El catalán Javi López es hoy uno de los socialistas españoles más influyentes en el Parlamento Europeo, que esta semana ha celebrado en Estrasburgo el último pleno de 2025. Eurodiputado del año según la Asociación de Periodistas Parlamentarios, a los 29 años afrontó su primera legislatura en Bruselas tras ser consejero de distrito en el Ayuntamiento de Barcelona. Diez años después, fue elegido vicepresidente de la Eurocámara, cargo que ostenta en la actualidad.
Entre votación y votación, pues el ritmo es frenético en el edificio Louise Weiss cuando, una vez al mes, la actividad se traslada desde la capital belga a la frontera alemano-francesa, el principal representante del PSC en Europa atiende a Crónica Global en la cafetería de los llamados MEPs, donde los periodistas solo pueden entrar acompañados de eurodiputados. Pide dos cafés en un excelente francés y advierte no estar acostumbrado a hablar de política española.
- ¿Qué diferencias hay entre el día a día político español o catalán y el del Parlamento Europeo?
- Las dinámicas son distintas, especialmente si se compara con la situación actual. La política europea es consensual, basada en acuerdos. Nuestra misión consiste en construir transacciones que necesitan de tres o cuatro grandes familias políticas para hacer avanzar Europa y buscar acuerdos entre países e instituciones. En España, la oposición tiene actualmente un tono que no tiene ningún país de la Unión Europea.
- ¿Por qué parece fácil que los socialistas se entiendan con el PP en Europa y en España resulta prácticamente imposible, al menos en este momento?
- Yo he sido eurodiputado cuando el PSOE gobernaba y cuando estaba en la oposición. La oposición no es la misma. El PSOE no utilizaba el Parlamento Europeo como una tercera Cámara. No traía los debates nacionales a Bruselas, como está haciendo el PP ahora. Para cuestiones de Estado hemos sido capaces de llegar a acuerdos. La lucha antiterrorista, por ejemplo. El único objetivo de la oposición es derribar al Gobierno a cualquier precio. Una actitud probablemente muy influenciada por la aparición de Vox.
- ¿Le preocupan los casos de corrupción y de acoso sexual que estamos viendo en el seno de su partido?
- El PSOE ha sido capaz de actuar con la máxima contundencia, apartando a las personas implicadas. Doy confianza a la reacción que pueda tener el presidente del Gobierno. En segundo lugar, lamentablemente, el PSOE no se libra de las actitudes machistas, que son estructurales en nuestra sociedad. Lo importante sigue siendo el propósito por el que el Gobierno está construido, y cuáles son las tareas para con la ciudadanía. Y estos propósitos siguen intactos. Hacer avanzar el país, reforzar las libertades y hacer políticas públicas para una gran mayoría, en un entorno donde las posiciones conservadoras y reaccionarias avanzan en buena parte de la Europa occidental.
- ¿Cree que el Gobierno ha sufrido lawfare?
- Hay procesos judiciales difíciles de entender. Es difícil de entender lo que hace el juez Peinado, por ejemplo. La Audiencia Provincial le ha corregido en distintas ocasiones su procedimiento respecto a la esposa del presidente del Gobierno. Para buena parte de los juristas de nuestro país también fue difícil de entender la sentencia contra el Fiscal General del Estado. Las fases y los argumentos jurídicos probatorios. Yo creo que no es un juicio político ni una opinión personal lo que estoy diciendo. Quien debería tener más responsabilidad para cuidar la imagen y la confianza de la justicia en el conjunto de la sociedad es la propia justicia.
- ¿En Europa se entiende que un Gobierno que lleva tanto tiempo sin aprobar unos presupuestos no tenga intención alguna de convocar elecciones?
- El Gobierno de España es visto como un Gobierno efectivo y como un aliado estratégico de la Comisión Europea. España es visto como un caso de éxito económico. Es un ejemplo del despliegue de los fondos europeos. El 40% de los puestos de trabajo creados en Europa este año se han creado en España. Es la economía europea que más crece, de lejos. Y esto, combinado con una agenda social de primer nivel y una convivencia democrática exitosa.
- ¿El PSOE está preparado para un cambio de líder?
- El PSOE ya tiene un líder. Es más, es el líder de la izquierda europea. Y probablemente por eso es el objetivo a batir, también de la derecha europea.
- ¿Teme que Junts y el PP acaben pactando una moción de censura?
- No lo creo. No por falta de ganas del PP, evidentemente. Han pasado de querer meter a Puigdemont en la cárcel a pedirle los votos, pero me parece una ecuación inviable, sobre todo porque Vox también tendría que formar parte de esta ecuación.
- ¿Los compromisos del Govern de Salvador Illa, como la financiación singular, peligran si Feijóo llega al Gobierno de España?
- Está por ver que Feijóo llegue a la Moncloa, pero un Gobierno de PP y Vox sería sin duda perjudicial para Cataluña. Para los servicios públicos, para las finanzas de la Generalitat y para la ciudadanía en su conjunto. También podría cortocircuitar una nueva financiación, por supuesto. Y ellos tendrán que asumir las posibles consecuencias.
- ¿Cuándo será oficial el catalán en la Unión Europea?
- Es el Consejo de la Unión Europea quien debe decidirlo por unanimidad. Espero que este próximo año se produzca este acuerdo. El Gobierno español lleva años trabajando en conseguir este reconocimiento, que lo que pretende es acercar las instituciones a 20 millones de españoles que tenemos lenguas cooficiales y hacer a las instituciones europeas más representativas de la diversidad lingüística de nuestro continente. Se trata de reconocer a nivel europeo lo que es normal en las calles.
- Pedro Sánchez logró un acuerdo con el Gobierno alemán para tratar de evitar la ruptura con Junts, con el cual ambas partes se comprometían a trabajar en esta oficialidad que por ahora Alemania rechaza. ¿Qué hay de eso?
- Se emplazaron a trabajar en una propuesta conjunta, y en estos procesos es importante negociar con discreción. Hay que esperar a que este compromiso avance.
- ¿Le consta que el PP haya maniobrado para convencer a algunos países de vetar esta oficialidad?
- Sí, porque lo han dicho públicamente. El PP se opone a ello y utiliza las herramientas que tiene a su alcance a nivel europeo para que sus socios y aliados se opongan a la propuesta.
- ¿Tiene ese poder el PP para incidir en los distintos partidos conservadores europeos en una cuestión como esta?
- Cuando hay una propuesta de un país, es habitual que los socios europeos hablen entre ellos. Y a mí me parece evidente que el mayor obstáculo a esta propuesta es el PP español, junto a sus aliados. Esta es la realidad. Y yo creo que es una lástima, porque deberíamos sacar las lenguas fuera de la política. Hace un flaco favor a la política y a las lenguas.
- Como vicepresidente de la Mesa, ¿tienen previsto hacer algo para que el catalán sea lengua de uso parlamentario antes de que sea oficial en el Consejo?
- Hemos estado tratando esta cuestión en el grupo de trabajo sobre lenguas que formamos cinco vicepresidentes. El PP español se opone. Yo defiendo su encaje jurídico, su viabilidad operativa y su excepcionalidad en términos comparados. Esta propuesta necesita una mayoría simple de la Mesa. Ya se votó bajo la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero y se perdió por un voto. Por ahora estamos a la expectativa de los debates del Consejo y especialmente del compromiso de Alemania, pero es una palanca que se puede activar.
- La presunta falta de imparcialidad de TV3 y RTVE ha llegado al Parlamento Europeo a través de la comisión de peticiones. ¿Qué podemos esperar de que se vaya a debatir aquí sobre los medios de comunicación públicos tanto catalanes como españoles?
- El PP español utiliza estos mecanismos para hacer oposición al Gobierno de España, haciéndole un flaco favor a la institución. La comisión de peticiones existe para proteger a los ciudadanos de las violaciones de derechos comunitarios, no para hacer oposición. Es un modus operandi que aquí no se entiende. Estos debates se deben tener de forma legítima en el Congreso de los Diputados y en el Parlament. Y añado: RTVE es hoy más vista que nunca. Los españoles valoran los contenidos que se están generando.
- Esta comisión de peticiones también sirvió hace un par de años para investigar si se respetaban o no las sentencias lingüísticas en los colegios catalanes. ¿Cómo ha quedado este asunto?
- Lo desconozco. Pero es un ejemplo más de esta lógica que comentaba. La mitad de los casos que se estudian son españoles. Y esto no encaja con la cultura política europea.
- La ultraderecha no deja de crecer en todo el mundo. Lo hemos visto en Chile esta semana, pero también sucede en Europa, España y Cataluña. ¿Cómo se frena esta ola?
- Estos movimientos se nutren de la desigualdad, la ansiedad económica y la incertidumbre. Y es trabajo de la izquierda que esto suceda lo mínimo posible. Los populistas venden soluciones mágicas que no existen. La inseguridad es otra de las causas que nutren estas olas reaccionarias y, como está haciendo de forma brillante el Govern de Salvador Illa, se tienen que reforzar las políticas en este sentido. No hay nada más progresista que blindar la seguridad, y es una buena fórmula para neutralizar las razones de fondo de la extrema derecha.
- ¿Cuando vinculan la inseguridad o la delincuencia con la inmigración, qué debe responder la izquierda?
- La ultraderecha busca culpables, no soluciones. La inmensa mayoría de los inmigrantes no vienen a delinquir. No existe este vínculo. Somos un país históricamente emigrante, y lo sabemos bien.
- ¿Y respecto a los discursos islamófobos? La ultraderecha independentista catalana pone el foco en este asunto constantemente.
- Aliança Catalana se parece más a la extrema derecha europea. Vox tiene un punto de franquismo sociológico. De coordenadas muy españolas. Sílvia Orriols tiene un discurso calcado al de Geert Wilders en Holanda. Lo que también vemos es a la derecha tradicional acercarse a estos postulados, y que los partidos de extrema derecha se comen electoralmente a la derecha tradicional. El velo islámico no es un problema en nuestras calles y la derecha tradicional lo tiene que entender, porque es una pésima noticia que su voto se vaya a partidos radicales.
- En el Parlamento Europeo entró también en las últimas elecciones otra ultraderecha, digamos, exótica. Concretamente la de Alvise Pérez, que parece que ha desaparecido ahora del mapa. ¿Cómo es la convivencia parlamentaria con él?
- Han tenido muchos problemas internos. Los otros dos diputados de Se Acabó La Fiesta se incorporaron a ECR y él se ha quedado como no inscrito. Honestamente, no le veo mucho por aquí. Fue un fenómeno electoral que tuvo que ver con el enorme ruido que hubo en aquellas elecciones y que sigue habiendo en la política española.
- ¿Las elecciones europeas funcionan como un banco de pruebas, entonces, en algunos casos?
- Es un escenario más propenso a eso, sí. Lo hemos visto en el pasado.
