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La militancia esperaba en la esquina de Villarroel con Gran Vía y varios furgones de los Mossos d'Esquadra custodiaban el cruce por si, como ya les ha pasado alguna vez, a los radicales de signo contrario les daba por boicotear el acto. La fiesta se ha desarrollado en paz. Baño de masas de Sílvia Orriols que, como adelantó este medio, ya tiene sede operativa en pleno Eixample.

La alcaldesa de Ripoll ha sido la última en llegar, de la mano de Rosa María Soberana, también diputada en el Parlament; y recibida a gritos de "¡presidenta!" por los afiliados que, pese a las indicaciones de la seguridad de instalarse en el primer piso, no querían perderse el aterrizaje de su gurú en Barcelona. Un gesto simbólico, percibido como "histórico" en el partido ultraderechista.

La líder de la formación ha atendido a los medios de comunicación en la sala de prensa, ubicada en la planta baja de la sede, de más de 250 metros cuadrados, prometiendo "alcanzar mucho más poder" a partir del próximo ciclo electoral. Con especial interés en las municipales de 2027, y el foco puesto en la capital catalana, "hostil" según Orriols, donde siguen negociando con un candidato mediático.

El cabeza de lista, la incógnita

Pese al protagonismo que ha tenido durante la tarde el actual coordinador local Jordi Amela, la alcaldesa de Ripoll, que ha advertido de que la sede nacional de Aliança Catalana sigue siendo la de su pueblo, ha reiterado que el enigmático cabeza de lista al Ayuntamiento de Barcelona, una figura "relevante en la ciudad", se desvelará en la Diada de Sant Jordi, en abril, junto al resto.

En cuanto a las localidades en las que se presentarán, tanto Orriols como el secretario general del partido, Oriol Gès, han asegurado que "primará la calidad sobre la cantidad". Aquellas ciudades y pueblos donde haya "listas sólidas" y "opciones de gobernar", sin especificar si esto implicará, dado el caso, pactos con Junts. Algo que, a más de un año de los comicios, todavía queda lejos.

Els Segadors 'a capella'

El acto ha terminado con la cúpula ultraderechista y sus bases en el entresuelo, entre canapés y copas de cava. Un enigmático personaje al que apodan el conseguidor, el ideólogo del partido Jordi Aragonès y el jefe de prensa Eduard Berraondo conversaban con otros militantes cuando ha llegado el momento de cantar Els Segadors a capella junto a otras proclamas independentistas.

La testosterona acumulada en la sala ha hecho estragos y la alcaldesa de Ripoll no ha tardado en abandonar el local de la mano de otros líderes como Aurora Fornos, Anna Flores y Lluís Areny. La ausencia más sonada ha sido la del polémico Anthony Corey, uno de los frikis que están en la rampa de salida de la formación ante su inminente explosión electoral.