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La parrilla de TV3 cuenta desde el pasado 1 de septiembre con un nuevo programa de El Corral de l'Humor, la productora propiedad de Lluís Jutglar Peyu. Se trata de La Renaixença, un videopodcast en clave de humor centrado en la identidad, la cultura y las tradiciones catalanas, que se emite de lunes y jueves en el Canal 33 y Catalunya Ràdio, y cuyo coste total de esta temporada acaba de hacerse público: 673.286 euros.

Así lo revela la Corporació Catalana de Mitjans Àudiovisuals (CCMA) -el ente público que gestiona los medios audiovisuales públicos de la Generalitat- en su portal de transparencia. Un ente al cual la empresa de Peyu ya ha facturado más de cuatro millones de euros desde su primera irrupción en 2018. De su factoría surgieron programas como Bricoheroes, El Búnquer y Natura Sàvia, que en no pocas ocasiones se vieron salpicados por la polémica por su sesgo ultranacionalista y diversos gags de corte hispanófobo.

"Culturas y lenguas en peligro"

La Renaixença es ahora su nuevo buque insignia. A diferencia de los anteriores, hasta ahora no ha sido noticia por polémicas de tanto calado, si bien la propia TV3 no oculta su perfil identitario: "En un momento en que la globalización pone en peligro culturas y lenguas pequeñas como la nuestra, La Renaixença quiere poner en primer plano la cultura y la lengua catalanas, caminando siempre entre el entretenimiento y la divulgación cultural", según se define en la web de la televisión pública de la Generalitat.

Para ese propósito -añade- "cada uno de los episodios tiene un hilo conductor, que será un objeto cotidiano, ya sea antiguo o actual", y "un invitado principal" de perfil anónimo "con una historia interesante por descubrir, o figuras relevantes del ámbito cultural catalán".

Guiños al independentismo y mofas sobre el castellano

Ya en su primer episodio, no faltaron algunas de las señas de identidad que han caracterizado la trayectoria mediática de Peyu, que en La Renaixença vuelve a ejercer de productor, director y presentador. Durante su entrevista al grupo Els Catarres, aprovechó la ocasión para recordar a sus integrantes que "vosotros os habéis posicionado bastante fuerte por la independencia de Cataluña". Y les puso en la disyuntiva de tener que elegir entre componer un nuevo himno de España o del Real Madrid. Algo que los músicos descartaron de plano: "Ninguno de los dos. No lo haríamos nunca". Tras insistirles, accedieron a optar por uno para el club blanco, aunque haciéndolo "muy feo y desafinado".

Ese mismo día, Peyu protagonizó otro guiño hispanófobo al aludir al falso tópico de relacionar la lengua castellana con los ricos de Cataluña. Así, dijo que hablarían del sombrero de copa alta, "el que llevaban los señoritos de Barcelona, la burguesía catalana, la gente de bien, aquellos que hablan en castellano a veces". Un exabrupto que el presentador relacionó con una supuesta conversación que oyó unos días en un restaurante del Empordà: "En el Empordà no hablamos castellano", rebatió uno de sus colaboradores. Tras lo cual, Peuy añadió: "Estos no eran del Empordà, y tenían una mesa al lado que Dios mío… 'de las seis casas que tenemos, aquí es donde duermo mejor'".

En su segundo epiodio, volvieron a escucharse comentarios similares al hablar de la Semana Trágica de 1909 en Barcelona, mediante la interpretación de un militar hablando mal en catalán.

Polémicas del pasado

En este sentido, Peyu cuenta con un largo historial de controversias. Desde las repetidas veces en que se pronunció el exabrupto "puta España" en las emisiones de El Búnquer y Bricoheroes -ambos copresentados junto a Jaír Domínguez, que en esta ocasión no figura en la nómina de colaboradores de La Renaixença-, hasta vincular a españoles y gitanos con los robos en un gag de este último espacio. "Mi perro huele ladrones españoles", espetó Peyu, supuestamente en clave de humor.

En otra de las emisiones de Bricoheroes, Peyu invitó a marcharse de Cataluña a aquellos alumnos que reclamen su derecho a estudiar también en castellano, lengua cooficial de la autonomía. En dicho gag, se quejó de que, cuando era alumno de la UAB, una estudiante rusa le dijo a la profesora que no sabía catalán. Algo que al hoy empresario televisivo le indignó sobremanera: "La clase en catalán en la Autónoma, y el que quiera clase en castellano, mira, la Universidad de Salamanca es bien bonita", espetó.