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A menudo se califica a Terrassa como la tercera capital de Cataluña. Con más de 230.000 habitantes, se sitúa como una de las ciudades más pobladas de la comunidad autónoma, solo por detrás de Barcelona y L'Hospitalet de Llobregat.

Sin embargo, la ciudad que debería tener un papel clave ha perdido peso en los últimos años. Para Eva Candela (Terrassa, 1961), el actual gobierno de Jordi Ballart (Tot per Terrassa) es “débil” y no tiene un rumbo claro. La líder del PSC en el municipio denuncia que la metrópolis está “encerrada en sí misma”, con una administración “personalista” y poco ambiciosa a la hora de proyectarse hacia el mundo.

Entrevistada por Crónica Global, la socialista desgrana los principales retos de la ciudad. Desde la falta de vivienda pública hasta el cierre de comercios, la inseguridad o la parálisis en movilidad. Defiende la necesidad de “recuperar la alcaldía” en 2027 para volver a situar a Terrassa en el mapa, y abre la puerta a pactos poselectorales si el PSC logra liderar el próximo gobierno.

También destaca la oportunidad que supone el liderazgo de Salvador Illa en la Generalitat y el impacto que, a su juicio, tendrán políticas como el traspaso de Rodalies o el impulso a la B-40 para mejorar la calidad de vida de los tarrasenses.

Estamos en el ecuador del mandato. ¿Cómo valora el gobierno del alcalde Jordi Ballart (Tot per Terrassa)?

No vemos a un gobierno fuerte. No tiene un rumbo claro. Quedan dos años para las elecciones municipales, pero estamos preocupados. Y esta preocupación también se percibe entre la ciudadanía y el sector económico.

Mucho movimiento en solo dos años. Su socio, Esquerra Republicana, abandonó en octubre el gobierno, dejando a Ballart en minoría. Su 'mano derecha', Maise Balcells, dimitió. ¿Es un gobierno inestable?

Más que inestable es débil. Que la número dos y la número tres del gobierno dejen su acta como concejales no es una cuestión menor. Es un síntoma de que algo está pasando.

Eva Candela durante la entrevista con Crónica Global SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

No confían en el proyecto en el que confiaron hace solo unos años.

Había unas expectativas de gobernar de una cierta manera que no se han cumplido.

Puede que el proyecto "personalista" de Ballart, como usted lo define, haya incidido en estas dimisiones.

Tot per Terrassa se basa en Jordi Ballart, y actualmente está en horas bajas. Él mismo reconoció que estuvo a punto de tirar la toalla. Su partido no tiene una estructura firme, solo está centrado en la figura de Ballart. Y esto complica las cosas, porque las personas viven situaciones personales que impiden dedicarse al 100%.