Esquerra Republicana (ERC) tiene nuevo líder. Oriol Junqueras seguirá al frente del partido después de que la militancia haya avalado con un 52,2% de los votos sus 13 años de liderazgo; en los últimos, los republicanos han pasado de ser primera a tercera fuerza política.
La victoria del tándem formado por Junqueras y Elisenda Alamany como secretaria general marca un punto de inflexión tanto para el partido como para la política catalana.
Tras semanas de incertidumbre y parálisis a la espera de saber quién formaría la nueva cúpula de los independentistas, la continuidad del exvicepresidente del Govern al frente de los republicanos facilita la gobernabilidad en Cataluña a manos del PSC.
Los ojos puestos en los presupuestos
Entre las prioridades de la dirección se encuentra la puesta en marcha de las negociaciones por los presupuestos.
Pese a endurecer su discurso en los últimos días para captar votos del ala más crítica del partido de cara a esta segunda vuelta, Junqueras insiste en que si el Govern quiere contar con su apoyo, deberá primero “cumplir los pactos”.
Una posición que ha reiterado en su primer discurso como presidente de ERC. Preguntado sobre la negociación de las cuentas a partir de ahora, el presidente del partido ha señalado que el PSC no puede pretender lograr nuevos acuerdos si no cumple con los ya existentes. "Es imposible que haya una propuesta presupuestaria que Cataluña merezca si los socialistas no cumplen con sus funciones".
Una postura más crítica era la de su rival, el candidato de Nova Esquerra Nacional. Xavier Godàs defendía la importancia de someter a la opinión de las bases todos los posicionamientos políticos relevantes. Y con ello, la amenaza de dinamitar la estabilidad política conseguida por Salvador Illa tras una década de vaivenes por el procés.
Pactos con socialistas
Precisamente los pactos con los socialistas durante la campaña congresual han sido el principal objeto de debate y diferencias entre candidaturas. Aunque ambos candidatos coinciden en no formar parte del Ejecutivo de Salvador Illa, las diferencias entre ellos (y reproches) han sido evidentes.
Durante todo este tiempo, Godàs ha tratado de poner contra las cuerdas a Junqueras, afeando su falta de transparencia al desconocer su voto en la consulta interna del pasado verano que llevó a Illa a la presidencia de la Generalitat.
Sobre este punto, la candidatura de Junqueras se niega a hacer otra consulta vinculante a la militancia sobre el acuerdo con el PSC. Una condición que exigía Foc Nou –la candidatura derrotada y más crítica con los socialistas– para llegar a acuerdos entre candidaturas y que sí aceptó Nova Esquerra.
En este sentido, Junqueras ha evitado reiteradamente desvelar qué posición tomó en aquella votación, un movimiento táctico con el que buscaba no perder los votos de quienes estuvieron en contra. Sin embargo, este hermetismo también le ha costado que el sector más crítico haya aprovechado para señalar su simpatía hacia los socialistas.
Un posible acuerdo en Barcelona
El liderazgo de Junqueras también encuentra apoyo en la figura de Elisenda Alamany, cuya trayectoria política refuerza la relación entre ERC y el PSC en Barcelona.
Alamany, defensora del acuerdo con el alcalde Jaume Collboni para entrar en el Ayuntamiento, aporta una visión municipalista que podría facilitar consensos en la capital catalana. Aunque esta posible alianza sigue generando tensiones dentro del partido.
La entrada al gobierno de Collboni podría materializarse con Alamany en la dirección del partido. La número dos de Junqueras, quien también lidera el grupo de ERC en el consistorio barcelonés, es la principal promotora del preacuerdo alcanzado con los socialistas en Barcelona.
"¡Es una cuestión fundamental de posicionamiento político!", le reprochaba hace unos días Godàs a Junqueras, quien nuevamente evitó pronunciarse sobre si apoya o no la entrada al Ejecutivo municipal.
No obstante, Junqueras defiende que esta es una decisión que recae exclusivamente en la Federación de Barcelona de Esquerra –que precisamente apoya su candidatura– y en sus militantes. Para la ya secretaria general, la nueva Ejecutiva "siempre estará al lado de la autonomía municipal".
Esquerra ya tiene presidente y la gobernabilidad en Cataluña ya puede avanzar a pasos más rápidos. No obstante, los días posteriores al congreso no serán fáciles para el propio partido. Las recientes discrepancias internas serán el desafío que la organización deberá enfrentar si pretende recomponerse internamente.