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Este martes, la presidenta de Junts per Catalunya, Laura Borràs, ha asegurado que no descarta apoyar una moción de censura del PP al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Poco después, miembros del partido han tenido que rectificar, y han indicado que en ningún momento se ha planteado esta posibilidad.

Borràs ha avisado de que los votos de Junts "no pueden darse por hechos en ningún caso". De momento, los de Carles Puigdemont van a "hacer valer" sus diputados en el Congreso para que se cumplan los acuerdos firmados, aunque "sin descartar ningún otro escenario", ha expresado en una entrevista en La Mirada Crítica de Telecinco.

Poco después de las declaraciones de su presidenta, Junts ha reculado. Según han indicado fuentes del partido a La Sexta, la intención de Borràs era recordar que "no están casados con el PSOE" y que sus votos no se pueden dar por descontados. Además, recuerdan que no se han producido acercamientos con los populares para debatir sobre una posible moción de censura.

El PP azuza el fantasma de la moción de censura

El mensaje se ha lanzado después de que el PP haya empezado a presionar tanto al PNV como a los posconvergentes ante la "gravedad" del caso Koldo, que salpica de pleno al exministro José Luis Ábalos, mano derecha hasta hace tres años de Sánchez.

Sea como fuere, es la primera amenaza de Junts al Gobierno ni será la última. El Gobierno del PSOE depende de los siete diputados de JxCat, y, desde las elecciones de julio de 2023, Puigdemont ha aprovechado para imponer sus condiciones a Sánchez día tras día. Ahora, el presidente vuelve a necesitar el apoyo nacionalista para los presupuestos generales del año que viene.

Junts, un Congreso para definir su futuro

Mientras, el partido vive días convulsos, desdibujado en la oposición y sin un liderazgo definido. A finales de este octubre, celebrará en Calella un congreso para dilucidar sus líneas futuras. Con toda probabilidad, este cónclave escenificará la pérdida de poder de la presidenta Laura Borràs, tal y como explicó este medio. La dirigente ha perdido peso en el partido desde que en 2022 fue apartada de la presidencia del Parlament en 2022, tras la condena a cuatro años y medio de cárcel y a nueve años de inhabilitación por prevaricación y falsedad documental.

Ahora, Puigdemont volverá a la presidencia de JxCat, dado que nadie del partido osa cuestionar su liderazgo. Mientras, las críticas se multiplican a sus espaldas: Junts pierde poder en el mundo político, social y económico; mientras la amenaza de Aliança Catalana sobrevuela los sondeos.