Publicada
Actualizada

El Consell de la República, el chiringuito fundado por el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont cuando huyó de España tras la fallida consecución del procés, se desmorona.

Hasta 13 representantes de la asamblea territorial de dicho órgano han dimitido de sus responsabilidades este jueves por la "preocupante deriva" de la institución, dirigida hoy por Jordi Domingo, a quien acusan de irregularidades, malas prácticas y falta de transparencia en su gestión. Sin embargo, la agitación interna comenzó en la etapa del prófugo, que trató de taparla a cualquier precio.

"Irregularidades"

"Desde la dimisión del president Puigdemont y del consecuente cese del gobierno anterior, hemos detectado una preocupante deriva de la institución, que se agrava día tras día; nos hemos cansado de denunciar todo tipo de irregularidades y malas prácticas", han informado en un comunicado los dimisionarios, a los que se suman nueve miembros de juntas rectoras locales y también la disolución de siete de ellas.

El Consell, por su parte, ha expresado su respeto por las dimisiones, pero ha avisado de que trabajará "para preservar la integridad del proyecto ante cualquier intento de injerencia". En un comunicado, destaca que "la oposición es una expresión legítima y enriquecedora dentro de cualquier espacio democrático, y será siempre bienvenida cuando se exprese con voluntad de construir".

Así mismo, la institución ha reivindicado el liderazgo de Domingo y defiende que es "un equipo cohesionado, con una clara voluntad de servicio y abierto a todas las aportaciones constructivas".

"Democracia estrujada"

Entre las quejas a la gestión de Domingo, los ahora exdelegados alegan falta de transparencia por negarse a encargar una auditoría informática y económica, continuar con movimientos encaminados a "romper" con la transversalidad e independencia de la institución o la falta de liderazgo por hacer sus comparecencias bajo el paraguas de la ANC u otras entidades y sin ningún símbolo a la vista del Consell de la República.

También le afean sus respuestas con "prepotencia, autoritarismo, opacidad y con formas inapropiadas", la falta de un plan de gobierno tras más de cinco meses de mandato o las maniobras, textualmente, "fraudulentas" de colaboradores suyos para intentar ganar votaciones en la asamblea territorial modificando la lista de consejos locales existentes y los delegados que tenían derecho a acceder a ellos.

"Nos hemos cansado de ver la democracia maltratada", han lamentado; a lo que han añadido que "esta forma de hacer aboca al Consell a la destrucción". Las dimisiones no se hacen desde el resentimiento, dicen, sino que responden a no querer participar en lo que consideran un declive y desfiguración de la institución.

"Situaciones heredadas"

Ante esta situación, el Consell ha informado de que iniciará los procesos pertinentes para renovar las juntas rectoras en las que hayan dimitido todos sus miembros porque, dice, su voluntad es fortalecer la entidad "para llevarla a su máximo potencial" y "lograr ser el embrión de la futura república catalana".

Además, se ha defendido de los ataques y ha asegurado que "desde el primer día de mandato, se ha llevado a cabo un trabajo intenso para afrontar situaciones heredadas que requerían una actuación serena, responsable y, a menudo, discreta".

Noticias relacionadas