Cada 21 de febrero desde hace 25 años se celebra el Día Internacional de la Lengua Materna. Y este 2024, Escuela de todos ha organizado un debate para aclarar las ventajas de usarla en la educación, una cuestión que no se da ni en Euskadi ni en Cataluña, teniendo esta última comunidad un sistema de inmersión lingüística obligatoria en catalán, a pesar de que una mayoría de la población (55%) es castellanohablante, en datos de la entidad.

La hispanista y pedagoga Inger Enkvist ha manifestado que la lengua materna “recoge el ambiente y el contexto del niño y viene a configurar quién es, quiénes son los suyos, cómo hablan y de qué”. “Lo que hace la escuela después es añadir más vocabulario, más usos, otras materias”, ha incidido. Por lo tanto, considera que, cuando se enseña en una lengua distinta a la materna, “se pierde profundidad, comprensión” en el aprendizaje.

La exclusión de los niños

En su intervención, ha mencionado la inmersión en Canadá, donde se dio “una situación particular que no se ha repetido”. “En Canadá, la inmersión se hizo en francés para alumnos anglófonos de clase media, voluntarios, con buena educación. Y en ese país debes conocer tanto el inglés como el francés, algo inusual”. “Y aun así no llegaron a ser perfectamente bilingües, porque no se habían relacionado con otras personas de manera amistosa, sino que se habían quedado en un francés escolar”, ha expuesto. 

Por su parte, el doctor en Filología Hispánica Fernando Carratalá ha coincidido con Enkvist en que las “primeras palabras van a conformar más de lo que uno cree la propia identidad del niño”. Por lo tanto, ha llamado a cuidar de manera especial el lenguaje en las primeras etapas del niño. En este sentido, considera que cuando se elige como lengua vehicular una distinta a la materna del niño, se tiende a la exclusión del infante, y no se va en ningún caso hacia un bilingüismo natural.

Lenguas impuestas

“No se pueden crear guetos, hay que dejar que los niños se relacionen en su lengua materna, y los centros deben dar la opción de estudiar en ella”, ha enfatizado Carratalá, quien ha lamentado que “cada vez el vocabulario es más reducido, las redes sociales lo embrutecen”. Y, en todo caso, “la lengua es un elemento de socialización y no de divergencia y separación”: “Las lenguas no se imponen con las leyes”. En esta línea, ha cargado contra los nacionalismos excluyentes, como el catalán, que usan el idioma como herramienta de ideologización.

Para terminar, el profesor y periodista Ricardo Arana ha centrado su intervención en el ámbito vasco, que conoce al detalle, y, aunque el caso del euskera es particular pues su distancia con el castellano es muy superior a la que pueda tener este con el catalán, ha remarcado que “estudiar exclusivamente en una segunda lengua” supone, por ejemplo, medio curso de retraso en matemáticas o un curso en el caso de la lectura con respecto a quienes estudian en su lengua materna.