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El expresidente de la Generalitat Jordi Pujol evoluciona favorablemente de la neumonía por la que fue hospitalizado en la Clínica Sagrada Familia de Barcelona y está previsto que reciba el alta el próximo jueves, sin que su defensa se plantee por el momento pedir la suspensión de su juicio en el que se le acusa a él y a su familia de asociación ilícita y blanqueo de capitales, y que está previsto que empiece el próximo lunes.

En declaraciones a los periodistas a las puertas de la Clínica, Oriol Pujol, hijo del expresidente catalán y exdiputado de CiU en el Parlament, ha informado de la situación de su padre, que se encuentra "estable", prácticamente sin fiebre, aunque sufre un problema de insuficiencia respiratoria "un poco aguda" derivada de una infección pulmonar.

La noticia del ingreso hospitalario de Pujol se conoció a primera hora de la mañana de este domingo. Aunque no se trata de una neumonía de gravedad especialmente significativa, su avanzada edad podría suponer un riesgo añadido: "Es un cuerpo de 95 años, castigado, frágil y un poco débil", ha sostenido el hijo.

Posible declaración telemática

También ha indicado que se prevé que a partir el jueves pueda hacer vida normal si continúa evolucionando así y "afrontar todo lo que viene la próxima semana", en alusión al juicio previsto en la Audiencia Nacional a partir del 24 de noviembre. Oriol Pujol ha asegurado que su padre es consciente de esta cita judicial y "es algo que tiene muy interiorizado", y ha subrayado que él quiere ir a juicio y dar detalles de las acusaciones que recaen sobre él y su familia.

Ha añadido que la familia y el propio Jordi Pujol prefiere "poder asistir al juicio desde Barcelona y evitar el desplazamiento y la ida y vuelta que supone estos casi 45 días de juicio entre el 24 de noviembre y finales del mes de mayo". Ha recordado que aún no ha habido ninguna resolución de la Audiencia Nacional al respecto, al ser preguntado por si confía en que le dejarán comparecer y asistir al juicio telemáticamente: "Estamos aún pendientes".

Por el momento, la comparecencia presencial en la Audiencia Nacional sigue en manos del dictamen de un médico forense de los juzgados de Barcelona, que examinó al expresidente antes de este ingreso hospitalario, con el objetivo de determinar si su estado de salud le exime de acudir personalmente a Madrid. Declararía, en ese supuesto, por videoconferencia.

La visita del forense, solicitada por la defensa de Pujol, está acompañada de dos informes médicos que aseguran que tiene marcadores en sangre de la enfermedad de Alzheimer. Y aseguran que el expresidente tiene una "severa alteración de la memoria verbal que le lleva a confundir hechos y personas", suponiendo un "deterioro cognitivo de tipo grave", con hasta un 75% de discapacidad reconocido, según han explicado recientemente sus abogados.