Superada ya la votación para renovar la cúpula de Esquerra Republicana (ERC), Oriol Junqueras y su equipo se preparan para retomar las riendas de un partido dividido.
Antes de ponerse manos a la obra para recomponer el partido, los republicanos han lanzado un ultimátum al PSOE y al PSC exigiendo el cumplimiento de los acuerdos alcanzados como condición para apoyar los presupuestos estatales y catalanes.
En declaraciones a Catalunya Ràdio, la nueva secretaria general, Elisenda Alamany, ha repetido la consigna de que ERC debe "volver a hacerse respetar".
"Desde aquello más simbólico, que puede parecer intangible pero que es muy importante, hasta las cuestiones más tangibles", ha afirmado, subrayando un tono más beligerante que propositivo.
Así, el mensaje busca reafirmar a un partido debilitado tras los sonados fracasos electorales y las disputas internas y contrasta con la disposición constructiva mostrada por el Govern.
Un Govern "débil"
La nueva líder republicana no ha dudado en cargar contra el president Illa, acusándole de "gobernar en soledad" y en "una situación de debilidad".
Entre sus reproches, Alamany ha señalado decisiones como la integración de la Policía Nacional y la Guardia Civil en el servicio de emergencias 112 o los supuestos incumplimientos en traspasos de competencias negociados por el anterior Govern de Pere Aragonès.
En cuanto a los principales acuerdos pendientes de cumplir, ha mencionado la financiación singular o la condonación de la deuda del FLA.
Pacto con Collboni en Barcelona
Uno de los temas que quedó en el aire tras la crisis interna que sacudió a ERC antes del verano es la posible entrada de los republicanos al Ayuntamiento de Barcelona, liderado por el alcalde socialista Jaume Collboni.
Aunque en su momento se alcanzó un preacuerdo encabezado por Alamany y avalado por Junqueras, este se paralizó después de una gran movilización por parte de quienes consideraban que el pacto careció de un debate adecuado y que obligó a suspender la votación sine die.
Alamany, quien fue una de las principales promotoras de aquel acuerdo, ha optado ahora por mantener una postura más cauta. "En Barcelona, como en cualquier otra localidad del país, será la militancia quien tome la decisión, porque los congresos son convocados por las federaciones", ha afirmado este domingo.
Asimismo, ha expresado su deseo de que ERC tenga un papel destacado en la política barcelonesa “sea donde sea”.
No obstante, ha asegurado que la dirección nacional actuará como aliada para acompañar las decisiones que se adopten en este caso desde la Federación de Barcelona, afín a la candidatura de Junqueras.
Divisiones internas que persisten
La intervención de Alamany llega justo después de la segunda vuelta de las elecciones internas del partido, donde Oriol Junqueras consiguió un 52,2 % de apoyo frente al 42,2 % de Xavier Godàs, dejando patente la fractura en ERC.
A pesar de las tensiones internas, Alamany se ha mostrado optimista sobre el futuro del partido y ha tendido la mano a los miembros de la lista de Godàs. "Pasadas las elecciones, todos somos el mismo partido. El reto es levantar el partido juntos, con liderazgo, claridad en las decisiones y proximidad a la militancia", ha subrayado.
Por su parte, Godàs ya adelantó que los integrantes de su candidatura no formarán parte de la nueva dirección encabezada por Junqueras, aunque Alamany ha asegurado que "las puertas siempre estarán abiertas".
Además de no formar parte de la nueva Ejecutiva, el candidato derrotado de Nova Esquerra Nacional ha asegurado este domingo que no formarán una "oposición organizada" pero que mantendrán viva la "necesidad de cambio" dentro del partido.
Godàs ha remarcado que la nueva dirección debe hacer "una revisión crítica muy importante" del papel de ERC y del independentismo en los últimos años y ha avisado que "hacer lo mismo de siempre significa que seguirás reculando".