vicepresidenta en funciones Carmen Calvo saluda al secretario de Estado del Papa, Pietro Parolin, en el Vaticano / EFE

Promete impulsar “un nuevo acuerdo bilateral entre ambos Estados, basado en el principio de laicidad, para mantener unas relaciones de cooperación moderna con la Iglesia Católica”, así como recuperar “los bienes matriculados indebidamente por la Iglesia”. En este sentido, propone “una revisión de las operaciones que se han basado en el privilegio de inscribir en el Registro de la Propiedad bienes a partir de simples declaraciones de sus propios miembros”.

Bienes inmatriculados

En un sentido similar, Unidas Podemos quiere “recuperar los bienes inmatriculados indebidamente por la Iglesia. Estas operaciones se han basado, hasta 2015, en el privilegio de inscribir en el Registro de la Propiedad bienes a partir de simples declaraciones de sus propios miembros. Esto la ha llevado a inscribir a su nombre bienes que --como se sabe-- son de toda la ciudadanía, como la mezquita de Córdoba o ermitas de muchos pueblos”.

También apuesta por derogar la Lomce e impulsar una reforma educativa en la que “la religión no formará parte del horario escolar obligatorio y no se tendrá en cuenta para la media en ningún nivel educativo”. Según los podemitas, “en nuestro país nunca se ha acometido una verdadera separación entre la Iglesia católica y el Estado. A consecuencia de ello, la Iglesia sigue disfrutando de privilegios que son imposibles de explicar, al mismo tiempo que a la gente solo le crece el importe de las facturas. Uno de estos privilegios es la exención de pagar el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) por los bienes que dice poseer”.

Así, “mientras que una persona normal tiene que llegar a situaciones de gran necesidad para que se le permita no pagar el IBI, la Iglesia española no solo recibe fondos de nuestra declaración de la renta que luego gasta en televisiones sectarias que nadie ve, sino que, además, se le permite no pagar impuestos por sus propiedades”.

ERC y las discrepancias con Junqueras

ERC defiende buena parte de los postulados de Unidas Podemos, pues propone “anular los acuerdos entre la Santa Sede y el Estado español de 1979 que establecen privilegios religiosos y obligan a ofrecer religión católica en la educación reglada; y, si fuera necesario, pedir también al Estado que revise los acuerdos suscritos en 1992 con federaciones de entidades representativas, respectivamente, de las confesiones evangélica, islámica y judía”.

Los republicanos, cuyo líder, Oriol Junqueras, es un católico confeso --en el Parlament ha votado a favor de mantener las subvenciones a colegios de elite que segregan por sexo, a diferencia del resto de sus compañeros de bancada--, quiere “impulsar una ley de conciencia para reconocer la igualdad de creyentes y no creyentes, todo garantizando la libertad y la pluralidad de creencias y no creencias y la neutralidad estatal”.

La CUP y la élites privilegiadas

La CUP, que se presenta por primera vez, enmarca a la Iglesia en un conjunto de élites privilegiadas del Estado. “Denunciamos sistemáticamente el poder político, mediático y económico de la Iglesia católica, así como sus privilegios fiscales y tributarios. Luchamos por una educación y una salud 100% pública y laica”. Un Estado que, “con la complicidad de la iglesia católica, perpetúa día a día la violencia machista y LGTBfóbica”.

También debuta en estas elecciones Más País, que defiende la reversión de los bienes histórico-artísticos inmatriculados por la Iglesia católica, así como estudiar “el equipamiento de los mataderos con sistemas de aturdimiento reversible que faciliten la conciliación entre los ritos religiosos y las garantías en el bienestar de los animales en el momento del sacrificio”.