Carlos Carrizosa, exlíder de Ciudadanos en Cataluña

Carlos Carrizosa, exlíder de Ciudadanos en Cataluña GALA ESPÍN Barcelona

Política

Carlos Carrizosa, expresidente de Ciutadans: "Me preocupa que los nacionalistas no hayan recibido ningún correctivo moral ni político"

Quien fuera líder de Ciutadans hasta su desaparición del Parlament asegura que indultar o amnistiar a los líderes independentistas sin contrapartidas ni arrepentimiento es un "error político", que permite a Sánchez "gobernar con estabilidad"

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Carlos Carrizosa (Barcelona, 1964) dejó la política hace poco más de un año tras el batacazo electoral de Ciutadans en las elecciones autonómicas de 2024. En su corta pero intensa carrera política ha sido uno de los protagonistas de una de las etapas más convulsas de la historia reciente de Cataluña: un procés independentista ahora en fase REM pero con sus principales brazos políticos incidiendo en el futuro del conjunto de España

Repudiado por muchos y aclamado por otros, Carrizosa fue junto con Inés Arrimadas el abanderado de la lucha contra el secesionismo en el Parlament. Ambos llevaron al partido de Albert Rivera a su clímax en los comicios catalanes de 2017, siendo la primera fuerza no nacionalista en ganar unas elecciones en la región y obteniendo un total de 36 diputados que, por contra, fueron insuficientes para evitar un nuevo acuerdo de Govern de la mayoría absoluta independentista. 

Ahora ve la política desde la barrera, aunque asegura que el gusanillo por el activismo "nunca desaparece". Echa la vista atrás, en una entrevista con Crónica Global, para defender el trabajo que llevó a cabo su partido y también reflexiona sobre su desaparición. "Muy de Ciutadans", pese al cambio de etapa, Carrizosa asegura que los naranjas siguen teniendo hueco en la política catalana, y él no descarta volver si los electores le vuelven a llamar a filas. 

Echemos la vista atrás. ¿Que tenía Ciutadans que le motivó a unirse al proyecto?

Era un movimiento nuevo, promovido por pensadores e intelectuales que diagnosticaron lo que estaba ocurriendo en la sociedad. En Cataluña llevábamos demasiado tiempo sometidos al partido de pensamiento único que era la Convergència de Jordi Pujol y que luego continuó el socialista Pasqual Maragall.

Carlos Carrizosa durante la entrevista en Crónica Global

Carlos Carrizosa durante la entrevista en Crónica Global GALA ESPÍN Barcelona

¿Cuál era ese diagnóstico?

El nacionalismo pujolista que quería fosilizar una forma de entender la catalanidad. Imaginaban una Cataluña uniformizada a un tipo de identidad nacional, mientras que Ciutadans defendía una dinámica más abierta y mestiza.

Como decía, Ciutadans nació por la decepción de Pasqual Maragall tras su llegada al Govern de la Generalitat en 2003. Sin embargo, con el tiempo pasó a competir con el PP. En 2017 eliminó la referencia a la socialdemocracia que llevaba en su ideario. Lo cambió por un partido liberal progresista. ¿Podría decirse que esta evolución fue un error que condenó a Ciutadans a la desaparición?

No. Ciutadans aglutinaba diversas tendencias. Había gente de izquierdas, socialistas, liberales y de derechas. Al final lo que se fue depositando con el transcurso del tiempo fue una firme catalanidad no catalanista y defensa del constitucionalismo. La tendencia hacia el liberalismo la entendíamos como una forma de representación más amplia, porque comparte ideas con la izquierda sobre defensa de libertades y derechos, pero también con la derecha en temas económicos.

Carlos Carrizosa en Crónica Global

Carlos Carrizosa en Crónica Global GALA ESPÍN Barcelona

Fue uno de los protagonistas durante ese tempestuoso 2017. ¿Cuál es el momento del procés que recuerda con peor sabor de boca?

El mal sabor de boca lo tengo ahora, con los indultos. El perdón sin contrapartidas y sin arrepentimiento me parece un error político. Me preocupa que los nacionalistas no hayan recibido ningún tipo de correctivo moral y político por parte de quienes nos gobiernan. A corto plazo puede que le permita gobernar a Pedro Sánchez por la estabilidad con sus socios. Pero no podemos olvidar que se cometieron delitos.

¿Cómo hubiese reaccionado Ciutadans si hubiera estado en el Gobierno de España en octubre de 2017? ¿Con más dureza, quizás?

No se trata de contestar con más dureza. La ley es dura, pero es la ley. Lo único que hay que hacer es cumplirla. Quien la incumple, como cualquier ciudadano más, debe responder por sus actos. Nosotros hubiésemos aplicado la ley y la Constitución. Es cierto que se deben facilitar todos los elementos para que haya una reconciliación, pero no hay reconciliación posible sin una asunción de culpas.

Entrevista a Carlos Carrizosa

Entrevista a Carlos Carrizosa GALA ESPÍN Barcelona

En pleno auge independentista y por primera vez en la historia de Cataluña, un partido no catalanista ganó las elecciones. ¿Cree que fue una victoria simbólica?

Lo cambió todo. Con la manifestación masiva del 8 de octubre de 2017 se vio la fuerza de los catalanes que no querían la independencia. En las elecciones se impuso el sentido común y los nacionalistas recibieron un mensaje: habían perdido. Podríamos decir que es simbólica por la practicidad política, ya que no se nos permitió gobernar, pero fue determinante en el sentido de la moral del independentismo.

En esas elecciones, la cabeza de lista era Inés Arrimadas. Era la cara más visible del partido. ¿Cuánto daño le hizo su marcha a Madrid?

Arrimadas se fue en compañía de Albert Rivera para solucionar en Madrid y desde Madrid el problema que teníamos en Cataluña.

¿Cree que la gente lo sintió como un cierto 'abandono'? Votó a una candidata que luego dio el salto a la política nacional.

El tándem Arrimadas-Rivera consiguió 57 diputados. No fue una estrategia política sacrificar un poco el crecimiento catalán para conseguir un crecimiento nacional que al final revierte en Cataluña.

Durante esta etapa, ¿cómo de hostil era la convivencia con los diputados independentistas en el Parlament? 

La CUP no nos saludaba, pero más allá de esto, en general había un trato razonable entre todos. En política, para hacer cosas útiles debes mantener puentes y poder hablar.

 ¿Cambiaría algo de su actitud en alguno de aquellos plenos?

No he hecho nada de lo que me deba arrepentir. No amenazaba, sólo les avisaba de las consecuencias. Nunca he tenido malas conductas con los adversarios.

Así, no cree que Ciutadans contribuyó a romper la convivencia entre catalanes.

Cuando te empujan fuera del tablero y quieren tomar medidas antidemocráticas, bajar la cabeza no es una opción. Puede que unos tengan un estilo más contundente y otros hablen de una forma más amable. Personalmente, no creo que la amabilidad tenga que ser pertinente cuando las cosas se pasan de castaño oscuro.

La exlíder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas y el exdiputado de Ciudadanos en el Parlament de Cataluña

La exlíder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas y el exdiputado de Ciudadanos en el Parlament de Cataluña EUROPA PRESS

En las elecciones autonómicas de 2021, Ciutadans pasó de 36 diputados a sólo seis. ¿Afectó la irrupción de Vox al mal resultado?

Sí. Con Vox, mucha gente consideró que eran todavía más radicales contra el independentismo. Pero se equivocan. Vox es un partido de extrema derecha y este factor legitima al independentismo. Me duele ver que para defender la unidad de España se compre el pack antiinmigración de Vox. Hace un mal favor a la causa del constitucionalismo en Cataluña. En eso hemos perdido y lo lamento.

¿Por qué decidió no pactar una coalición con el PP para las elecciones de 2024?

Porque no era una coalición, era una absorción. Nunca se propuso por parte del PP una coalición. Para ellos era un “pasen ustedes en fila india e intégrense en esta gran casa del centro derecha”. El PP vio la oportunidad de dejarnos fuera del tablero y absorber todos los activos posibles de Ciutadans.

Todas las encuestas les daban cero diputados, pero aseguraba que las encuestas nunca habían sido favorables a su partido y diseñó una campaña especialmente dura con el PP. ¿Se arrepiente?

Reconozco que pensé que iba a ser muy difícil y que cabía la posibilidad de no entrar. Al final fueron los catalanes los que nos dijeron que no era nuestro momento. Una coalición PP-Ciutadans hubiera frenado el crecimiento de Vox y eso hubiera propiciado mejores acuerdos constitucionalistas en Cataluña. Era una buena idea, pero no pudo ser.

¿Tiene hueco Ciutadans en el tablero político catalán actual?

Si el partido ha desaparecido es por una practicidad de los electores. Pero insisto, el espacio existe. El problema está en las encuestas. La gente no vota a partidos que sabe que no saldrán.

Precisamente una parte de los votantes de Ciutadans optaron por la papeleta de Salvador Illa. ¿Cree que se sienten representados por el PSC?

No niego los talentos políticos de Salvador Illa. Procura no alterar al gallinero, y como los catalanes estamos hartos de ruido y enfrentamiento, todos piensan que es el mal menor. El independentismo ve a Illa como un presidente que aprieta las tuercas con el catalán o que defiende la amnistía y el electorado constitucionalista ve a un presidente que recibe al Rey. Da un poquito a cada uno.

Hablando del catalán. ¿Qué opina del uso de lenguas cooficiales en las instituciones europeas? 

Muchos de los países de la Unión Europea tienen lenguas minoritarias y no quieren abrir según qué melones. Veo lógico que Europa tenga en sus normas que el idioma que se debe hablar es el mayoritario de cada país.

Pero como liberal que dice ser, ¿no le parecería bien que se hablase catalán en la UE?

Cuando tienes que poner legiones de traductores sufragados con dinero público para que en un lugar internacional se hablen todas las lenguas me parece un atraso. Tendrían que prevalecer criterios técnicos, económicos y de utilidad y no criterios políticos y simbólicos.

Muchos excompañeros suyos de partido han pasado a formar parte de PP o Vox. Desde Lorena Roldán en Cataluña a Adrián Vázquez o incluso Juan Carlos Girauta en Vox. ¿Le veremos en otro partido algún día? 

No.

Carlos Carrizosa en Crónica Global

Carlos Carrizosa en Crónica Global GALA ESPÍN Barcelona

¿Y en política?

Con Ciutadans o en algún proyecto que Ciutadans consiga promover, quizá sí. No es cuestión de estar en política sino de defender principios. Ahora soy más un activista que un político.