El proceso secesionista de Cataluña ha dado lugar en los últimos años a un sinfín de discursos, situaciones y personajes que han llamado la atención por su singularidad y extravagancia. Desde los saludos del llamado Joan Bonanit para dar las buenas noches con megáfono a los políticos encarcelados ante los muros de Lledoners, hasta la peregrinación del simpatizante de Junts Rai López para visitar en Waterloo al fugado Puigdemont, pasando por performances de toda índole que, en ocasiones, han propiciado incluso hilaridad entre los catalanes no nacionalistas.
Una de esas escenas estrafalarias todavía se da en la actualidad en la plaza Sant Jaume de Barcelona, donde un hombre solo y con camiseta y banderas esteladas en ristre se planta ante la sede de la Generalitat para cantar el himno Els Segadors, pedir la vuelta de Puigdemont y la secesión de Cataluña, entre otras soflamas secesionistas.
Así ha ocurrido, por ejemplo, este miércoles para sorpresa de los transeúntes -entre ellos, numerosos turistas- de esta céntrica plaza del casco antiguo de Barcelona. Una escena que ha transcurrido al mismo tiempo que, en el Congreso de los Diputados, el candidato socialista Pedro Sánchez apelaba a un supuesto "reencuentro total" de los catalanes para justificar su ley de amnistía a cambio tener los votos de ERC y Junts a su investidura como presidente del Gobierno.