En el imaginario colectivo, los trenes simbolizan el progreso, la conexión y la modernidad. Pero en Cataluña, dependiendo de qué tren se tome, el viaje puede ser una experiencia radicalmente distinta.
Mientras que los Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) gozan de un alto índice de satisfacción entre los usuarios, Rodalies se enfrenta a constantes críticas por sus múltiples incidencias.
La última encuesta del Centro de Estudios de Opinión (CEO) publicada este viernes otorga a FGC una valoración media de 7 sobre 10, mientras que los catalanes suspenden por primera vez el servicio de Rodalies con un 4,5.
Debate político
En comparación con los años 2023 y 2022, que Rodalies obtuvo un 5,2 y un 5,1, respectivamente, la puntuación ha descendido medio punto.
El servicio de Rodalies recibe una puntuación aún más baja (3,7) entre aquellos encuestados que lo utilizan con mayor frecuencia para ir a trabajar. Además, un 54% de los catalanes opinan que la Generalitat es la principal responsable de mejorar el servicio.
La diferencia entre ambos sistemas no sólo es un reflejo de las dificultades en su respectiva gestión, sino también un argumento recurrente en el debate político catalán.
25.000 incidencias frente a 151
Los datos son claros. En 2023, Rodalies de Cataluña registró más de 25.000 incidencias, entre trenes de cercanías y media distancia, aunque no todas afectaron directamente a los pasajeros.
En un solo día laborable, el equipo de redes sociales del servicio llega a publicar alrededor de 150 comentarios sobre el estado del servicio y posibles incidencias.
Decenas de personas se amontonan en la parada de autobuses de Fabra i Puig, en Barcelona, a la espera de un transporte alternativo al tren
En contraste, los FGC sólo reportaron 151 incidencias en 2023 y 215 en 2024. Su línea Barcelona-Vallès, además, ostenta una puntualidad del 99,77%, según datos aportados por FGC a Crónica Global.
Las cifras de pasajeros también reflejan una diferencia notable. Rodalies transportó 127,4 millones de viajeros en 2024, mientras que los ferrocarriles alcanzaron un récord de 97,4 millones de viajes en sus Líneas Metropolitanas.
Diferencias en la gestión
Las razones de esta disparidad son diversas. Desde Cataluña se ha denunciado la falta de inversión por parte del Estado en la red de Rodalies en favor de la alta velocidad. Marta Subirà, expresidenta de FGC (2021-2022), llegó a afirmar que "no puede haber una Cataluña de primera en FGC y una de segunda en Renfe".
Estación de Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) de Sarrià, en Barcelona
Sin embargo, desde el Gobierno se insiste en que la inversión en la red convencional ha aumentado durante la legislatura de Pedro Sánchez, con un plan que prevé superar el 40% de ejecución entre 2020 y 2025. El problema es que estas obras generan afectaciones e incomodidades para los usuarios.
Un criterio que comparte el comisionado para el traspaso de Rodalies. Pere Macias rechaza la idea de que la falta de inversión sea la causa principal de los problemas del servicio.
Coincidencia de obras
Macias destaca que, en la actualidad, se está realizando una "inversión extraordinaria en la red", aunque los inconvenientes en la movilidad se deben a la coincidencia de obras en varios puntos a la vez. El experto señala que, incluso si hubiera más dinero disponible para invertir, podría resultar "temerario" hacerlo en exceso.
Más allá de la financiación, los expertos coinciden en que Rodalies es un sistema con una complejidad mayor que surge de la existencia de dos operadores: Adif, encargado de la infraestructura y Renfe, responsable del servicio. Para Macias, comparar ambos servicios "es como comparar un CAP y un hospital".
La red de Rodalies cuenta con 1.200 kilómetros de vías que requieren de un mantenimiento constante, mientras que FGC opera bajo una estructura más centralizada y con características más similares a un metro urbano.
Traspaso de Rodalies
El debate sobre la gestión de Rodalies ha sido un arma política para la Generalitat, que ha exigido reiteradamente su traspaso a manos catalanas.
A finales de 2023, el PSOE y ERC llegaron a un acuerdo para materializar este traspaso. Será entonces cuando se podrá evaluar si la Administración autonómica es capaz de replicar el modelo de eficiencia de FGC en una red ferroviaria de mayor envergadura y complejidad.
Por ahora, los usuarios siguen lidiando con un servicio de Rodalies marcado por averías, retrasos y afectaciones.