La consejera de Enseñanza de la Generalitat, Irene Rigau, junto a otros políticos, durante una manifestación contra el bilingüismo escolar celebrada en junio de 2014 en Barcelona

La consejera de Enseñanza de la Generalitat, Irene Rigau, junto a otros políticos, durante una manifestación contra el bilingüismo escolar celebrada en junio de 2014 en Barcelona

Política

Familias que pidieron educación bilingüe se ven obligadas a cambiar a sus hijos de colegio o a no empezar el curso escolar

Los padres de Mataró acosados por acudir a los tribunales trasladan a sus hijos a otro centro, mientras que los de Balaguer evitan llevarlos a la escuela el primer día por la presión del entorno

15 septiembre, 2015 00:21

Las consecuencias del acoso sufrido por dos familias que solicitaron educación bilingüe para sus hijos todavía no han terminado.

En el caso de los padres de Balaguer (Lérida), de momento han preferido no llevar a sus hijos al colegio --el curso empezó este lunes-- hasta que se calme la situación. Mientras que los padres de Mataró (Barcelona) han optado por cambiar a sus hijos de centro escolar.

"Haremos lo que sea para protegerlos"

En declaraciones a Crónica Global, la madre de los dos niños de Balaguer --de P5 y segundo de primaria-- se ha mostrado indignada porque diferentes medios de comunicación estaban esperándoles a las puertas del Colegio Público Gaspar de Portolà.

La madre ha tildado las situación que ha vivido su familia en las últimas semanas de "acoso", "abuso", "mobbing", "exclusión" y "marginación". "Es algo muy grave, es inaudito, pero haremos lo que sea para proteger a nuestros hijos", ha asegurado, y ha insistido en que lo único que querían era proporcionarles la mejor educación.

Amenazas, rechazo social y boicot

En junio pasado, los padres consiguieron una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que les garantizaba el derecho a que los niños recibieran un 25% de las clases en castellano --lo que se traducía en una asignatura no lingüística, probablemente matemáticas--.

Pero, cuando la noticia trascendió, hace dos semanas, y fueron identificados, recibieron todo tipo de presiones, incluyendo amenazas en las redes sociales, rechazo social y un boicot al negocio familiar que regentan en la localidad leridana.

No descartan cambiar de colegio

La AMPA incluso organizó una manifestación para exigir el desacato de la sentencia, que reunió a medio millar de personas y contó con el apoyo de CDC, Unió, ERC, la CUP y el PSC. También se habían preparado unas camisetas para padres y alumnos con leyendas en defensa de la inmersión lingüística escolar obligatoria exclusivamente en catalán.

Finalmente, los padres cedieron a la presión y ahora negocian con la Consejería de Enseñanza el desistimiento de la sentencia. De momento, el curso ya ha empezado en el colegio Gapar de Portolà, pero sin cambiar el modelo lingüístico y con dos alumnos menos de los previstos. Sus padres no descartan cambiarlos de centro, si eso sirve para acabar con esta "pesadilla".

La familia de Mataró

Otra familia que se encontró con una situación similar, en este caso en Mataró, ya ha optado por esa solución. En mayo pasado, una sentencia del TSJC ordenó que se impartiera en castellano un 25% de las clases de los dos hijos de Agustín Fernández en la Escuela Pia Santa Anna, un centro concertado.

Inmediatamente, la AMPA y entidades nacionalistas se movilizaron contra el cumplimiento de la sentencia, organizando también una numerosa concentración a las puertas del colegio, con la participación activa de destacados dirigentes locales y concejales de CiU, ERC, ICV-EUiA y la CUP.

Perdieron la "confianza" en el centro

Inicialmente, la familia de los niños aceptó que la reintroducción del bilingüismo se retrasase hasta septiembre --en mayo faltaban muy pocas semanas para acabar el curso escolar--.

Sin embargo, tal y como ha señalado Fernández a Crónica Global, la fórmula propuesta por la dirección para cumplir la sentencia les hizo perder la “confianza” en el centro y decidieron buscar otro colegio para los niños.

20.000 euros por escolarizar a los niños

La única alternativa que han encontrado donde se imparta de forma más o menos equilibrada la enseñanza en catalán y en castellano es un centro privado a varias decenas de kilómetros de Mataró --su lugar de residencia-- y con un coste de alrededor de 10.000 euros anuales por cada uno de los dos alumnos.

Fernández ha explicado que el director de la Escuela Pia Santa Anna les ofreció impartir a sus hijos la clase de matemáticas en castellano separándoles del resto de los niños y utilizando libros en catalán. Esto le pareció inaceptable.

"Tienen a los niños como rehenes"

Además, ha asegurado que una pedagoga del colegio les "aconsejó" cambiar de colegio ante la tensión que se había generado.
"Este es un sistema perverso que secuestra la voz de los padres porque tienen a los niños como rehenes", ha lamentado Fernández. Y ha denunciado que se está produciendo "una limpieza cultural" que podría calificarse de "neonacionalsocialismo".

En todo caso, el padre ha señalado que están estudiando presentar una querella contra todos los que participaron en el acoso contra su familia. "Hay que luchar contra esta intolerancia", ha concluido.