Se suceden las detenciones por parte de la UCO en el entorno del Gobierno y Junts vuelve a cambiar de estrategia, según su portavoz parlamentaria Míriam Nogueras, para "aprovecharse de la situación", que describen como "degradación del sistema político español". Piden ahora un frente común con ERC para arrancar concesiones a Pedro Sánchez que antes eran "impensables".
Sin más concreción, la líder posconvergente en el Congreso de los Diputados ha apelado a los siete diputados republicanos, algunos de ellos molestos con su jefe de filas Gabriel Rufián por su condescendencia con el Ejecutivo socialista, para sumar esfuerzos y "forzar" el reconocimiento nacional de Cataluña, la nueva ocurrencia de un Carles Puigdemont que, en paralelo y a través del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, ha vuelto a abrir comunicaciones con el PSOE.
Siempre con la mirada puesta en las encuestas al Parlament; el dardo, que no ha venido de la mano de ninguna llamada o gesto propiamente creíble, busca proyectar a ERC, un rival político de Junts de primer orden, como una muleta del Gobierno. Una descripción que encajan mejor unos que otros y que llega tras haberse tumbado la senda de déficit con los votos de Junts, que sigue insistiendo en que no aprobará los presupuestos y en que su ruptura con Moncloa es "firme".
Cambios de opinión
En cualquier caso, en ERC ha sorprendido este movimiento. Que reafirma la volutad de Junts de superar su ruptura fake y volver por la puerta grande a las negociaciones de la mano de unos socios estables del Gobierno como los republicanos. Y tampoco se lo creen. El portavoz de la formación, irónico, ha animado a los suyos, a través de un apunte de X, a "aprovechar el momento antes de que pasen 24 horas y cambien de opinión". Así están las cosas entre ambos.
Financiación singular
No obstante, Isaac Albert ha señalado una de las carpetas en las que forzosamente unos y otros van a tener que ponerse de acuerdo. Se trata de la financiación singular, que ya cuenta con el visto bueno del Govern y de un Gobierno que, poco a poco, supera sus reticencias, y necesita una mayoría en el Congreso de los Diputados para su implementación. Junts sigue criticando el modelo acordado y asegura que no apoyará nada que no sea un concierto económico a la vasca.
