El Ayuntamiento de Vilanova i la Geltrú (Barcelona) tiene un pie fuera del Consell Rector del Consorci Sanitari Alt Penedès-Garraf (CSAPG), empresa sanitaria que da asistencia sanitaria a cerca de 250.000 catalanes. Así lo ha anunció este miércoles el consistorio de dicho municipio, que iniciará los trámites pertinentes para formalizar su salida del ente sanitario. Una decisión drástica, por cuanto Vilanova es el mayor socio del grupo.
La noticia ha llegado de sopetón, pero ¿cuál es el motivo real? Todo gira en torno a la decisión del Consorci de limitar el horario del servicio de cafetería del Hospital Sant Antoni Abat, una medida aparentemente menor que ha actuado como detonante de un conflicto más profundo.
Formas
Según manifiestan fuentes cercanas a Crónica Global, la disconformidad no se centra tanto en el contenido de la decisión como en las formas “autoritarias” y “dictatoriales” con las que la gerencia del Consorcio Sanitario del Alt Penedès i Garraf, a cargo de Olga Farré Lladó, la habría adoptado.
Asimismo, denuncian una “falta total de transparencia”, y acusan a la dirección del consorcio de actuar como un órgano cerrado que ignora las voces del territorio.
La medida, que afecta a esta remodelación del horario de la cantina del hospital, se comunicó en la reunión del Consell Rector del pasado 30 de septiembre, pero nunca se debatió ni se sometió a votación, lo que ha generado el malestar.
Un servicio digno y accesible
Por su parte, el Ayuntamiento de Vilanova hizo pública la decisión de salir del Consell Rector este miércoles en la página web oficial del consistorio. Según el comunicado, el alcalde socialista, Juan Luis Ruiz, considera que la cuestión es bastante más trascendente que el horario de la cafetería. “No podemos formar parte de una institución que toma decisiones que perjudican a la ciudadanía”, insiste.
Cafetería del Hospital Sant Antoni Abat
A su juicio, la reducción del servicio tiene un impacto social tangible, tanto para las personas usuarias como para el personal del hospital, y forma parte de un “desmantelamiento progresivo de la atención pública” que socava un servicio que debería ser digno, accesible y humano.
Un malestar que viene de lejos
El desencuentro no surge de la nada. En los últimos meses, diversas entidades locales y sindicatos sanitarios ya habían mostrado su preocupación por la gestión del consorcio, al que acusan de “falta de diálogo” y de tomar decisiones sin contar con el territorio.
Tenga relación o no, hace unas semanas dimitió la directora médica del segundo hospital del consorcio: el de Vilafranca. La polémica sobre la cafetería, segundo traspié, ha sido la gota que ha colmado el vaso.
¿Es posible un acuerdo?
Ahora, en la carta enviada al presidente del consorcio, Joan Miquel Carbonell, Vilanova deja claro su rechazo a la medida y reclama un servicio que cumpla las necesidades de la población.
Paralelamente, Ruiz ha solicitado una reunión con la consellera de Salud de la Generalitat, Olga Pané, junto con el alcalde de Vilafranca del Penedès, Francisco Romero Gamarra, y la alcaldesa de Sant Pere de Ribes, Anna Herrera, para abordar la situación.
Aún así, el consistorio no cierra del todo la puerta al diálogo. “Si se produce un punto de inflexión, podremos replantear la decisión”, matiza el alcalde.
Un futuro incierto para el consorcio
La posible salida de Vilanova i la Geltrú, aún en trámite, abre una crisis interna en el CSAPG, que presta servicios de salud a más de 250.000 ciudadanos entre el Alt Penedès y el Garraf. La decisión podría tener implicaciones en la gobernanza del ente, en la financiación compartida y en la representación institucional de los municipios implicados.
La crisis del Consorci Sanitari Alt Penedès-Garraf no solo pone sobre la mesa un conflicto administrativo, sino que reabre el debate sobre el modelo de gestión sanitaria consorciada en Cataluña, un esquema que requiere de consensos complejos al involucrar a diversos actores.
Por ahora, la pelota está en el tejado del CSAPG, que deberá decidir si corrige el rumbo o amortiza la ruptura con uno de sus socios fundadores. Es, de hecho, el mayor, al menos en población.
