Ada Colau, durante la reunión con los cónsules de los países de la Unión Europea / EFE

Ada Colau, durante la reunión con los cónsules de los países de la Unión Europea / EFE

Política

Colau utiliza el referéndum a favor de su campaña

La alcaldesa de Barcelona se apropia del movimiento por el diálogo y adopta un papel activo en la situación política actual

12 octubre, 2017 00:00

Como si fuera la recta final hacia la alcaldía de Barcelona. O hacia la propia Generalitat. O, incluso, hay quien hace conjeturas que hacia la Moncloa. Ada Colau se ha posicionado en la primera línea del conflicto catalán girando los focos hacia sí misma en un intento de impulsar su carrera política.

Y lo ha hecho, sobre todo, cogiendo carrerilla desde el momento en el que se adueñó de su prime time particular el pasado lunes, 9 de octubre, cuando protagonizó una declaración institucional. Así lo había hecho el rey, Felipe VI, cinco días antes y así lo repitió el presidente del Govern, Carles Puigdemont, 24 horas después del monarca.

Mensaje a Puigdemont y Rajoy

La alcaldesa de Barcelona decidió apropiarse del movimiento a favor del diálogo y se convirtió en la figura representativa de los ciudadanos que, de forma anónima, se manifestaron frente a la puerta de varios ayuntamientos el pasado sábado pidiendo a todos los dirigentes políticos que llegasen a un acuerdo.

“Es la hora de tender puentes, no de dinamitarlos”, dijo Colau en su intervención —en catalán y castellano, por este orden— en el consistorio. A Puigdemont le recordó que tenía que pensar en el conjunto de los catalanes y no precipitarse, ni poner en peligro la cohesión social ni las instituciones catalanas.

A Mariano Rajoy le pidió responsabilidad de Estado “porque la población no quiere más tensión”, así como evitar la aplicación del artículo 155, revertir la intervención actual de las instituciones catalanas y que retire los efectivos policiales desplazados a Cataluña las últimas semanas.

Papel activo en redes

La abanderada del diálogo se reunió, días antes de su discurso, con varios responsables de la Comisión y el Parlamento europeos en Barcelona para pedirles ayuda y encontrar, entre todos, una salida a la situación de bloqueo institucional en la que se encuentra Cataluña, apuntó.

A través de la red social inmediata, Twitter —su canal habitual de comunicación—, Colau no se ha despistado en ninguna ocasión que ha considerado oportuna para postularse en las primeras filas del panorama catalán. Empezando por traducir sus tuits estrella al castellano, catalán e inglés. Como el mensaje del 1-O, en el que exigió “el fin inmediato de las cargas policiales contra población indefensa”.

Los 'tuits' de Ada Colau para exigir el fin de las cargas policiales el pasado 1-O / CG

Los 'tuits' de Ada Colau para exigir el fin de las cargas policiales el pasado 1-O / CG

Los tuits de Ada Colau para exigir el fin de las cargas policiales el pasado 1-O / CG

También utilizó las redes sociales para cargar contra las declaraciones de Pablo Casado, portavoz del PP, en las que alertó de que Carles Puigdemont podría acabar como Lluís Companys. “En una democracia seria, Pablo Casado pediría disculpas o dimitiría. Basta de pirómanos”, publicó. Un guiño —involuntario o no— al líder del PSOE, Pedro Sánchez, que pidió a Rajoy que “esconda a sus pirómanos”.

También Pisarello

Al inicio de la campaña electoral de Ada Colau, sea para la institución que sea, se ha sumado el primer teniente de alcalde de Barcelona, Gerardo Pisarello. El mismo que este martes –coincidiendo con el Pleno tan señalado del Parlament— convocó a la prensa para presentar los presupuestos para 2018 y no habló de ninguna cifra en cuestión, más allá del aumento que pretende dedicar el grupo de Barcelona en Comú para los servicios sociales.

Pisarello se limitó a repetir un único mensaje: el país está inmerso en un momento de incertidumbre, pero la capital catalana no puede quedarse parada. Y él mismo asumía que su comparecencia pretendía ser “un mensaje de estabilidad y de normalidad institucional”. La temática escogida para transmitir serenidad fue la presupuestaria. Y así, de paso, dan tiempo a la oposición para que reaccione y no tener que volver a aprobarlos a golpe de moción de confianza.