Carles Puigdemont con Mireia Boya y Anna Gabriel, dirigentes de la CUP, en febrero pasado / EFE

Carles Puigdemont con Mireia Boya y Anna Gabriel, dirigentes de la CUP, en febrero pasado / EFE

Política

La CUP se alía con Puigdemont para arrinconar a ERC

El independentismo se sume en contradicciones internas con una pinza contra Esquerra por renunciar, supuestamente, a la independencia

1 agosto, 2018 00:00

El independentismo está inmerso en una enorme contradicción interna. Sin programa, sin hoja de ruta, con el Gobierno de Quim Torra intentando un difícil equilibrio, con los consejeros de Esquerra con la obsesión de gobernar y demostrar que se puede ser eficaz en el día a día, la CUP ha iniciado un acoso y derribo contra los republicanos que coincide con la tesis maximalistas de Carles Puigdemont, de una especie de “todo o nada”, que, en realidad, corresponde a su propio proyecto personal.

El acoso lo ha protagonizado la exdiputada de la CUP, Mireia Boya, que se ha lanzado a la yugular del asesor “de políticas estratégicas” del departamento de vicepresidencia, Sergi Sol, mano derecha del líder de ERC, Oriol Junqueras, y que no ha dejado en los últimos meses de analizar la situación del independentismo con una crítica afilada sobre los que quieren “desobedecer”, pero que, en cambio, no hacen nada.

El peronismo de Puigdemont

Boya reprocha a Esquerra que quiera ampliar la base del independentismo, pero que para ello busque distancias con la CUP. “Compañeros y compañeras de ERC, tal vez queréis ampliar la base, ¿pero a costa de romper los puentes con nosotros y dividir el independentismo? Eso hace vuestro asesor, si queremos República, no es necesario el sectarismo ni las mentiras”, señala, en alusión a Sergi Sol y a sus escritos en medios de comunicación.

¿Qué es lo que pasa? Puigdemont ha constituido la Crida Nacional per la República y para ello ya ha descabezado la cúpula del PDeCAT, un partido que pretende que sea una pieza más de su movimiento peronista. Y la CUP le apoya, aunque mantendrá su propio espacio electoral. La pinza contra Esquerra es un hecho.

¿Quién desobedece?

Sergi Sol, que ha llevado la comunicación de Esquerra en todos esos años y que formó parte del equipo más cercano a Junqueras en el departamento de Economía, considera que la CUP debería reflexionar. En las diferentes encuestas, los líderes más valorados por los electores de la CUP no son sus dirigentes, sino Carles Puigdemont y Quim Torra. Es decir, para Sol la formación anticapitalista ha olvidado centrarse en el eje ideológico y sólo se preocupa de alzar la estelada.

Ante las continuas pullas de la CUP a Esquerra sobre la necesidad de “desobedecer”, Sergi Sol ha sido implacable. “La pugna por alzar la estelada más arriba que nadie prevalece por delante de si es roja o azul, una cuestión que se entiende secundaria. La agitación nacionalista es lo principal, con el matiz de la desobediencia, tal vez. Lo que me pregunto es por qué motivo no desobedecen de una vez. ¿A qué esperan para desobedecer?”

Tierras carlistas

Añade Sergi Sol que se ha producido un curioso fenómeno: que se ha establecido una simbiosis entre los dirigentes de la CUP y los que habían alentado el proceso independentista --como Joan Carretero y Alfons López Tena-- que, desde la órbita de Esquerra y de Convergència, respectivamente, “tampoco se recuerda que hayan desobedecido alguna vez”.

Eso explica, a su juicio, “el actual trasvase de votos entre posconvergentes y cupaires en tierras carlistas”; en referencia a las comarcas de interior de Cataluña.

Doble presión

Para la CUP, en cambio, Esquerra comienza a ser sospechosa porque está en el Gobierno y pretende “gobernar”. Es decir, que se ha olvidado de la independencia. “Y ahora que tenemos Gobierno efectivo y silla asegurada, se ve que todos le pagamos un sueldo. ¿Para hacer qué? ¿Me lo puedes explicar, Pere Aragonés?”, pregunta Boya en referencia al vicepresidente del Gobierno catalán, el departamento donde trabaja Sergi Sol.

La pugna está servida y en los próximos meses se incrementará. Esquerra se ve en la tesitura de sacudirse todos esos reproches, consciente de que tendrá una doble presión, la de la fuerza anticapitalista y la interna, desde el propio Ejecutivo, una vez se ponga en marcha la Crida Nacional per la República que lidera Puigdemont.