El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha vuelto a irrumpir este jueves en la campaña de las elecciones catalanas con su tono áspero, bronco y crispado de las últimas semanas. El dirigente socialista ha pedido el voto para el candidato del PSC, Salvador Illa, para "frenar a la ultraderecha independentista y a la españolista de Vox y PP", principales objetivos de sus invectivas junto a lo que llama "fango" y los supuestos "bulos" de "pseudomedios de comunicación", según sus palabras.
Sánchez ha presumido de tener "más ganas y fuerzas que nunca" de gobernar a pesar de haber amagado con dimitir hace dos semanas a raíz de la apertura de diligencias judiciales a su esposa por presunto tráfico de influencias. El presidente ha insistido en que no piensa renunciar al Gobierno durante un acto de campaña del PSC junto a Illa en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), al cual han asistido destacados dirigentes socialistas como el ministro de Industria, Jordi Hereu; el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán; y el delegado del Gobierno en Catalunya, Carlos Prieto, entre otros.
Tilda al PP de "ultraderechista"
Sánchez ha apelado a votar a los socialistas en aras de la "concordia y la convivencia", al mismo tiempo que ha proferido duros ataques a sus adversarios políticos, a los que se ha referido en términos como estos: "¿Qué tenemos enfrente? ¿Qué proyecto? Hay más partidos ultraderechistas que nunca, la independentista, la españolista de Vox y el PP de Feijóo", ha dicho.
Sánchez les ha acusado por, según él, "banalizar la violencia de género donde gobiernan", por "identificar migración con inseguridad", y por aprobar "leyes que revisan la historia democrática de nuestro país", pues a su juicio "han equiparado a las víctimas con los verdugos, a la dictadura con la democracia".
El dirigente socialista ha acusado a PP y los independentistas de haber dejado "un país quebrado" y de haber "dividido Cataluña y el resto de España". "Nosotros tratamos de reconstruir la convivencia y acabar con la división", ha insistido para, acto seguido, volver a dar paso a un discurso polarizador y de tono poco cordial.
Ve "fango", "bulos" y "pseudomedios"
"A cambio hemos recibido insultos, descalificaciones y difamaciones” por parte de quienes, según él, "no quieren la convivencia ni superar la división entre catalanes", ha manifestado.
Tras ello, Sánchez ha presumido de su gestión y ha puesto el foco en criticar a medios que considera no afines a su causa: “Nos podrán echar fango, bulos con sus pseudomedios de comunicación y partidos ultraderechstas, que sólo saben insultar para ocultar su programa antisocial. Si no, ¿quién les votaría?", ha espetado.
Críticas a sus socios de ERC y Junts
Por lo que respecta a Cataluña, Sánchez también ha criticado a sus actuales socios parlamentarios independentistas, a los que ha acusado de haber sumido a la autonomía en una "década perdida" con el procés.
"En estos 10 años, en los que han habido cuatro presidents, ¿dónde ha situado el nacionalismo, ERC y Junts, la Educación? Cataluña ha pasado de estar en cabeza a la cola. O en sequía, en renovables, en reindustrialización, en sanidad, infraestructuras, etcétera", ha reprochado a sus aliados en el Congreso.
Frente a ello, el mandatario socialista considera que, en las elecciones del domingo, sólo habrán dos opciones: “O Illa o bloqueo, o entendimiento o discordia o división”, ha dicho.
Illa aspira a conseguir más financiación autonómica
Tras ello, y en un tono más afable que Sánchez, el candidato del PSC ha desgranado su propósito de "unir" y "avanzar" junto al Gobierno, con el que espera, entre otras cuestiones, mejorar la situación en la autonomía en cuestiones como la financiación.
Illa ha centrado sus reproches en quienes han gobernado la Generalitat durante la "década perdida" del procés. "Algunos adversarios prometen ahora el oro y el moro, pero en estos 10 años, se tiene que valorar su credibilidad". Así, entre otras cuestiones, ha afeado a ERC y Junts que, en todo este tiempo -incluido el mandato de Artur Mas- "no han hecho nada por la financiación" de Cataluña. Y ha apuntado que, si el PSC llega a la presidencia del Govern, "en cuatro años" se podrá mejorar acordándola con el Gobierno.
El líder del PSC también ha criticado la parálisis en la que se ha visto sumida la autonomía durante los sucesivos mandatos secesionistas. En cuestiones como, por ejemplo, la educación, la sanidad, las infraestructuras, las energías renovables o la falta de agua por la ausencia de planificación e inversiones en materia hídrica.
Asimismo, ha lamentado la falta de "estabilidad" del Govern. “Incluso han habido desencuentros entre ellos, no han avanzado en nada". "Y ha tenido que ser el PSC el que tendiera la mano. ¿Pueden dar estabilidad quienes han sido incapaces de hacerlo?", se ha preguntado.