Europa: El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker / EFE

Europa: El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker / EFE

Política

Expertos jurídicos explican a Europa "cómo se ha violado" el Estado en Cataluña

Profesionales de distintos ámbitos envían una carta a los dirigentes de las instituciones europeas, entre ellos Juncker, acusando a las "élites catalanas" de "crear estructuras de Estado paralelas"

12 julio, 2018 00:00

Con detalle, y con la convicción de que no se ha explicado en Europa, en realidad, lo que ha ocurrido en Cataluña. Hasta casi 200 profesionales, intelectuales y expertos, en el ámbito jurídico, político y social, han enviado una carta a los dirigentes de las instituciones europeas en la que indican que fueron las “élites catalanas” las que fueron responsables de “crear estructuras de Estado paralelas”, y, por tanto, “violaron” el Estado en Cataluña.

La carta está dirigida a Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea; Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo y Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo. Y la firman profesionales e intelectuales como Teresa Freixes; Fernando Savater, Miguel Revenga, Andrés Trapiello, Xavier Pericay, Claus Offe, Ana Losada, Francesc de Carreras, Teresa Jiménez Becerril, Joaquim Coll, Julio Carabaña, Félix de Azúa, Rafael Arenas, Cayetana Álvarez de Toledo o Susana Beltrán.

Proyecto oligárquico

La reflexión parte de dos realidades. Se explica lo que se entiende que ha pasado, y se responsabiliza también a la Unión Europea por algunas cuestiones que han facilitado llegar a la actual situación en Cataluña. En el primer plano se acusa a las “élites catalanas, que convirtieron las instituciones regionales --políticas, sociales y mediáticas-- en estructuras de Estado paralelas, poniéndolas al servicio del secesionismo y vulnerando así la neutralidad administrativa, un principio democrático fundamental”. También se asegura que se han utilizado todos los medios para el fin secesionista, con “presiones a profesores de universidad, periodistas y jueces” y que “usaron a la policía autonómica como policía política para espiar a políticos, empresarios y asociaciones, generando un clima de acoso y violencia simbólica que se acompaña de una violencia institucional”.

Una de las consecuencias es que “el secesionismo, convertido en un proyecto oligárquico, clasista, identitario y emocional, ha partido la sociedad catalana en dos, con graves consecuencias políticas y económicas para Cataluña y para toda España. El proyecto europeo, democrático y progresista, no puede ser ambiguo con los nacionalismos sin traicionar el fundante principio de solidaridad”.

La cuestión lingüística

Los firmantes se mojan cuando atribuyen a unos actores más responsabilidad que a otros para explicar por qué se ha llegado a una situación tan complicada en Cataluña. “Hay dos razones principales tras estas cesiones de poder y recursos públicos: la mala definición constitucional de los límites autonómicos; y las estrategias de movilización de los partidos socialistas, y del PSC en particular, que permitieron a las élites nacionalistas (a cambio de apoyos parlamentarios puntuales para alcanzar el poder) desarrollar procesos de ingeniería etno-lingüística, de construcción nacional, y así ampliar su poder y su base electoral, haciendo uso de clientelismo y la corrupción sistémica, como muestran el caso Palau o el del clan Pujol”.

Pero la Unión Europea también recibe. En la misiva se recoge que la lenta integración política y económica está afectando a situaciones como la catalana. Pero entra de lleno en la cuestión lingüística: “El Parlamento Europeo facilitó la violación de derechos lingüísticos al aprobar, en 2009, una enmienda contraria al propio informe de la comisión de Cultura, que preveía la elección de lengua vehicular de enseñanza allí donde coexistan una o más lenguas oficiales. Los nacionalistas recurrieron el artículo 22 para tratar a los niños hispano-hablantes como extranjeros, eliminando el español del currículo en su anhelo de instaurar un ideal identitario premoderno, totalizante y lingüísticamente unidimensional. Su negación de la diversidad cultural catalana está en la fuente de la actual crisis social”.

Demos europeo

Lo que se pide a las instituciones europeas es que caminen con decisión hacia una mayor integración, para constituir un “demos europeo” que pase, si es necesario, por facilitar el avance “entre los países de la eurozona que lo deseen, hacia unos Estados Unidos de Europa”.

La carta evidencia el esfuerzo de muchos ciudadanos catalanes que contestan y argumentan en contra del proyecto independentista y que quieren que en Europa se escuchen otras voces, y no únicamente las independentistas. Las iniciativas en ese sentido son numerosas, y no se detienen.