
Sílvia Orriols, diputada de Aliança Catalana y alcaldesa de Ripoll, en el Parlament
Orriols prepara una ofensiva en el Parlament si pierde la alcaldía de Ripoll
La líder de Aliança Catalana dejará que la oposición "se queme" en un gobierno a cuatro y se centrará en la Cámara autonómica
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Plan B. La alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, también líder de Aliança Catalana, resaltará su perfil en el Parlament si termina perdiendo la vara de mando en los próximos días.
La dirigente populista dejará que la oposición "se queme" en la capital comarcal si finalmente la apean por medio de la cuestión de confianza, convocada ayer tras la imposibilidad de aprobar el presupuesto municipal de 2025.
Lo detallan fuentes conocedoras de los movimientos en la ciudad-bastión de la ultraderecha catalana, que ayer saltó a los titulares tras la negativa de la oposición a aprobar las cuentas anuales del gobierno local.
El "no" estuvo seguido de la firma de una cuestión de confianza de puño y letra de la munícipe. Con ello, dejará 30 días a la oposición para que halle una mayoría alternativa y elija a otro alcalde.
"Tranquilidad"
Contra lo que pudiera parecer, el movimiento no significa que se abra una crisis mayúscula. "Al contrario", citan las mismas fuentes. Y esgrimen dos motivos. Uno, porque el resto de partidos tienen que hilvanar una endiablada mayoría diferente a la de Aliança.
Ello significa que Junts (tres concejales), ERC (tres) y PSC (dos) tienen que sumar sus votos para votar al mismo candidato con, al menos, la CUP (dos). Son cuatro partidos distintos que en las negociaciones de investidura de 2023 no hallaron consenso.
Y si lo logran, Orriols confía en que sus diferencias acaben lastrando el hipotético Ejecutivo local. Por ello, intra muros, los irredentos "están cómodos en cualquier escenario", insisten las mismas voces.
El Parlament como caja de resonancia
Y en segundo lugar, porque la aún alcaldesa conservará el escaño en el Parlament. Se trata de la mayor caja de resonancia de la que ha gozado Aliança Catalana hasta ahora.

Silvia Orriols, en el Parlament Barcelona
La fuerza logró dos actas en las elecciones autonómicas de 2023, y las ha rentabilizado con discursos virales de la política desde el atril. Si la oposición la despoja de la vara de alcaldesa, Aliança prevé que el perfil de Orriols se refuerce aún más en la Cámara catalana, insisten las mismas voces.
La alcaldía en "el punto álgido"
Hay un tercer elemento intangible y mucho más discutible. Si en 30 días Junts, ERC, PSC y CUP votan juntos a otro candidato como alcalde, éste tendrá poco más de dos años para unir las voluntades de las cuatro fuerzas y preparar las próximas elecciones municipales, previstas para primavera de 2027.
Por el contrario, Orriols habrá sido incapaz de aprobar un solo presupuesto municipal -prorrogó el de 2024 y ha sometido el de 2025 a la citada cuestión de confianza-, aunque ha logrado situar Ripoll en el mapa de la política catalana.
Los suyos consideran que la independentista plus ultra habrá dejado el sillón de alcaldesa "en el punto álgido".
División en Junts
Desde una eventual oposición, la trumpista también podrá hurgar en las contradicciones de Junts, el único partido que no ve claro el llamado cordón sanitario contra Aliança Catalana.
La formación del expresident dos veces prófugo Carles Puigdemont se debate entre sumarse a las fuerzas de centroizquierda e izquierda y aislar completamente a Aliança o quebrar el dique y entrar a interactuar en la corta distancia con ella.
Mientras el arco parlamentario a la izquierda a estribor ve clara la contención, los posconvergentes muestran grietas internas sobre este asunto. Máxime cuando temen un buen resultado de Aliança en las próximas municipales.
Los votos del 'hinterland'
Y es que en el punto de mira de los partidos nacionalistas se sitúan los votantes de la llamada Cataluña rural o rerepaís, la franja territorial cóncava en arco que va de Portbou (Girona) a La Sènia (Tarragona), en la que el independentismo suele lograr sus mejores resultados.
En esta franja, Aliança Catalana está tejiendo red para tratar de penetrar con fuerza en los ayuntamientos en 2027. En Manresa, sin ir más lejos, los de Orriols buscan una plataforma amplia que les acerque a la alcaldía, como avanzó este medio.
Objetivos
Pero es que en otras capitales comarcales como Berga (Barcelona), antaño un feudo de la CUP, o Mollerussa (Lleida) los populistas fueron cuarta fuerza en las últimas elecciones autonómicas de 2024.

Sílvia Orriols, en un mitin anterior
En Olot (Girona), Aliança fue tercera fuerza con el 15% de los votos el 28M. En el global provincial, la propuesta de derecha intransigente fue la cuarta opción más votada.
Gobernabilidad
Eso sí, frente a ese potencial de crecimiento, están las limitaciones del juego político. La pérdida de la votación de los presupuestos ayer muestra que a cada avance en el tablero electoral, Sílvia Orriols y los suyos deberán buscar la gobernabilidad con fuerzas rivales, tarea que, a su vez, los lastimará como refugio del voto-protesta del secesionismo.
Y, también, deberán lidiar con los cismas internos, como el que les apeó de la otra alcaldía lograda en 2023, Ribera d'Ondara (Lleida), que cedieron en junio del año pasado al expulsar a su alcalde por un comentario homófobo en las redes sociales.